Como vimos en una lección anterior, la iglesia de Corinto - TopicsExpress



          

Como vimos en una lección anterior, la iglesia de Corinto tenía graves problemas. ¿Qué principios bosqueja Pablo para sanar y restaurar, los que son vitales para el reavivamiento y la reforma? 1 Corintios 3:5 al 11; 5 ¿Qué, pues, es Apolos? ¿y qué es Pablo? Sólo siervos por medio de los cuales habéis creído; y a cada uno según el Señor le concedió. 6 Yo planté, Apolos regó; pero Dios dio el crecimiento. 7 Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, quien da el crecimiento. 8 El que planta y el que riega son una misma cosa, pero cada uno recibirá su recompensa conforme a su propia labor. 9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois huerto de Dios, edificio de Dios. 10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, como perito arquitecto he puesto el fundamento, y otro está edificando encima. Pero cada uno mire cómo edifica encima, 11 porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 1 Corintios 12:1 al 11; Pero no quiero que ignoréis, hermanos, acerca de los dones espirituales. 2 Sabéis que cuando erais gentiles, ibais como erais arrastrados, tras los ídolos mudos. 3 Por eso os hago saber que nadie, hablando por el Espíritu de Dios, dice: “Anatema sea Jesús.” Tampoco nadie puede decir: “Jesús es el Señor,” sino por el Espíritu Santo. 4 Ahora bien, hay diversidad de dones; pero el Espíritu es el mismo. 5 Hay también diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 6 También hay diversidad de actividades, pero el mismo Dios es el que realiza todas las cosas en todos. 7 Pero a cada cual le es dada la manifestación del Espíritu para provecho mutuo. 8 Porque a uno se le da palabra de sabiduría por medio del Espíritu; pero a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; 9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por un solo Espíritu; 10 a otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. 11 Pero todas estas cosas las realiza el único y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él designa. 2 Corintios 10:12 al 15 12 Porque no osamos clasificarnos o compararnos con algunos que se recomiendan a sí mismos. Pero ellos, midiéndose y comparándose a sí mismos consigo mismos, no son juiciosos. 13 Pero nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino conforme a la medida de la regla que Dios nos asignó, para llegar también hasta vosotros. 14 Porque no nos salimos de nuestros límites, como si no hubiéramos llegado a vosotros; pues hasta vosotros hemos llegado con el evangelio de Cristo, 15 no gloriándonos desmedidamente en trabajos ajenos. Más bien, tenemos la esperanza de que, con el progreso de vuestra fe, se incrementará considerablemente nuestro campo entre vosotros, conforme a nuestra norma; En estos pasajes, el apóstol bosqueja principios importantísimos para la unidad de la iglesia. Señala que Jesús usó diferentes obreros para realizar diferentes ministerios en su iglesia, aun cuando cada uno estaba trabajando junto con los demás para edificar el Reino de Dios (1 Cor. 3:9). Dios nos llama a la cooperación, no a la competición. Cada creyente recibe dones de Dios para cooperar en ministrar al cuerpo de Cristo y servir a la comunidad (1 Cor. 12:11). No hay dones mayores ni menores. Todos son necesarios en la iglesia de Cristo (1 Cor. 12:18-23). Nuestros dones dados por Dios no son para exhibición egoísta. Fueron dados por el Espíritu Santo para el servicio. Todas las comparaciones con otros son poco sabias, porque nos harán sentir desanimados o arrogantes. Si pensamos que los otros son muy “superiores” a nosotros, nos sentiremos mal al compararnos con ellos. Si creemos que nuestras labores para Cristo son más efectivas que la obra de otros, nos sentiremos orgullosos. Ambas actitudes limitan nuestra efectividad para Cristo. Al trabajar dentro de la esfera de influencia que Cristo nos dio, sentiremos gozo y contentamiento en nuestro testimonio por Cristo. Nuestras labores complementarán los esfuerzos de otros miembros, y la iglesia de Cristo dará pasos agigantados para el Reino. ¿Puedes pensar en alguien cuyos dones en el ministerio te han hecho sentir celoso? (No es demasiado difícil, ¿verdad?) Al mismo tiempo, ¿cuán a menudo te has sentido orgulloso por tus dones en contraste con los de otros? El punto es: las preocupaciones de Pablo son una realidad siempre presente en los seres caídos. No importa de qué lado caigamos, ¿cómo podemos aprender a tener las actitudes abnegadas necesarias para evitar las trampas aquí?
Posted on: Tue, 17 Sep 2013 09:35:11 +0000

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