Compartimos con ustedes esta crónica escrita por Facundo Matos para el diario de TEA. Es sobre el primer show que dimos en Niceto. Camineros pisa fuerte en Niceto Si la música no estimula ni brinda mensaje alguno entonces deja de ser arte para pasar a ser meramente un producto musical. Así lo comprendieron desde un principio los integrantes de Camineros, quienes pusieron a bailar a un Niceto Club repleto con una potente puesta en escena, buena música y letras de primera calidad. Lo que al principio se presenta como un show más, pronto deja de serlo. Una lista de temas musicales dotan al recital de una adrenalina in crescendo que hace que lo que durante las primeras canciones parecía un salón de fiestas -en el cual la gente, parada, únicamente miraba al escenario- termine siendo una gran pista de baile al ritmo de la banda anfitriona. Mucho contribuyen a esto los frenéticos pero contagiosos movimientos del cantante principal de Camineros y el más que logrado enganchado de covers de Manu Chao, Los Visitantes y Jovanotti, junto a una ingeniosa reversión de Moliendo café, originalmente escrito por Hugo Blanco. Pero la banda no se queda en eso y redobla la apuesta. "¿Han pensado por un segundo/que poco sentido le dan a este mundo?/Una sociedad de premio, de castigo/ donde lo que manda es el efectivo/Pobre de aquellos los que pasan hambre, plantaciones rodeadas de alambre", deslizan en El despechado, esa canción cuya intensidad sube y sube hasta que el sonido de los instrumentos de repente se apaga y el cantante, Mariano Coco, entre harto y con ganas de borrar las décadas oscuras de nuestro país, lanza el grito: "Ya nos torturaron, ya nos mintieron y los lápices siempre siguen escribiendo". La banda se pudo dar estos lujos porque detrás de las letras, el gran carisma del cantante y la dinámica que le imprimió el público al espectáculo, descansa la solidez musical de cada uno de sus integrantes y la química que, como es visible, hay entre ellos. Al fondo del escenario, junto al destacado baterista Juan Manuel Mazal, se posicionaron el encargado de percusión y coros, Lucas Baez, y la cumplidora tecladista, Cynthia Maciel Landi; al frente, las melodías escalonadas del bajo de Andrés Lerner, los punteos prolijos de Juan Manuel Bernal en guitarra y la insuperable voz de Aldana Miranda. Con ellos, el público y el líder de la banda, Mariano Coco, fueron uno solo. Uno que bailó.
Posted on: Thu, 26 Sep 2013 02:55:00 +0000
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