¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merece el que ha - TopicsExpress



          

¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merece el que ha pisoteado al Hijo de Dios, que ha profanado la sangre del pacto por la cual había sido santificado, que ha insultado al Espíritu de la fracia? ¿Crees que es posible ir más allá de la misericordia divina? El caso del impío rey Manasés es esclarecedor en este sentido. Fue unmonarca cruel que «derramó tanta sangre inocente que inundó a Jerusalén de un extremo a otro» (2 Reyes 21:16). Fue también un rey sumamente perverso. No solo « se prostró ante todos los astros del cielo y los adoró» (vers.3), sino que cometió una abominación: « Sacrificó en el fuego a su propio hijo» y practicó la hechicería ( vers. 6). La Biblia menciona com émfasis un acto de soberbia, insulto y desafío a Dios. Después de deshacer las formas religiosas de su padre y construir altares a dioses paganos en los dos atrios de la casa del Señor, Manasés erigió «la imagen de la diosa Aserá que él había hecho» y la puso ahí. El contexto sugiere que Manasés erigío esta imagen en el lugar santísimo, en el lugar del arca del pacto. Sin embargo, cuando Dios afligió a Manasés y permitió que lo llevaran cautivo y con grilletes a Babiloni, «se humilló grandemente ante Dios de sus padres» y Dios lo perdonó (2 Crón. 33:10-13). Su conducta posterior muestra que su arrepentimiento fue genuino ( vers. 14-16). Lo que sorprende del caso de Manasés no es la insolencia y profundidad de su rebeldía, sino la dimensión y la generosidad del perdón divino. La sangre de Cristo es suficiente para perdonar cualquier pecado. Dios no puede salvar, sin embargo, a aquellos que rechazan los medios que él utiliza para salvarlos. Elena G. de White lo dice muy bien: « Hemos de acudir a Cristo así como somos. Pero nadie se engañe a sí mismo pensando que Dios, en su gran amor y misericordia, salvará incluso a que quienes rechazan si gracoia» ( El camino a Cristo, cap. 3, p. 47). El pacado imperdonable es mucho más que un suceso puntual; se trata de una actitud. Dios puede perdonar nuestros pecados, por muy graves que sean; pero se niega a forzar nuestra voluntad. Él desea que lo busquemos voluntariamente. No puede obligarnos a amarlo. Eso tiene que ser una decisión consiente de cada ser humano. Si lo hacemos, nos recibirá con los brazos abiertos. ¿ Qué decisión tomarás?
Posted on: Sat, 07 Sep 2013 10:18:18 +0000

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