DECISIONES La única decisión posible es que vamos a hacer con el tiempo que tenemos”. Así responde Galdalf el Gris a Frodo cuando éste expresa su deseo de nunca haberse metido en la peligrosa aventura en que se encuentra. Las películas, como los libros, suelen ofrecer estos instantes en donde una frase bellamente formulada pulsa una cuerda de la conciencia haciéndole a uno pensar alguna importante cuestión de la vida. El Señor de los Anillos es una saga cinematográfica llena de momentos así. En la ciudad en donde viví por algunos años la gente suele decir “Bueno, ya está; ya fue”; es decir, no tiene objeto seguir contemplando lo ocurrido: hay que seguir adelante. Para algunas personas esto es posible casi como un acto reflejo; tienen la habilidad de ocupar su mente rápidamente en las cosas que hay que hacer o que vienen después. Para otras – entre las cuales me cuento –, este proceso es más lento y difícil. Admiro aquella fortaleza de carácter. Por eso debe ser que siempre me conmueven las películas o los libros donde la persona clave de la trama confronta sus decisiones – o el golpe inesperado del infortunio – y continúa adelante. He oído mucho y he leído cantidades sobre cómo vivir la vida exitosamente. Que la madurez, que la perseverancia, que la voluntad, que el carácter, tú nómbralo. No hay recurso, interior o exterior, que no haya sido señalado como el medio para ganar la madre de todas las batallas: Vencerse a uno mismo. Me han hecho escribir hojas con metas a cumplir, quemar papeles con una lista de malos hábitos de pensamiento, proclamar diez verdades en voz alta frente al espejo, hacer un enorme dibujo con los hitos y anhelos más importantes de mi vida y ponerlo frente a mi escritorio, diseñar un escudo con los temas fundamentales de mi existencia, formular cartas Gantt, diagramas de flujo, líneas de tiempo, calendarios a diez años plazo y otras cosas que me excuso de anotar aquí. Al final, me pareció que la frase de Gandalf me ayudaría más que ninguna otra cosa: qué voy a hacer con el tiempo que tengo disponible. Dada la insoportable finitud de mis recursos humanos, pensé que lo más apropiado era dividir el tiempo en segmentos de veinticuatro horas y hacer lo único que pude aprender: vivir un día a la vez…
Posted on: Thu, 07 Nov 2013 12:53:59 +0000
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