Del neoliberalismo a la neoevangelización Concepción Paredes - TopicsExpress



          

Del neoliberalismo a la neoevangelización Concepción Paredes Olay y Matías Gámez Martínez Rebelión En España no basta con el triunfo del libre mercado y la financiarización de la economía. Hay que seguir amarrando el espíritu nacional-católico del que la Transición no nos ha librado, más bien todo lo contrario. El pensamiento único necesita sostener sus cimientos sobre una doctrina que nos permita asumir con resignación el sufrimiento provocado por esta crisis. Mientras que se defienden enconadamente aquellas libertades que promueven los intereses económicos de una minoría, se coarta la libertad de las mujeres para decidir sobre su vida reproductiva con la propuesta de reforma de la Ley del Aborto, o se limita la libertad de conciencia imponiendo, o mejor dicho blindando, la presencia de la religión en la escuela a través de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE). En pro de la libertad, más bien deberíamos garantizar que nuestros/as vástagos/as tuvieran una adecuada educación cívica universal, que les lleve a convertirse en personas con pensamiento propio, autónomas y críticas, con independencia de las creencias que puedan profesar en su vida privada y manifestar públicamente en los espacios destinados a ello. El laicismo es algo inherente a la democracia, en cuanto que constituye la garantía de la libertad de conciencia y de pensamiento y, por ende, de libertad religiosa. El Papa Juan XXIII, que será elevado a los altares este mismo año y por tanto es poco sospechoso de ser ateo o laicista fundamentalista, decía que "hay que admitir que la libertad religiosa debe su origen no a las iglesias, no a los teólogos, y ni siquiera al derecho natural cristiano, sino al Estado moderno, a los juristas y al derecho racional mundano. En una palabra, al mundo laico". Sin embargo, para mantener su influencia en los ámbitos de poder, y mantener o acrecentar así sus privilegios, la Iglesia Católica trata de imponerse a toda costa con argumentos falaces y hechos más que cuestionables desde el punto de vista no sólo ético, sino también legal. De esta forma, a la vista del descenso del número de alumnos y alumnas que cursan religión actualmente en los centros educativos españoles, especialmente en Bachillerato, nos encontramos con que no se informa adecuadamente a las familias sobre el contenido de la alternativa a la religión; se utilizan métodos de matriculación capciosos que confunden a los padres a favor de la matriculación en religión católica; en algunos colegios, hemos tenido que ver propaganda de las campañas organizadas por la Conferencia Episcopal a favor de la religión y, lo que es más grave, cómo los catequistas que imparten religión utilizan la excusa de exponer el trabajo de sus alumnos/as para hacer proselitismo religioso.
Posted on: Tue, 16 Jul 2013 07:03:31 +0000

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