Devocional de Hoy ¿Te estás esforzando en la gracia? 2 Timoteo 2:1 “Tu, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.” A todos nos gusta recibir regalos en todo tiempo y en cualquier momento. ¡Especialmente si se trata de algo que estábamos deseando! De esa manera nos sentimos amados y reconocidos por nuestros amigos y familiares. Pero aunque no nos guste mucho el regalo, por lo menos agradecemos la intención de la persona que nos hizo el regalo. Como quiera que sea es un regalo, es decir algo que no nos ha costado dinero ni esfuerzo. Dios nos ha dado un precioso y muy costoso regalo que supera a cualquier otro en calidad y valor. Es el regalo de la salvación eterna que recibimos cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador. Este regalo nos es dado a nosotros por la gracia de Dios. El pasaje de hoy nos habla de esa gracia. “Gracia” es un regalo. Aun más, es un regalo inmerecido de un Dios santo para nosotros los seres humanos pecadores. Fue necesario que Dios entregara a su Hijo Jesucristo para que pagara por nuestros pecados con su muerte en la cruz del Calvario. Y todo aquel que cree y acepta ese regalo será salvo, dice Juan 3:16. El maestro, predicador y autor cristiano H. A. Ironside dijo: “La gracia es lo contrario del mérito. Es decir, no es solamente un favor inmerecido, sino un favor otorgado al que verdaderamente merece lo contrario.” Este pasaje nos dice también que debemos esforzarnos "en la gracia que es en Cristo Jesús.” Esto a simple vista parece una contradicción. Si la salvación es un regalo que viene a nuestras vidas por gracia, entonces, ¿por qué debemos esforzarnos? La razón es que muchas personas, lamentablemente, han aceptado el regalo de la salvación pero no lo valoran lo suficiente como para participar activamente en el proceso que sigue. La salvación comienza en el momento en que de todo corazón aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador, y prosigue hasta el fin de nuestra existencia y por la eternidad. El regalo de la salvación, además de la justificación, incluye también nuestra santificación. Este es el proceso por medio del cual vamos siendo transformados con el fin de que lleguemos a ser conformes a la imagen de nuestro Señor Jesucristo (Romanos 8:29). Es aquí donde debemos esforzarnos por vivir una vida de obediencia a la Palabra de Dios, de manera que el Espíritu Santo lleve a cabo esos cambios. Si tú valoras la gracia de Dios, si entiendes el valor extraordinario de la salvación, entonces sentirás agradecimiento en tu corazón y te esforzarás por agradar a Dios cada día de tu vida. El apóstol Pablo, también exhorta a los filipenses de la siguiente manera: “Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor.” (Filipenses 2:12). Y de nuevo la pregunta, ¿por qué, si es un regalo? La palabra griega que se traduce como “ocupaos” implica hacer una cosa en forma plena, completa y perfecta, de modo que se termine y concluya a cabalidad. Es como si les dijera: “No os conforméis con nada que no sea la plenitud de la obra de la salvación.” Ningún cristiano debe contentarse con menos que el beneficio total del Evangelio. ¿“Con temor y temblor”? No se trata de miedo a perder la salvación, ni se trata del temor que nos impulsa a escondernos de Dios, sino todo lo contrario, más bien nos mueve a buscar a Dios reverentemente y a unirnos cada vez más estrechamente a él, sabiendo a ciencia cierta que sin su ayuda no podemos enfrentarnos a la vida victoriosamente. Si deseas mostrar a tu Padre celestial que realmente aprecias y agradeces el precioso regalo de la salvación, busca su rostro en oración cada día de tu vida, lee su Palabra, medita en ella y aplícala a tu diario vivir. Esfuérzate en ser un testimonio que glorifique su nombre. Pastores Miguel Motta y Montserrat Fuentes
Posted on: Tue, 24 Sep 2013 11:12:55 +0000
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