Dios da al hombre los nueve décimos, mientras reclama un décimo para fines sagrados, así como dio al hombre seis días para su trabajo y se reservó y puso aparte el SEPTIMO DIA para sí. Porque, como el SABADO, el diezmo de las entradas es sagrado. Dios se lo ha reservado. El llevará a cabo su obra en la tierra con las entradas procedentes de los recursos que confió al hombre... Cuandoquiera que los hijos de Dios, en cualquier época de la historia del mundo, ejecutaron alegre y voluntariamente el plan de la benevolencia sistemática y de los dones y ofrendas, han visto cumplirse la permanente promesa de que la prosperidad acompañaría todas sus labores en la misma proporción en que le obedeciesen. Siempre que reconocieron los derechos de Dios y cumplieron con sus requerimientos, honrándole con su substancia, sus alfolíes rebosaron; pero cuando robaron a Dios en los diezmos y las ofrendas, tuvieron que darse cuenta de que no solo le estaban robando a él, sino que se defraudaban a sí mismos; porque él limitaba las bendiciones que les concedía en la proporción en que ellos limitaban las ofrendas que le llevaban (Joyas de los testimonios, tomo 1, pp. 374, 375).
Posted on: Wed, 26 Jun 2013 20:01:52 +0000
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