Dos amantes comunes y corrientes creen “llenar” su vacío mirando al otro de frente, lo explotan, pues piensan que el otro es el encargado de hacerlo feliz. Tarde o temprano se separarán porque todo en sus vidas es como una rueda que siempre llega al mismo punto, el sufrimiento y los celos. Mientras que dos amantes de verdad no necesitan mirarse fijamente, ellos se aman, claro está, se cogen la mano, pero en medio de una noche de luna llena no se miran mutuamente, ellos están frente a la luna. La diferencia radica en que los primeros dependen de la otra persona y los segundos, se quieren tanto así mismos que se complementan el uno con el otro. Ya no son dos, son uno. Sin divisiones; y si algún día se despiden, en ellos no surgirá el sufrimiento sino el agradecimiento. Pero la sociedad moldea a las personas para que sufran, las hacen inconscientes de su poder. La media de la población son un montón de desgraciados que no asumen su responsabilidad de felicidad y es por eso que surgen las guerras, la culpa… El mundo es un caos. Todos buscan la felicidad, eso es afirmar que no hay felicidad en el momento. Piensan como animales, cuando nacieron con la capacidad de ser un Buda. Cualquier ser humano que despierte, puede ser un Buda; solo aquel que es inteligente y entiende lo paradójico y místico de la vida. El resto se cree rebaño.
Posted on: Sat, 28 Sep 2013 00:39:57 +0000
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