EL OPORTUNISMO POLÌTICO La Real Academia española: “Actitud - TopicsExpress



          

EL OPORTUNISMO POLÌTICO La Real Academia española: “Actitud que aprovecha las circunstancias momentáneas para el propio interés”. De esa definición se desprende que oportunista es toda persona voluble, cambiante en cuanto a criterio y posiciones políticas. Hay dos factores que inciden en la metamorfosis del oportunista; primero las circunstancias adversas, luego están de por medio los intereses personales. Algunos oportunistas del mundo de la política han querido confundir y mezclar el oportunismo con el pragmatismo. Ambas concepciones son completamente opuestas. El pragmático flexibiliza su posición para no perder la batalla o la guerra, no renuncia a sus valores, por el contrario, los mantiene y los defiende, mientras que el oportunista por unas cuantas lentejas se vende y se pasa al bando contrario. Se puede afirmar que este mundo está lleno de personas de carácter y de naturaleza oportunistas, personajes que un día son rojo sin mancha y otro día se les ve blandeando la bandera rojinegra; dichas personas abandonan posiciones, actitudes, valores, concepciones políticas e ideológicas. En verdad hay muy pocas personas que tienen una sólida consistencia política-ideológica, firme e invariable, que en el transcursos de la vida, aún en situaciones tremendamente difíciles, muestran una actitud inclaudicable, incluso, en momentos en que su vida está en serio riesgo por causa y defensa de sus ideas. Por lo general, el poder no marea a los hombres y mujeres consecuentes con sus concepciones. El oportunista es una especie de Judas, traidor y mercenario político, en el proceso de lucha, es un ardiente defensor de su trinchera; por ejemplo, si es partidario de ideas liberales, democráticas, del libre mercado, se declara furibundo enemigo de concepciones políticas de izquierda, a las que ataca de totalitarias y enemigas de la libertad individual. Nuestro personaje aparece así, por circunstancias en las que su partido político ostentan el poder, situación que lo beneficia, tiene un cargo público importante en el Estado, goza de buen salario, tiene una buena posición social, vehículo, combustible, por ende, tiene una cuota de poder, lo cual sin dudas se lo debe al partido político del cual es simpatizante. Sin embargo, nuestro oportunista de la noche a la mañana sufre un desdoblamiento, acontece que el partido político en el cual milita es desalojado del poder, en esas circunstancias, revisa y sopesa sus intereses personales, empieza a coquetear con el partido que salió victorioso, agrupación que en el pasado era su oponente y adversario, de manera que las barreras y las razones políticas-ideológicas que antes lo enfrentaban, las hace a un lado, pues ahora lo que cabe es mantener el status quo, del cual ha venido gozando plenamente. EL OPORTUNISMO POLÌTICO La Real Academia española: “Actitud que aprovecha las circunstancias momentáneas para el propio interés”. De esa definición se desprende que oportunista es toda persona voluble, cambiante en cuanto a criterio y posiciones políticas. Hay dos factores que inciden en la metamorfosis del oportunista; primero las circunstancias adversas, luego están de por medio los intereses personales. Algunos oportunistas del mundo de la política han querido confundir y mezclar el oportunismo con el pragmatismo. Ambas concepciones son completamente opuestas. El pragmático flexibiliza su posición para no perder la batalla o la guerra, no renuncia a sus valores, por el contrario, los mantiene y los defiende, mientras que el oportunista por unas cuantas lentejas se vende y se pasa al bando contrario. Se puede afirmar que este mundo está lleno de personas de carácter y de naturaleza oportunistas, personajes que un día son rojo sin mancha y otro día se les ve blandeando la bandera rojinegra; dichas personas abandonan posiciones, actitudes, valores, concepciones políticas e ideológicas. En verdad hay muy pocas personas que tienen una sólida consistencia política-ideológica, firme e invariable, que en el transcursos de la vida, aún en situaciones tremendamente difíciles, muestran una actitud inclaudicable, incluso, en momentos en que su vida está en serio riesgo por causa y defensa de sus ideas. Por lo general, el poder no marea a los hombres y mujeres consecuentes con sus concepciones. El oportunista es una especie de Judas, traidor y mercenario político, en el proceso de lucha, es un ardiente defensor de su trinchera; por ejemplo, si es partidario de ideas liberales, democráticas, del libre mercado, se declara furibundo enemigo de concepciones políticas de izquierda, a las que ataca de totalitarias y enemigas de la libertad individual. Nuestro personaje aparece así, por circunstancias en las que su partido político ostentan el poder, situación que lo beneficia, tiene un cargo público importante en el Estado, goza de buen salario, tiene una buena posición social, vehículo, combustible, por ende, tiene una cuota de poder, lo cual sin dudas se lo debe al partido político del cual es simpatizante. Sin embargo, nuestro oportunista de la noche a la mañana sufre un desdoblamiento, acontece que el partido político en el cual milita es desalojado del poder, en esas circunstancias, revisa y sopesa sus intereses personales, empieza a coquetear con el partido que salió victorioso, agrupación que en el pasado era su oponente y adversario, de manera que las barreras y las razones políticas-ideológicas que antes lo enfrentaban, las hace a un lado, pues ahora lo que cabe es mantener el status quo, del cual ha venido gozando plenamente.
Posted on: Sat, 29 Jun 2013 11:08:58 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015