ENTRE EL PODER Y LA SOBERBIA Autor: Joaquín Rocha Psicólogo - TopicsExpress



          

ENTRE EL PODER Y LA SOBERBIA Autor: Joaquín Rocha Psicólogo especialista en Educación para la Comunicación [email protected] “La soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió” (Francisco De Quevedo). Poder y soberbia. Soberbia y poder. ¿Cuál primero, cuál después? Desde el principio de los tiempos, han ido juntos. El uno no puede existir sin el otro, a pesar de que el poder en sí mismo es un valor, pero los hombres y las mujeres se desvivieron para convertirlo en un contravalor. No así con la soberbia, que, de considerarla un valor, sería el más antidemocrático de todos. Detrás ellos se esconden la debilidad de la baja autoestima, la autodesvalorización, la falta de seguridad en sí mismo y un gran temor al ridículo. La necesidad de ser reconocido genera un negativo sentimiento de superioridad y hace creer que se es más privilegiado, con mayor sabiduría y dueño de una verdad que no permite ver a los demás como semejantes. Lleva a sentirse indispensable y poseedor de una razón que se debe imputar a toda costa, dando validez a cualquier argumento que logre imponer un criterio, erróneo o no, que se desea establecer. El poder enferma, y la soberbia lo sostiene. Bien decía san Agustín: "La soberbia no es grandeza, sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande, pero no está sano". Fernando Sabater expresa: "Ser soberbio es básicamente el deseo de ponerse por encima de los demás. No es malo que un individuo tenga una buena opinión de sí mismo; lo malo es aquel que no admite que nadie en ningún campo se le ponga por encima". Sabios los griegos que condenaban al exilio a los soberbios para que no se rompiera el equilibrio social. Esta patología la padecen quienes ostentan una mezquina cuota de poder. No solo debemos pensar en políticos, sería minimizar su alcance. Un docente, un empleado público, un vendedor, un religioso, un familiar pueden sufrir esta manera particular de incapacidad para poder vincularse con los otros desde la humanidad y la solidaridad. El poder y la soberbia vuelven a las personas arrogantes. Creyendo no necesitar de nada ni de nadie, su gran contradicción es que se valen de seguidores para poder manifestar a pleno sus razones y caen, así, en una patológica egolatría. De ahí que siempre luchan con todos sus “maquiavélicos” instrumentos para imponer sus supuestos juicios valederos y modificar la realidad para ajustarla a su voluntad. La humildad no existe en su vocabulario ni en sus acciones. Las palabras del papa Francisco cobran gran relevancia cuando afirma que “el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida". “El poder, en todas sus manifestaciones, es el gran constructor de la soberbia en los que lo detentan, de la sumisión temerosa en los débiles que lo padecen y de la entrega fervorosa en aquellos que lo vivencian como redención. El poder es el gran generador de la soberbia, porque, como plantea Lasswell, se persigue, más que cualquier otro valor, para compensar frustraciones y vencer el debilitamiento de la autoestima, y hasta, según Becker, para trascender a la finitud de la existencia”, sostiene Leonte Brea, psicólogo y escritor dominicano. He aquí un viejo cuento sufí que, tal vez, haría reflexionar a los que hacen del poder y la soberbia su modo de vida: “Preguntaron, cierta vez, a Uwais, el Sufí: --«¿Qué es lo que la Gracia te ha dado?». Él les respondió: --«Cuando me despierto por las mañanas, me siento como un hombre que no está seguro de vivir hasta la noche». Le volvieron a preguntar: --«Pero ¿esto no lo saben todos los hombres?». Replicó Uwais: --«Sí, lo saben, pero no todos lo sienten». En cada ser humano, coexisten la humildad y la soberbia. No se reconoce la propia porque es más fácil ver la “paja en el ojo ajeno”. Sería positivo y sano para la vida de cada uno cuestionarse qué actitudes soberbias se utilizan, como mecanismos de defensa, para empequeñecer al otro y someterlo. De esta manera, poder transformarla en humildad que es la fortaleza de los grandes. Por último, es importante recordar que, entre el poder y la soberbia, no tiene cabida el amor.
Posted on: Thu, 25 Jul 2013 16:28:15 +0000

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