EPÍLOGO. LA FIESTA DE LOS ZOMBIS Solsticio de verano, la noche más larga de año, la noche pagana, la de los monstruos. Miles de antorchas hacen como que iluminan, pero su función es más la de hacer bonito. Una de mis manos se agarra a la de mi vecina, encantadora envuelta de pies a cabeza con cinta adhesiva Zombi tradicional, la de color gris; mi otra mano está sintiendo los fríos dedos de mi Vampira, vestida con una gasa tan fina como transparente. No deja la jodida nada, absolutamente nada a la imaginación, hermoso fantasma pálido de pelo rabiosamente negro y de labios rojos como su alimento. Nos paramos a charlar con viejos amigos, las momias de la segunda dinastía a los que literalmente se les salen los ojos de las órbitas al ver tan ceñida a mi vecina; una charla corta con un par de Neandertales, corta porque mi Vampira se aburre con la filosofía y no lo disimula, a la par que adopta su pose más espectacular ante el más enorme de los dos. Una inclinación de cabeza al pasar junto a Lázaro y Jesús, le pregunto mentalmente al primero por cómo está nuestro amigo común, y me manda un guiño de ojo mental, bien. Seguimos andando, lentos pero satisfechos entre saludo y saludo pues todos son amigos y conocidos, y llegamos por fin al claro del bosque donde los Licántropos, que hijos de puta tan hermosos, han retomado su forma ancestral y aúllan a la luna a coro; cantan sobre los infinitos años de la Tierra, de la pasión de la caza abandonada pero no olvidada, del sabor del pasto fresco, de los rebaños. Cenamos, bueno cenan, sentados en la raíz de una Caoba. El Neandertal prendado de mi Vampira destroza a dentelladas una pierna de vaca cruda, no sé si por impresionarla o porque viene con hambre; mientras ella trasiega nerviosa, ardiente, fría y atontada vaso tras vaso ora de vino, ora de sangre de unos VIPS ya difuntos colgados boca abajo de una rama, con el cuello agujereado, mientras no deja de observar a hurtadillas el enorme ser. Le pregunto a un Marciano al que le faltan seis dedos de una mano y un ojo si desea algo de cenar, a ver si pica y por fin conocemos su dieta, pero me responde que no, gracias. Es el maestro Marciano encargado de los fuegos de artificio y está hecho un manojo de nervios, y entre risilla y risilla me cuenta que este año va a ser especial, que ha hecho un petardo del que no salen ni estrellitas ni gaitas, sino un enorme champiñón (símbolo de paz y amor Marciano, como ya sabéis) que se podrá ver a muchos kilómetros de distancia. Me cuenta, inmensamente feliz, que el truco consiste en meter una esfera de Uranio dentro de otra esfera más gorda de explosivo de alto rendimiento y hacer que en vez de explotar, implosione, que lo bueno viene después. Le pregunto con cierto recelo que dónde lo va a hacer estallar, y me contesta que a unos treinta kilómetros de distancia para que se pueda apreciar el efecto. Le vuelvo a preguntar si el detonador es a distancia y me replica que no, que está adosado a la carcasa del invento, y sonríe con esa sonrisa Marciana que dice algo así como “lo sé, pero jamás podría ser más feliz que esta noche, cuando apriete el botón rojo de mi petardo”. Sonrió con ojos tristes y me despido de él. La noche vive su propio ritmo. Mi Vampira ebria de vino, sangre y deseo baila agarrada al cuello de un ser antiguo, enorme y Sofista. Sé que uno destrozará el corazón de otro porque es su naturaleza, y me tocará consolar sus lloros arrepentidos por haberse traicionado a sí misma. Sé que uno podría destrozar el esbelto y frágil cuerpo del otro, y no lo hará porque está en su naturaleza no hacerlo, espero que este no llore, o al menos que no me toque aguantarlo. Una mano envuelta en plástico tira de mí. “Ya”, dice la boca de mi vecina sin moverse. Dejamos nuestros cuerpos apoyados entre las raíces de la Caoba, del lado del que sabemos que saldrá el Sol en unas horas. Y si, Humanos, el ser más hermoso que jamás podríais llegar a soñar emerge de la carne putrefacta, os dije al principio que la belleza está en el interior. Etéreo, se une a mi propio espíritu y nos vamos lejos, a brillar con todo lo que fuimos, lo que somos, lo que sentimos. Más tarde, cuando decidamos que es el momento, iremos a cubrir nuestra curiosidad a un lugar del espacio tiempo donde dicen que Elfos, Orcos y Hombres están a la gresca por un anillo raro. Fin del documento. A la atención de la Organización de Naciones Humanas Unidas Firmado: CEP “Comisionado para trasladar una Enérgica Protesta por el trato que nos dais” Este documento oficial está avalado por las siguientes Instituciones y Organismos: • 50ª Asamblea Popular del Pueblo Zombi. • La República Vampira. • Foro Neardentaliense Sofista de Europa (Júpiter). • Hermandad de Rebaños Caprilicantrópicos. • Dos Momias. • Un Marciano que ha dicho que las dos primeras páginas están bien, pero que no tenía la más mínima intención de leer el resto.
Posted on: Tue, 08 Oct 2013 08:49:09 +0000
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