¿El 1 de febrero: año nuevo azteca? Nuestro calendario cuenta - TopicsExpress



          

¿El 1 de febrero: año nuevo azteca? Nuestro calendario cuenta con 365 días repartidos en 12 meses, y en ese espacio se da lugar a todas las festividades tanto religiosas como sociales. Los aztecas tenían dos calendarios, el llamado xiuhpohualli, "cuenta de los años", y el tonalpohualli, "cuenta de los destinos". El primero tenía por objeto comprender y prever la sucesión de los fenómenos naturales, de los movimientos de los astros y de las estaciones para adaptar los ritos necesarios conforme a una secuencia regular. El segundo influía para determinar el destino de cada individuo y las probabilidades de suerte de cada asunto o empresa en que se involucraban, gracias a los presagios que podían hacerse con base en este calendario. El xiuhpohualli estaba dividido en 18 periodos más o menos equivalentes a lo que nosotros llamamos meses. Cada mes tenia 20 días, lo cual daba un total de 360. Añadían además 5 días, llamados nemotemi, que eran considerados como nefastos. En determinados años había seis nemotemi, porque veían la necesidad de corregir el calendario. Este fenómeno era equivalente a lo que nosotros llamamos "bisiesto" El xiuhpohualli, calendario cronológico, representaba el año solar. Cada año se designaba con el nombre del primer día. Tomaba este nombre del tonalpohualli, que era el calendario adivinatorio. El primer día era indicativo de cualidades y defectos que habrían de caracterizar al año en cuestión. Importancia de los presagios En nuestra época, mucha gente cree en los pronósticos zodiacales considerando la influencia astral de la fecha del nacimiento de la persona. Para los antiguos mexicanos, el tonalpohualli era el calendario más importante. Los presagios constituían algo tan racional que normaban toda su vida, y su contenido era para ellos tan digno de confianza como pudieran ser para nosotros las interpretaciones científicas. El tonalpohualli consiste en la unión de una serie de 20 signos con otra serie de números del 1 al 13. Las series se combinan para seguir un orden invariable, y no se repite la misma combinación de signo y número hasta llegar a 13 x 20, o sea, 260 días. Los 20 signos son: cipactli (lagarto), ehécatl (viento), calli (casa), cuatzpalin (lagartija), cóatl (serpiente), miquiztli (muerte), mazatl (venado), tochtli (conejo), atl (agua), itzcuintli (perro), azomatli (mono), malinalli (hierba), ácatl (caña), ocelotl (jaguar), quauhtli (águila), cozcaquauhtli (zopilote), ollin (terremoto), tepactl (pedernal), quiahuitl (lluvia) y xóchitl (flor). La serie de números sigue un orden lógico: 1, 2, 3, hasta el 13. Combinando signo y número se obtienen los días: "1 lagarto", "2 viento", "3 casa", etc., hasta llegar al "13 caña". El día siguiente se llamará "1 jaguar", después "2 águila", serie que acabará con el "13 muerte", para volver a empezar con "1 venado", y así sucesivamente. Como el número de días del año solar, sin contarlos nemotemi, es de 360, cifra divisible entre 20, si el año comenzaba con determinado signo como ácatl (caña), por ejemplo, el primero de los días llevaba el mismo signo "1 ácatl". Debido a los días intercalares, el año siguiente se encontraba desplazado cinco lugares en comparación con el anterior. Dividiendo 20 entre 5, resulta que sólo había cuatro signos que podían aparecer a principios del año, y en la época azteca eran ácatl, tecpatl, calli y tochtli. Las 13 cifras de la serie numérica combinadas con estos cuatro signos permitían obtener 52 principios de año. Sólo al final de ese periodo coincidían nuevamente la misma cifra y el mismo signo; entonces se "ataban los años" y se encendía ritualmente el fuego nuevo. A este periodo de 52 años, que se le suele llamar el "siglo" mexicano, se le representaba con un haz de cañas atadas. Observando la evolución de Venus, contaban los años venusinos en el calendario adivinatorio, cinco de los cuales equivalían a ocho años solares. La cuenta de los años venusinos y los solares coincidía pasados 65 de los primeros, que equivalía a 104 de los segundos, es decir, al fin de dos "siglos" terrestres. Era éste el periodo más largo de la cronología mexicana y se llamaba huehuetiliztli, que quiere decir "una vejez".
Posted on: Sat, 20 Jul 2013 01:12:16 +0000

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