"El falso reflejo de la normalidad" -Los quiero a todos juntos, estoy harto de esas tonterías de querer demostrar algo!! Si quieres demostrarme algo, demuéstrame tu inteligencia y NO TE SEPARES DEL GRUPO!!! Manfredi estaba cada vez mas harto. Uno de los mas jóvenes por querer impresionarlo, se había salido de rumbo en unos ejercicios de deslizamiento, tratando de aumentar su velocidad desde un pico alto pero por inexperiencia, no notó una placa de hielo delgado en una de las rampas, terminando por caer en un hueco profundo; de no haber sido porque otro de sus Tenientes estaba atento, nunca lo hubieran encontrado. El pingüino aludido tan solo observaba el suelo delante suyo, totalmente avergonzado y tratando de evadir las miradas de sus compañeros; el pingüino mas alto respiro profundo y se pasó cansinamente una aleta por el rostro, contando en reversa automáticamente para que esa sensación de desespero pasase… pero nada evitaba que su desesperación creciera día con día. Mas malas noticias unas horas atrás, encontraron los cuerpos de tres soldados, dos de ellos hembras, flotando a la deriva en una de las corrientes nortes, aparentemente alguien las había arrojado desde una embarcación humana, con la finalidad de que las encontrasen. Dinamarca estaba dejando muy en claro su posición, si veían un solo pingüino de Antartica lo aniquilarían, fuesen hembras o machos o incluso crías. Había exagerado con la forma en que le gritó a aquel pingüino enfrente de sus compañeros, aquello iba mas allá de lo que él era normalmente pero ya no podía hacer nada; hizo un movimiento con la aleta, despidiendo a sus soldados y a cada grupo que conformaba el equipo de cada Teniente, hasta que se hubiesen alejado un poco. Alguien le colocó una aleta en el hombro. -No crees que ya fuiste demasiado lejos? Johnson le observaba bastante enojado y el mayor de los hermanos no pudo menos que cerrar los ojos para no ver la decepción en el otro; el pingüino de ojos claros suspiró agotado de tener que lidiar con aquello y le dio un suave apretón antes de darle la espalda y recargársele en la suya. Manfredi sonrió un poco, su hermano siempre hacía eso, antes de comenzar a hablar como su hermano con toques de soldado descuidado. -Ahhh Manfredi… Manfredi, que haremos contigo hermanote?- el menor rechistó cerrando los ojos y negando con la cabeza mientras se cruzaba de aletas El aludido soltó una risa muy queda, entrecerrando los ojos. -Se que no debí de haberle gritado… nunca me ha gustado ese método de los demás y mirame ahora! Haciendo lo mismo- levantó la mirada al cielo azul profundo de Antartica- que vergüenza… -Si, que vergüenza me das… ojalá esa nueva mala fama que tienes no sea contagiosa, tendré que pedir mi traslado a otro equipo… sobre todo porque nosotros no eramos muy diferentes a ellos… recuerdas cuantas veces nos accidentamos y el Coronel nos metió semejantes castigos por… -Vale, ya entendí que lo arruine!- gruñó enojado Manfredi ruborizado, viendo de reojo a su hermano que seguía tranquilamente apoyando su espalda en su cuerpo- que es lo que quieres? -Yo hermanito?- repitió sorprendido Johnson- nonono… te equivocas, tu quieres algo de mi, algo que yo tengo y que me costó apostarme la mitad de las plumas del cuerpo para conseguírtelo… Manfredi puso un poco mas de atención al ver la expresión de su hermano, que le veía con un dejo de molestia pero al mismo tiempo, tranquilidad; en un movimiento suave sacó una hoja doblada por la mitad de la nada y la levantó un poco con su aleta derecha para que el mayor pudiese tomarla con lentitud, observando un segundo a su hermano con dudas, pero este volvió su mirada hacia enfrente, aguardando. El de ojos castaños lentamente abrió aquel pedazo de papel y entrecerrando los ojos comenzó a leer cada línea antes de que una expresión de sorpresa y confusión naciese en su hombro. -Johnson… -Dinamarca aparte de lo obvio, de tener ahora como enemigos de guerra a cualquier pingüino de Antartica (lo que suma un enemigo mas a nuestra larga lista de rivales), tiene por dicho que les hemos traicionado y ya sabes a quien culpan… -Skipper…- murmuró el pingüino, como si fuese una mentira; pero ahí estaba escrito su nombre y su descripción; negó con la cabeza como si con ello pudiese apartar aquellas mentiras de su vista. Skipper tratando de robarse el alimento de las colonias casi extintas de cigüeñas y en coerción con los humanos? Aquella era una estupidez mayor. No podía entender como se la habían creído o como era posible, siquiera que hubiese ocurrido todo aquello. Continuaron unos momentos en silencio, antes de que Johnson se recargase de lado con un brazo sobre el hombro de su hermano y sacase una fotografía con expresión astuta; el otro pingüino le observó con extrañeza y tendió su aleta para tomarla, antes de verla fijamente: en esta se mostraba a un frailecillo herido, con una expresión que le recordaba a uno de los tenientes jóvenes, de ojos dorados y astutos. -Este es…? -Su nombre es Hans- dijo despacio Johnson antes de regresar a su primera posición- lo condecoraron hace unos meses por detener el complot de los peces… ese complot donde según dicen, Skipper estuvo involucrado- Manfredi apretó con su aleta la primer hoja recibida a lo que su hermano frunció el ceño con molestia- no te suena conocido? -Es el hijo de poca por el cual han renunciado a la milicia diez de los mios- gruñó el mas grande haciendo semejante mueca, que el borde del pico que tocaba con piel se cortó, dejando salir algunas gotas de sangre- chicos muy jóvenes en sus primeras misiones importantes… todos regresaban en silencio, humillados y no querían decirme porqué- se giró hacia su hermano que trastabillo al perder apoyo y que se volteó a ver al otro- ESE MALNACIDO MANCILLO A CADA UNO DE MIS MUCHACHOS!!! Y CASI LO LOGRA CON SKIPPER!! SI ES QUE NO LO LOGRÓ EN VERDAD Y PUDO CUBRIR SU CRIMEN!! Johnson observó a su hermano, que despedía furia por los ojos; en un instante comprendió muchas cosas, sabía que algo les había ocurrido a sus soldados transferidos pero no sabía que hasta ese nivel y por lo que veía, su hermano mayor estaba atando cabos muy rápido. Y tenía perfecto sentido, como buenos lideres le hicieron seguimiento a sus chicos que se habían vuelto retraidos, antisociales y no toleraban socializar con nadie mas. -Demonios…- gruñó Johnson viendo hacia un lado mientras se frotaba la nuca- entonces… Manfredi, Skipper de verdad logró escapar intacto?... presenta todos los síntomas de… -SE… los síntomas que presenta Johnson…- respondió el pingüino colocándose una aleta sobre los ojos tratando de pensar- pero no sabremos con claridad que sucedió hasta que Skipper nos diga algo pero en este momento, esta callado como todos los demás y ninguno ha dicho mas de una oración en todo este tiempo… -Que haremos entonces?- preguntó Johnson Manfredi abrió el pico, pensando en tal vez convencer a Deb que les diera una mano cuando sintió que alguien se acercaba; ambos hermanos se vieron un segundo a los ojos pero antes de ponerse en posición de defensa y ataque, pudieron sentir que la presencia no era peligrosa. -Skipper…- el de ojos castaños observó al mas joven, que se había acercado con ojos curiosos pero extrañados Los dos hermanos se quedaron quietos sin saber que decir o hacer, hasta que Johnson rió un poco y le arrebato la foto y la hoja a su hermano de las aletas para después, proceder a rascarse la nuca y poner ojos cerrados. -Muy bien, creo que yo tengo muchas cosas que hacer, Manfredi nuestro equipo esta algo flojo y necesita entrenar, iré a pedirle ayuda a Kowalski… el nuevo tiene que aclimatarse, ya sabes, con las exigencias tan extremistas tuyas- hablaba rápidamente mientras recibía una dura mirada del Almirante- Adios!- salió corriendo dejando una nube de polvo de nieve tras de si El aludido se quejó en voz baja y negó con la cabeza, antes de girarse hacia el mas joven que conservaba una mirada calma y sumisa, observando todo en silencio. Así se quedaron unos cuantos minutos antes de que presa de los nervios, el mas grande se dispusiera a hablar. -Que sucede soldado? Skipper abrió el pico, de repente algo animado tratando de hablar pero se quedó congelado al sentir que de nuevo, no brotaba nada de su pico; Manfredi suspiró derrotado por ningún motivo lograban hacer que hablara el de ojos azules pero este, contrario a lo que pensaba, parecía querer comunicarle algo. Fruncía el cejo y extendia las aletas, abriendo y cerrando el pico lentamente, tratando de que le leyera. -Lo siento Skipp, el que lee picos es Toloisse, no yo- sonrió un poco con una gotita corriendo por la sien; pero el mas joven no se dio por vencido, frunció de nuevo el ceño y se pasó la aleta por la base del piso, antes de comenzar a correr hacia todas partes. Aquello asustó al mayor, que observó perplejo como su soldado corría en todos los sentidos sin una dirección en especifico, como si estuviese mareado o perdido; el de ojos castaños se acercó velozmente al joven y trató de tomarlo- Skipper, creo que deberías regresar al iglú… El aludido le dio un golpe en la aleta a su líder, que la retiro observándole algo molesto a lo que el otro, tan solo le miró de reojo antes de continuar viendo a todas partes -Bien… no te ayudo- dijo por lo bajo frunciendo el ceño y sobándose la aleta- que demonios buscas? El pingüino se giró y abrió de nuevo el pico, agitando los brazos con molestia, antes de extender sus aletas de lado a lado y luego, haciendo como que agarraba algo; su líder levantó una ceja sin saber a que se refería el pequeño -Tienes hambre y quieres pescar? Skipper se palmeó el rostro cerrando los ojos; sin poder hablar, las cosas estaban difíciles de entender pero entonces… Abrió un poco los ojos y vió al de ojos castaños, que tenía las aletas a los costados, con expresión de desesperado. -Ahora que sucede soldado? Aquello no se lo esperaba; en un segundo, el mas chico había saltado sobre el mayor, tirándole una veloz patada al rostro, pero no por nada Manfredi había llegado a almirante, rápidamente logró detener aquel ataque con una aleta y empujó al mas chico, que salió deslizándose hacia un lado, inclinándose y deteniéndose de la nieve con una aleta. -Pero que demonios sucede??- exclamó el de ojos castaños comenzando a mosquearse Y entonces fue cuando pudo notar la sonrisa divertida y malévola que le dirigía el de ojos azules; sus ojos brillaban como no lo habían hecho desde que regresara de Dinamarca y sus movimientos eran un poco mas seguros; todavía dudaba al momento de hacer algo y podía notarlo en su velocidad pero era evidente que tenía un muy ligero cambio en su actitud. Y eso le gustaba. -Muy lento soldado… antes hubieras logrado acertarme- dijo el líder sonriendo retadoramente, provocando en el mas chico que su sonrisa creciera y sus ojos brillaran aun mas; esto dejo sin aliento al mas grande, que quedó prendado de la vista de su subordinado, que al notar la forma tan intensa en que era observado se ruborizo bajando la vista pero sin dejar de sonreir Manfredi soltó una suave risa, antes de inclinarse y rápidamente, lanzarse a atacar al joven, que volvió a animarse y a prestar atención, esquivando y tratando de golpear a su ahora oponente, en las zonas mas vulnerables que se le presentaban. Era como si de repente Dinamarca hubiera desaparecido; por un instante, todo volvía a la normalidad, el líder defendiéndose y usando sus mejores técnicas para entrenar al chico y este, tratando de superar a su maestro, siendo cada vez un poco mas preciso en sus movimientos, hasta que el de ojos castaños para evitar que este llegase con certeza, no pudo mas que estirarle de una aleta y abrazarle contra si. Ambos se quedaron observando durante un instante, los corazones golpeteando con fuerza en sus pechos y sus alientos golpeando el rostro del otro… Skipper pareció dudar un instante, haciendo temer al mayor que eso había sido un acercamiento demasiado brusco hasta que Skipper, sonrió con suavidad y en un gesto muy diferente a los de antes, recargó su cabeza en su pecho y cerró los ojos, tratando de normalizar los temblores de su recién trabajado cuerpo. El de ojos castaños sonrió enternecido y sin dejar de cargar al mas bajito, comenzó a acariciar su cabeza. No necesitaban decirse nada en aquel momento, la pura presencia de ambos era mas que suficiente. ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: -Cuando lo interrogarán? Akiak daba la espalda a un pingüino enorme, uno de los mas altos de la colonia; este mostraba un aspecto feroz sobre todo en el pico partido por un lado, dejando ver la parte inferior y parte de su lengua Mañana a la mañana lo traeremos a la base madre y procederemos- dijo con voz oscura y pesada el otro pingüino, sin que el general le viese- no lo dejaremos ir hasta asegurarnos de que no sabe nada… en caso contrario… -En caso contrario, un espia de Dinamarca lo encontró y lo eliminó- dijo con sencillez el tercero de los cuatro, suspirando y colocando sus aletas en su espalda- puedes retirarte El otro soldado se puso de pie e hizo un saludo militar antes de girarse y retirarse. El pingüino mas grande entrecerró los ojos, observando su reflejo en aquel muro de acero. Lentamente, sus planes iban tomando forma…
Posted on: Sat, 21 Sep 2013 16:02:19 +0000