En la cotidianidad son comunes las preguntas que parecen obvias frente a sus respuestas. Al final, más bien plantean las contradicciones más profundas de una sociedad. Es como hablar de desarrollo sin la gente, de universidad sin estudiantes, de una empresa sin clientes y de ese tipo de relaciones, donde lo que les da razón de ser a las cosas no participa. Uno de esos casos es la Alianza del Pacífico, una iniciativa ambiciosa, pero en la que surge una inquietud: ¿de qué Pacífico colombiano estamos hablando? O si es el Pacífico de los otros y no el de nosotros. Chile tiene Valparaíso; Perú el Callao; Ecuador, a Guayaquil; hasta llegar a Canadá, con Vancouver; y en Colombia, la capital del Pacífico es Buenaventura, que, frente a sus pares de la Alianza, tiene la situación más crítica. Entonces, ¿qué va a hacer el país para tener un Pacífico que le permita dinamizar una alianza cuando su principal puerto y la región presentan los niveles más altos de atraso y un dilatado conflicto armado? Este momento debería servir para crear una comisión de alto nivel con líderes nacionales, ahora que pasó el evento, que les haga el seguimiento a 10 puntos que en menos de un año muestren medidas de choque para el cierre del Gobierno. Por ejemplo, lograr que haya frecuencia de vuelos diarios desde Bogotá, Cali y Medellín a Buenaventura. Es increíble que solo haya oferta tres veces a la semana de vuelos desde Bogotá y que no exista una frecuencia que cubra Cali-Buenaventura. En infraestructura, agilizar para que pronto se terminen las obras en carreteras urgentes como Buenaventura-Cali, Quibdó- Medellín y Tumaco-Pasto. En el tema comercial, establecer zonas francas en Buenaventura y Tumaco; resulta inverosímil que no se transforme nada en el principal puerto del país, con una tasa de desempleo que supera el 63 por ciento, además de los preocupantes niveles de informalidad y una oferta de empleo ilegal que agudizan el drama social. En la misma línea, es estructural revisar cómo desmantelar la red criminal y de corrupción que ha cooptado por décadas la gobernabilidad local y que ha generado una cultura del miedo en la ciudad. Manos Visibles, la Fundación Ford y las universidades Icesi y Eafit realizaron una alianza para desarrollar el programa Poder Pacífico, para fortalecer las capacidades de los profesionales destacados de la región. En la primera convocatoria, más de 700 líderes de Quibdó y Buenaventura se presentaron. Esto evidencia que en el Pacífico hay con quién hacer las transformaciones, que la gente responde cuando se brindan las oportunidades. Se destaca la apuesta de estas dos universidades privadas regionales en la búsqueda de ser “más universales” y articularse de una forma proactiva a los desafíos de formación de calidad en la región. Este tipo de apuestas no pueden ser solamente por iniciativa privada y de cooperación internacional, sino que requieren que en la agenda pública se priorice al Pacífico con decisión y las oportunidades para la formación y articulación de la capacidad local para el avance de la agenda nacional. La región necesita una dirigencia política, comunitaria y económica, formada al más alto nivel en gerencia y áreas técnicas, sin lo cual se perpetúa un estancamiento o un liderazgo externo que no genera apropiación, sino rechazo. Es vital tener esa agenda con acciones constatables, que se vean pronto y generen confianza. Las cifras que deslumbran en términos comerciales de la Alianza Pacífico, aunque marquen un potencial, no garantizan que sus efectos redunden en un desarrollo medido en el bienestar de la gente local. Necesitamos que en esta coyuntura surja una Alianza Nacional Pacífico desde, con y por el Pacífico. Paula Moreno Presidenta de la Corporación Manos Visibles
Posted on: Fri, 21 Jun 2013 03:54:21 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015