Es ella No sé cómo, ni cuándo, o mejor sí, sólo que no - TopicsExpress



          

Es ella No sé cómo, ni cuándo, o mejor sí, sólo que no quiero recordarlo. Un beso, una mirada, unas palabras, las cosas que hacen de la fórmula del amor, algo infalible. El riesgo, el temor y el amor, fueron constantes, combatieron entre sí, sin embargo, la confianza, la ternura, el cariño, la perseverancia y el sueño, especialmente el sueño, hicieron de eso una realidad. Hay múltiples sueños, ilusiones por doquier, sin embargo, esto era más que un sueño, estar con ella era vivir simplemente. Sus ojos, su boca, su forma de caminar, de hablar, de reír, de sentir, era diferente. Ella es diferente. Me mostró todo de sí, de sus ángeles, pero también de sus demonios, de los cuales, son de los que más me enamoré. Eran similares, estaban con nosotros, habíamos surtido muchas batallas con ellos, y eso era muy valioso, y eso había marcado nuestras vidas. Unas vidas similares, pero diferentes, con muchos ángulos, con muchas aristas, sin embargo, esas aristas quedaron a un lado y por mucho y por poco, el sueño se hizo realidad, ella, estaba conmigo, estaba mi lado. No niego, que estar con ella, sentirla, de las cosas que recuerdo; segundo a segundo, rememoro todas las palabras dichas, todo el sentimiento desbordado. Se vivió, para muchos cosas malas, cosas buenas, pero para mí, fue la posibilidad de vivir, de amar, sin esperar nada, eso era. El amor llegó, primero de su parte, desde su miedo y temor, pero llegó, después fui yo, el que se atrevió, el que dejó al lado el miedo, él que por fin sabía lo que quería y estaba seguro de lo que sentía, era feliz. No obstante, el amor, pronto se convirtió en algo diferente, en el botín, pero también en el foco de los problemas. Ya nada era diferente, se vivía lo mismo, se sentía igual. Las palabras perdieron valor, sin embargo, había algo, había tiempo, había arreglo, estaba ella aún. El espacio, jugó en nuestra contra, pero entonces las palabras tuvieron valor de nuevo, se sentía igual, se sentía renovado. Pero la batalla continuaba, y al parecer perdimos los dos. La perdí a ella. Ella dice que no recuerda nada, no lo creo, recuerda, sólo que recordar le hace daño. Yo creo que lo recuerdo todo, porque cómo no he recordar que estuve vivo, que estuve con ella. Ella, que decir de ella, aún es diferente, es fuerte, perseverante, lucha por los que quiere, tiene un corazón grande, un corazón que ella no cree tener, un corazón lleno de cariño y afecto, de ternura, de aquella que siempre me transmitía. Es pequeña, parece frágil, pero es muy decidida. Es la mujer a la que amo, es la mujer a la que quisiera tener a mi lado, en todos los días, de lluvía, de calor, de frío, de duda, de tristeza y por supuesto, en los días de libertad y felicidad. Ella, en la que mi mente ha dado vuelcos, en donde mis sueños se vuelven más que realidad; ella, la que mi voz nombra, porque nombrarla me hace sentir vivo; ella, a la que necesito, por la que daría mi vida, una vida para vivir, por la que no tengo más, una vida para estar con ella, para estar conmigo, para protegerla, para quererla, para valorarla, para decirle que no se puede aspirar a nada más, sino a saber que la conocí, que por un momento estuve en su mente. Para ser claros, sólo tengo eso para ella, un corazón, que no deja que se vaya, que se extinga su llama, ese amor y esas palabras, ese calor, que algún día me dio. Ella la razón por la que sigo luchando, internamente, lucha que siempre gana y por la que me siento feliz. Lucho por ella, pierdo, pero lucho, algún día ganaré, el día en que ella, realmente sea feliz. Sufro por luchar, no importa sufrir, porque lo único que tengo es amor para dar, para ella. Quisiera una oportunidad, una oportunidad para interiorizar, más sobre ella, entenderla, no creo llegar a hacerlo pero lucho. Lucho y me caigo, pero revivo porque ella está ahí, en mi alma, tiene la magia de revivirme, de redescubrirme. Lucho por mí, porque me siento feliz, al saber de qué amo, de forma incondicional, platónica, socrática, cristiana, como quieran llamarla, la amo, y me amo. Dicen que lo mejor es esperar, pero el amor no da espera, la vida es corta y lo que se quiere no deja ir. No me ato a ella, no quiero hacerlo, no quiero ser quien esté en contra de su marea. Sin embargo, me inunda, el hecho de pensar en sus ojos. Espero, quiero, amo, estar con ella. Es ella, ella es, no soy yo. Las cosas más valiosas cuestan la vida, cuestan tiempo, en especial el de los otros. No me importa desechar mi “vida”, porque mi vida no está, está con ella, no sé si la suya esté conmigo. Por ella, quiero vivir, quisiera olvidar, pero no vivo sin ella. Por ella, quisiera que todo empezara de nuevo, como una pintura que se restaura y se fortalece, que se hace más valiosa con el tiempo, un tiempo que corre muy despacio y correrá de esa manera. Es ella, la que suspiró en el último encuentro, la que sintió mi amor, y dónde sentimos la desesperación. No quiero más, no aspiro más, es ella, la mujer de mi vida, su corazón tan fuerte que aún está conmigo lo siento, lo vivo. No tengo riquezas, no tengo nada, aparte de lo que me otorgó la humanidad, sólo tengo corazón, sólo tengo amor, sólo tengo afecto, cariño, consistencia, confianza y calor cuando ella tenga frio, frio cuando tenga calor, eso es, es lo que tengo y lo que no tengo, es Ella. (...) Eras tú!. A…
Posted on: Fri, 16 Aug 2013 03:30:57 +0000

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