Esos cosos revoltosos. Las voces vigorosas, esclarecedoras, con - TopicsExpress



          

Esos cosos revoltosos. Las voces vigorosas, esclarecedoras, con argumentos académicos y legales, discuten si es válida o no la toma de colegios y se pronuncian en contra del desorden provocado por la asamblea de los chicos y su vocación de lucha. Piden el escarnio público con azotes y expulsión para que el ejemplo no cunda y yo creo que esas voces cavernosas tienen razón. Los pibes son unos revoltosos mal educados, plenos de juventud y coraje que atentan contra las instituciones que nada más pretenden darles un educación cuidadosamente elegida por unos esclavos amanerados. Los alumnos desacatados no pueden desconocer el orden natural de las cosas. El funcionario tiene permitido imponer su capricho amparado en leyes inopinables y no en el consenso de unos pendejos que hay que domesticar. Aunque tengan más de 16 años y el derecho a votar no pueden opinar sobre las decisiones de la superior autoridad de arriba, tan legítima como el garrote. Los estudiantes son la levadura del pan que saldrá del horno con toda su sabrosura, dijo el poeta. Es por eso que, recordando la levadura de otros revoltosos, propongo ver los resultados escritos en la historia. En Francia unos revoltosos desaforados crearon La República, ejemplo de todas las repúblicas del mundo. Otros revoltosos propiciaron la asamblea para la revolución de mayo y quedaron envueltos en las traiciones de quienes no participaron a pesar de haber ganado un país argento y abolir la esclavitud. Unos hipies sucios y revoltosos con asambleas musicales y protestas muy violentas muchas de ellas lograron el retiro de las tropas en Vietnam. Unos revoltosos ignorantes hicieron caer el apartheid en Sudáfrica. Las asambleas lograron leyes laborales en medio de prohibiciones y muchos revoltosos fueron asesinados con la ley escrita e indiscutible, según algunos. Se escribió la historia con asambleas populares y revueltas y en los únicos lugares donde una asamblea es ilegal es en los estados de sitio y en las cárceles. Pero en las calles suponen reformas a lo preestablecido que, generalmente, incomodan a las minorías cómodas enquistadas por asambleas de otro orden. Sin embargo, las asambleas populares son totalmente legítimas y están por encima de cualquier ley escrita o virtual, de cualquier prohibición, de Dios y de quienes decidan no participar, pues quien no se opone u opina, acepta la voz de la asamblea aunque sean cuatro sus integrantes. El acto eleccionario no es más que el recuento organizado de los votos de una asamblea general donde usted elige un representante extraído del debate o la militancia para las asambleas ordinarias y el que no participa: acompaña y se calla. Fíjense que las asambleas de la OTAN, los 20, los 8 o del club Bilderberg tienen resultados más desastrosos que unos bancos rotos y un grupito de católicos intolerantes y ofendidos. Claro, a ellos los ampara la ley escrita. Pero refugiarse en la ley escrita es endurecer un concepto bajo el supuesto de que una ley es justa y por lo tanto eterna e inapelable y que por eso no merece revisión. La trampa es que todas las leyes del mundo afirman la ilegitimidad de las reformas a sí mismas cuando esa reforma provenga del vulgo. El mundo una ínfima minoría poderosa es la ganchera, una minoría con poder es el gancho, la ley y los deberes son el hilo y las mayorías son los salames. Estudiantes: a ganar.
Posted on: Fri, 27 Sep 2013 13:03:02 +0000

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