Esta mañana, examinando más de cerca las hermosas reproducciones, una en concreto me ha recordado una antigua historia que leí durante mi estudio de pasadas civilizaciones. Se trata de una pequeña estatua de la cortesana apodada Friné en la antigua Grecia. Si os concedéis un instante de descanso os relataré tal historia, espero que mi memoria me sea fiel. Cuentan los escritos que alrededor del siglo III a.C. vivió una hetera célebre por su belleza y musa y amante del renombrado escultor Praxíteles, quien se inspiró en ella para realizar varias esculturas de la diosa Afrodita, encarnadora de la belleza más sublime. Era tal la virtud de Friné que cada hombre de la región ática para sí la deseaba; entre ellos un tal Eutías, conocido por no haber desplegado galanterías sin resultado. Como para todo existe una primera vez y desgraciadamente para el soberbio Eutías, la hermosa Friné rechazó cada uno de sus intentos por cortejarla. Con su durante años inflamado orgullo herido, Eutías cobardemente optó por acusarla de impiedad en base a la herejía de comparar su belleza con la de una divinidad como Afrodita, un grave delito que podría significar la sentencia a muerte de nuestra hermosa musa. Desesperado ante la posibilidad de perder a Friné, Praxíteles suplicó al gran orador Hipérides que defendiese la causa de ésta ante el Areópago, el estricto Consejo anclado en las antiguas costumbres y leyes que decidiría su destino. No obstante, ni toda la lógica, argumentación y prestigio del gran Hipérides persuadió a los magistrados, cuya decisión parecía tomada de antemano movidos por su rectitud y sentido estricto. El orador, ante la aparentemente inevitable condena de Friné la obligó a desnudarse ante el Consejo, cuyos rostros escandalizados pugnaban con sus ojos deslumbrados que nunca habían contemplado tal monumento vivo a la diosa. Fue absuelta de forma unánime, pues no había herejía ni impiedad en tal belleza. Y aquí, en El Collar de la Paloma, se encuentra la hermosa Friné sujetando sus vestiduras mientras cubre su rostro ante la vergüenza de ser exhibida a la lujuria de los magistrados, que sería finalmente lo que se impondría a sus supuestas elevadas convicciones. elcollardelapaloma.es/web/#!/portfolio/697
Posted on: Mon, 02 Dec 2013 10:07:14 +0000
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