Este me lo envio un buen amigo, Manuel Pinta la Pared, se lo dedico a quien tu ya sabes :) Halcón Maltes Descansaba en un frío banco junto a la Fuente del Tomate, a pesar de ser un día soleado hacia frío mucho frío, no en vano era el mes de febrero, el mas gélido que recuerdan los viejos lugareños en los últimos 50 años. A pesar de ello me gustaba aquel lugar quizás no tuviese el encanto de las flores en primavera ni el de las hojas verdes de aquellos centenarios álamos, pero se respiraba paz y tranquilidad, libre del bullicio de cientos, tal vez miles de turistas que paseaban por aquellos bosques en primavera, uno de las mayores atracciones turísticas de la ciudad, la Alhambra y su bosque de viejos y orgullosos álamos. Disfrutaba del imperioso silencio en compañía de una de mis novelas favoritas. Una sombra se adueño del tímido rayo de sol que hacia un poco más calida aquella mañana. Levante la mirada de la novela, y mi mirada se cruzo con los preciosos ojos verdes esmeralda de una escultural pelirroja. Sus ojos y labios parecían querer decir algo, pero no pronunciaron vocablo alguno, tan solo permaneció erguida, observándome, tras unos minutos siguió su camino tal y como había llegado en silencio. Continúe con mi lectura, pero ya no podía seguir el argumento, la misteriosa pelirroja me había desconcentrado, no me la quitaba de la cabeza, era ya casi medio día, la hora del Martini. Diez minutos mas tarde me encontraba ante la puerta del restaurante las Mimbres, uno de mis sitios predilectos desde mi juventud, aun recuerdo aquellos tiempos como si fuese sido ayer y eso que ya habían pasado mas de veinte años que cruce por primera vez aquella puerta. Buenas tardes Santiago, lo de siempre por favor, le dije al viejo camarero, respondiéndome con un gruñido y meneo de cabeza como única respuesta. No me molestaba aquella aptitud al contrario me agradaba y me arrancaba una sonrisa, Santiago era el típico granaino con su innata y famosa malafolla, ¿que mas se podía pedir en esta ciudad?. Buenas tardes, ¿tienes fuego?. Sorprendido y algo atónito solo hacerte ha decir un tímido si claro, ofreciéndole fuego de mi viejo Zippo, mi mente trataba de encontrar torpemente alguna ingeniosa frase, que quizás me diese la oportunidad de iniciar conversación con la misteriosa pelirroja de ojos verdes y bella sonrisa. De pronto me sorprendí diciendo, a que te dedicas cuando no estas dejando boquiabiertos a los hombres? Como si de un Humphrey Bogart me tratase en su personaje de Sam Spade en el Halcón Maltes tratando de conquistar a la chica de turno. Obtuve como única respuesta una tímida y ruborizada sonrisa. Estaba claro que ni yo era Bogart ni que el embrujo de aquel bosque conseguiría que yo conquistase a la pelirroja de ojos verdes.
Posted on: Sat, 06 Jul 2013 08:59:07 +0000
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