Esto es un simple texto personal, algo que me pasó y necesito - TopicsExpress



          

Esto es un simple texto personal, algo que me pasó y necesito contarlo. Creo que la mejor manera de hacerlo es esta y me encantaría que comenten que les pareció. Gracias!! :) Nosotros tenemos una relación especial que hace que no importe el tiempo que haya pasado ni el lugar en el que nos encontremos, el trato siempre es el mismo (como si nunca nos hubiésemos separado). Y eso es lo que me llevó el miércoles a abrir los ojos y encontrarme sentada frente a él hablando de la vida como solíamos hacer. No recuerdo el hecho previo que me llevó a sentirlo tan cerca nuevamente, pero sé que así no hubiese ocurrido ese hecho, yo hubiese terminado sentada en ese árbol esperándolo de todas formas. Él está un poco flaco, con el pelo más largo de lo que solía tenerlo y esa “fiaca” que tiene en su caminar y que lo caracteriza, pero sus ojos marrones siguen intactos y su sonrisa a lo lejos también. Estaba nerviosa, esos 20 minutos que tuve que esperar se me hacían eternos. También tenía miedo, no sabía con qué me iba a encontrar o mejor dicho… con quién ya que me lo imaginaba totalmente cambiado no solo externa sino también internamente. Pero finalmente llegó con sus manos en los bolsillos mostrando seguridad aunque su cara no decía lo mismo, se le notaba un poco de timidez o ¿Por qué no? Miedo, al igual que yo. Me miró, lo miré y me sonrió al compás de sus brazos que se extendieron rápidamente para darme ese abrazo de reencuentro. Ese abrazo que hace 5 meses estaba esperando. Se sentó a mi lado y no desperdició ni un segundo. Me preguntó como estaba, que era de mí, como iban mis cosas, me contó la razón de su nuevo look (futuras rastas) y me agarró la mano… creo que se dio cuenta lo tensa que estaba. Le contesté todo y le devolví las preguntas mencionando a su hermana, su familia y sus cosas también. Me abrazó y se me escapó un ‘Hace tanto no te veía’, me abrazó más fuerte. Lo volví a respirar, volví a sentir mi pecho contra el suyo. Se me llenó el alma, la hizo revivir… y a mí también. Caminamos un rato, juntos y riéndonos como siempre supimos hacer. Volví a darme cuenta que más allá de todo, más allá de las cosas que tuvieron que pasar, más allá de las personas por las que cada uno tuvo que pasar, nunca dejamos de querernos y tener ese cariño de mejores amigos. Volví a darme cuenta de lo lindo que es cuando se ríe. Igual la distancia entre corazón y corazón se hacía notar un poco ¿Me explico? Caminaba con su mano rozando la mía pero no me animaba a agarrarla. Creo que por su parte era lo mismo. Sentía esa necesidad de que me abrace y que con un beso me solucione la vida pero no podía exigírselo como antes. Pero poder recostarme en su hombro y que me haga esas caricias que me hacen cerrar los ojos, fue hermoso y me alcanzaba. Hubo un momento de silencio. Agachó la cabeza y me pidió perdón por todo. Fue el perdón más sincero que escuché. Me miró a los ojos y lo abracé. Acaricié su cabeza y lo vi cerrar los ojos, le dije que no tenía nada que perdonar porque ya lo hice hace rato. Sentí su amor de nuevo y me atreví a preguntarme en qué momento fue que nuestra historia tuvo un fin, por qué lo tuvo y por qué tan triste. Lo que sentíamos era tan real pero me puso contenta saber que nos quedaron marcas, sentimientos y sobre todo… memoria. Fue un abrazo largo, silencioso pero lo necesitábamos. Soltó un ‘eres muy buena persona Leno’ y ahí recordé como lo empecé a extrañar, recordé ese 19 de abril y sufrí. No como aquella vez pero sufrí y me acordé de lo mucho que lo necesitaba. Supe que nadie iba a hacerme sentir lo que él. Lo extrañaba con esperanza, con la convicción de que algún día lo iba a volver a ver y pasó. Recordé que lo quiero con la mayor fuerza que tengo, tengo su olor y sus marcas en mi piel. Todo eso me generó ese abrazo. Lloré. Si, lloré y le dije que lo extrañaba. Me sonrió y me dijo que el también. ¡Cómo me gusta tenerlo cerca! Vi su cara mil veces. Tengo todas sus historias memorizadas. Besé sus labios en millones de formas pero todavía amo tenerlo alrededor. Lo sostuve muchas veces en mis brazos como para contarlas. Pienso que lo conozco de adentro hacia afuera mejor que nadie. Y estamos juntos cuando podemos. Pero todavía amo tenerlo alrededor. Llegó el momento de irme y sentí en carne propia una de las más costosas despedidas. No quería irme, me negaba. Buscaba cualquier cosa con tal de pasar cinco minutos más amarrada a su cintura. Pero el micro estaba llegando y no había vuelta atrás. Me abrazó por última vez, me besó y cerré los ojos. Lo volví a ver, sin dudas era él de nuevo. Nos despedimos por enésima vez, me soltó pero antes me dejó oír un ‘veámonos de nuevo’. Asentí sonriendo, me acaricio la mejilla y subí al micro. Estoy aliviada y contenta por sentirme plena nuevamente. Lo deseé en todo instante. Lo quiero y lo voy a querer siempre, siempre voy a extrañar su cigarro de desayuno. Me senté junto a una ventana procurando verlo una última vez. Estaba de espaldas pero se dio vuelta y levanto su mano, saludé con una sonrisa enorme y lo vi hacerse pequeño. Bajé la cabeza, me puse los auriculares y sonaba ‘A tu lado’ (tiene tanta historia esa canción). Sentí vibrar mi celular y vi ‘¿El viernes a la tarde tienes algo que hacer?’ y fui feliz de nuevo. Lc♫
Posted on: Fri, 01 Nov 2013 01:15:49 +0000

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