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[Estos no son mios los encontre y los comparto con uds ^^] Otro, otro!!! 2/? EL dentista.... Sungmin cerró los ojos. Se sentía muy cansado y sillón del dentista era muy cómodo, muy suave. Sungmin no sentía nada de lo que le hacían en la boca, la anestesia funcionaba perfectamente. En el consultorio dental sólo se escuchaba el tradicional mini-taladro y la pequeña aspiradora succionar la saliva generada por las glándulas salivales del paciente Lee Sungmin, quien estaba cada vez menos consciente de lo que le hacían a su colmillo derecho. El dentista, equipado con una bata blanca con animalitos, lentes de trabajo y cubre bocas, se dio cuenta de que su paciente dormitaba gracias a que, poco a poco e inconscientemente, éste cerraba la boca, logrando dificultarle el acceso a las manchas negras de caries. — Señor Lee, señor Lee. Despierte señor Lee. Y el paciente se movió un poco para dar a entender que estaba despierto y atento. El dentista siguió con su trabajo; todavía quedaban unas manchas negras que, si permanecían en el diente, más adelante generarían fuertes dolores al señor Lee. — ¡Oye hyung! Llegó el proveedor de los medicamentos; dice que trae tu encargo. — Está bien. En un momento salgo. ¿Señor Lee le importaría esperar un minuto? El señor Lee negó con la cabeza ya que la aspiradora en su boca no le permitía mover la lengua correctamente. — Puede enderezarse un momento y sacarse eso, sólo no cierre la boca ¿De acuerdo? — Aja. El dentista salió del consultorio y Sungmin se sentó derecho después de quitar el molesto aparato de la boca, pellizcó un momento su labio superior y, como no sintió nada, le causó gracia y continuó pellizcando su nariz y su cachete derecho donde también había hecho efecto la anestesia. Cuando el señor Lee dejó de pellizcarse echó un vistazo al consultorio. Todo olía a resina y amalgama. Sus ojos se abrieron enormemente cuando, girando casi por completo su cabeza, vio una fotografía del que, al parecer, era su dentista el día de su graduación. No podía creerlo, era él. El hombre que había admirado cada tarde en la universidad. Ese hombre que le congelaba el cerebro y le quemaba el corazón cada vez que lo veía pasar por los pasillos de la facultad de Artes para llegar a la facultad de Odontología. ¡Oh Dios! Ese hombre ahora le limpiaba su diente podrido ¡Qué vergüenza! Pero es que el dolor que le había comenzado en la madrugada no lo había dejado esperar a una cita con su dentista de siempre, así que tuvo que entrar al primer consultorio que vio abierto con la esperanza de que pudieran atenderle; pero nunca imaginó que el dentista protagonista de sus sueños húmedos fuera precisamente el dentista que se apiadaría de el en sus momentos de agonía a causa del mal cuidado de sus dientes. El señor Lee quería salir corriendo del establecimiento para evitar que ese apuesto hombre viera de nuevo su boca mal cuidada y estaba dispuesto a hacerlo cuando vio entrar a su dentista, ahora sin los lentes cubriendo sus ojos oscuros y sin el cubre bocas sobre su perfecta nariz y labios ¡Ay Dios, se había puesto más bueno con el paso de los años! — Disculpe la tardanza señor Lee. Por favor, recuéstese de nuevo. El señor Lee quería llorar ¿Por qué la vida era tan cruel con él? ¿Habiendo tantos dentistas en la ciudad justo tenía que ir a parar con él? El dentista volvió a cubrirse la cara con sus materiales y a colocar la pequeña aspiradora en la boca de Sungmin, luego continuó escarbando en el diente dañado. — La caries afectó bastante el diente. Le taparé el orificio con resina del color de sus dientes por razones estéticas. Terminaré en una hora aproximadamente. ¿Las cosas podían ir peor? ¡El hombre que le había robado los sueños durante sus años de universitario le había dicho que su diente era horrible! Cuando el dentista terminó de taparle el diente, utilizando un aparato que dejaba ver una luz roja para vez que lo introducía en su boca, se dispuso a caminar hacia su escritorio y tomar una receta para comenzar a escribir en ella. — Señor Lee, absténgase de tomar refrescos, picante y cosas duras durante dos semanas, por lo menos, ya que puede dañar el diente. También deje, lo más posible, la azúcar refinada y cualquier endulzante artificial. Además, después de consumir cualquier alimento, procure lavarse los dientes. También compre estos medicamentos. El primero es un antibiótico para evitar cualquier infección, y el otro es para el dolor; una píldora daca 8 horas… E-sta es mi mi tarjeta… por si necesita… algún servicio en el futuror — Dijo mientras le extendía una tarjeta blanca con una muela dibujada al lado de su nombre: Cirujano dentista Cho Kyuhyun — Entiendo… Este… ¿Y me va doler mucho? — No creo, pero el diente estará sensible los próximos días, por lo que es mejor asegurarnos. Ya puede levantarse señor Lee. Mi asistente se encargará de proporcionarle los medicamentos y de cobrar el servicio. — Gracias doctor. Sungmin salió del consultorio después de pagar y caminó hasta su auto, andaba totalmente ido, la anestesia ya se estaba pasando y comenzaba a dolerle el diente de una manera punzante ¿Su mala suerte podría ser peor? Cuando estaba sólo a unos pasos de su coche se cruzó un gato negro delante de él ¡Perfecto! ¿Ahora, qué otra cosa podría sucederle? Las semanas pasaron y Sungmin ya se estaba olvidando del vergonzoso episodio de su diente y el dentista, pero ahora era otra cosa la que ocupaba su mente: La idea de llamar al Cirujano dentista Cho Kyuhyun. — ¿Lo llamo o no lo llamo?... ¡Lo llamo!... ¿Pero, qué le digo? ¡No! Mejor no lo llamo. Ya llevaba tres días marcando el número de la tarjeta y arrepintiéndose, colgando en seguida. ¡Pero qué va! Peor ya no le podía ir, así que, armándose de mucho valor, tomó el celular, marcó el número, pegó el teléfono a su oreja y esperó. — Consultorio dental “Sonrisa blanca” ¿en qué puedo ayudarle? — Emmm… ohh… soy Sungmin, es decir, el paciente Lee Sungmin. — ¡Oh! En un momento le paso al doctor. — ¿Qué? Espere no… — ¡Hola, Sungmin! — ¿Hola? — Creí que nunca llamarías — ¿De qué habla? — Te di mi tarjeta… — Pero… es decir ¿Usted esperaba que le llamara? — ¡Oh, claro! Para eso te di mi tarjeta… ¿no llamas para hablar conmigo y esas cosas? — ¿Qué? Yo creí que la tarjeta era para citas al consultorio… — ¿Es eso lo que quieres? — ¡No!— Se escuchó una risa clamada del otro lado de la línear— E-es es… no… buen… pero — Sungmin — ¿Eh? — Me siento feliz de que hayas llamado ¿Quieres salir conmigo en una cita? — ¿Yo? — Sí, ¿quién más? — ¿En serio? — Muy en serio — Es… es… está bien— Sungmin todavía no creía que todo esto estuviera pasando, se le hacía increíble ¡Su amor platónico le estaba pidiendo una cita con todo y su diente podrido! — Te veo hoy a las 7 en el “Café rosa” — … está bien… — Estaré ansioso de verte Sungminie — ¿Sungminie? — ¿Así te decían tus amigos en la universidad, no?— Sungmin no contestó— ¿Sungminie? ¿Estás ahí? Sungmin se había quedado congelado. ¡El amor de su vida sabía de su existencia desde hacía años y él ni cuenta se había dado! Definitivamente, nunca se arrepentiría de comer dulces y tener los dientes podridos... Sigo?? MG y comenten por fis! By.Gene :3
Posted on: Sun, 29 Sep 2013 02:50:04 +0000

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