Estoy escuchando la entrevista a Susana Díez y me planteo una - TopicsExpress



          

Estoy escuchando la entrevista a Susana Díez y me planteo una reflexión que quiero compartir. Lejos de mí cualquier crítica ideológica a la nueva presidente de la Junta de Andalucía, a la que deseo todo el éxito del mundo y de la que espero gestione un modelo alternativo a las políticas neoliberales imperantes en el resto de España. Voy a lo que representa, una persona que nunca ha desempeñado ninguna actividad laboral y no ha tenido vida fuera de la política. Ya sé que muchos se me echarán encima por coincidir en esto con la brunete mediática, pero reitero mi introducción para evitar falsas interpretaciones. Continúo. Quienes criticamos la pervivencia de monarquías en pleno siglo XXI y no entendemos que se defienda la formación de un príncipe, al margen de la sociedad, porque está destinado a reinar, nos queda la misma impresión cuando vemos que alguien ha estado bajo la protección de unos padrinos políticos para culminar su carrera y gobernar a unos ciudadanos que no pueden ver con buenos ojos una "casta" política tan alejada de sus anhelos, sencillamente porque vive en una realidad paralela. Eso nos lleva a otros debates, sobre el modelo de partidos en España, su escasa democratización interna (y la apelación a las primarias, que me parecen una muy buena alternativa y sólo practica en España un partido, el PSOE, en el caso andaluz ha sido una treta; que se lo digan al alcalde de Jun) y las debilidades de la cultura política española. La vida política y la responsabilidad pública debieran ser transitorias. En este caso, si miramos a nuestro alrededor vemos algo similar, políticos profesionales que forman una especie de casta aparte. Pero no debe servir de consuelo. Eso explica alguna (no todas, por supuesto) de las debilidades de la democracia en un mundo globalizado. Pero también desde fuera de nuestras fronteras tenemos ejemplos de renuncias al cargo, de dimisiones, por causas que en España resultarían impensables. En fin, nos planteamos tantas veces modelos alternativos (independencia frente a unidad, federalismo frente centralismo, República frente a Monarquía, laicismo frente a confesionalismo) mientras descuidamos lo fundamental, construir una cultura política participativa y democrática, tan descuidada en la "sacrosanta" transición, que necesita de los partidos políticos como cauces de participación pero sobre todo de una ciudadanía activa. Y, en este sentido, la apelación a que los partidos políticos son impermeables a admitir la disidencia y son estructuras endogámicas, aun siendo cierta, es insuficiente. Lo más cómodo es permanecer al margen y criticar a los que no nos representan. Es preciso que se deshaga este nudo gordiano, una casta política cerrada y unos ciudadanos cerrados a la participación política, pues los que tienen mucho que ganar y poco que perder son los de siempre, los que han permanecido agazapados y pueden aprovechar la situación actual para atacar la convivencia ciudadana. Permanezcamos atentos.
Posted on: Fri, 13 Sep 2013 07:50:42 +0000

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