Fabula de la pulga y el piojo Una alegre pulga saltó sobre un perro que se rascaba desesperadamente Sobre los pelos del animal se acercó a curiosear qué lo molestaba tanto y al llegar a la piel encontró a un piojo que feliz chupaba su sangre. —Buen festín te estás dando, amigo piojo —le dijo al repugnante bicho, palmoteándole la espalda—. ¿Me permites acompañarte? El piojo miró con cierto desdén al advenedizo que invadía su territorio. —Sí, siempre que no bebas mucha sangre, mira que el animal es mío. Y así, los dos tragaban tranquilamente y charlaban sobre diversos tópicos. Pronto el piojo encontró que la aprovechadora pulga bebía demasiada sangre, quiso echarla y comenzaron una feroz disputa. —Tengo igual derecho que tú para chupar la sangre del perro —alegaba la pulga. —Pero yo nací aquí y es mi fuente de alimento —retrucaba el piojo. Repentinamente cayó sobre ellos agua con insecticida y ambos murieron. Moraleja: Nunca asegures ser dueño De este o de cualquier lugar La vida es como un sueño La muerte todo lo deja igual. Desconozco el autor (fue publicado varias veces por distintas personas)
Posted on: Wed, 31 Jul 2013 16:27:14 +0000
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