Fragmento 4: inocencia Perdida Michael inclinó su cabeza a un - TopicsExpress



          

Fragmento 4: inocencia Perdida Michael inclinó su cabeza a un lado, intentando descifrar mi acertijo. Me he acostumbrado, pude haberle dicho, pero no vi obligación de hacerlo. Además, tampoco logré encontrar palabras para explicarle con simplicidad, lo complejo de mi vida. –Verá Michael…- Traté de esforzarme por explicarme mejor, el pobre hombre tenía miles de signos de interrogación girando en su cabeza –Primero, no sé por qué hablo con usted de mi vida privada, siendo usted un completo desconocido, pero la verdad me siendo extrañamente cómoda y atraída… aunque también, de cierta forma usted me intimida- ¡Que enredos dije! Me intimidaba, pero a la vez me atraía. En esos momentos me sentía muy confundida. Sus lentes delgados de aumento, su barba tupida y bien cuidada, sus manos grandes y lampiñas. Sobre todo aquellos ojos miel. Me encantaba mirarlos tras el cristal de sus lentes azulados. Era como si hubiera tomado varias copas. Me sentía extasiada, embriagada, abrazada por esa delicia dorada. –Já… yo la intimido- Dijo señalándose a sí mismo con el dedo –¿Y eso por qué?- Preguntó riendo. “¿Qué?, no sabe hacer otra cosa mejor que reírse por todo…” – No sé- Respondí grosera –Pienso que por ser filósofo, su mirada es más profunda. Me da un poco de miedo- me recosté sobre el respaldar de la silla, quería estar lejos de su mirada por un momento. No quería pensar en la locura que estaba meditando por hacer. – Para nada Livian. Lo único profundo en mí, son mis emociones y mis elecciones. Usted, es la primera persona que dice sentirse cohibida frente a mí- Dijo sonriendo de nuevo. “¿Por qué sonríe tanto? Parece imbécil…” – No es cohibida- Lo corregí molesta –Es solo que…- Me levantaba del respaldar y me volvía a recostar. – Adelante, la escucho- Michael se acercó más, apoyando ambos brazos sobre la mesa. Estaba más cerca de mi rostro que antes, casi a la distancia de un beso. Sus ojos me miraban con atención, con cuidado. Estaba presto a escuchar a una completa desconocida, con toda la atención del mundo. ¿Por qué tanto interés en mí? – Podríamos hablar de algo menos incómodo…- Retrocedí, acomodándome de nuevo en el respaldar de la silla. Buscando la comodidad de nuevo. Sentía cómo su rostro y mirada, invadían mi espacio psicológico, que de paso ya era bastante sensible y poco tolerante. Muy reducido mejor dicho. Tenía que aprender a simplificar mi modo de hablar y ver el mundo. – ¿Cómo de qué?- Preguntó cruzando los brazos sobre su pecho. Ahora sí, estábamos a una distancia más respetable. – No sé, tal vez de su idea…- Michael frunció el ceño confundido. –Tal vez no me expliqué bien, me refiero a ¿Por qué ve diferente a mí, el no seguir las leyes? – Verá señorita Livian…- Dijo detrás de un suspiro. –La vida es muy simple, pero el ser humano la complica demasiado. El ser humano es un animal. Un animal en busca de satisfacción y placer. Hace lo que quiere como dice usted, pero por un deseo de satisfacción. Por un impulso repentino… él mismo es quien elige su camino. Quien elige sobre el bien y el mal. Quien decide cómo sentirse en la vida… así volvemos a caer en su insatisfacción con el lugar donde vive. Si no le gusta donde vive, ¿Por qué no se cambia de lugar?- “Todo lo pone tan simple… Dichoso él que soluciona todo con una sonrisa…”
Posted on: Wed, 20 Nov 2013 18:19:27 +0000

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