G12; revelando la realidad acerca del llamado Gobierno de Doce; - TopicsExpress



          

G12; revelando la realidad acerca del llamado Gobierno de Doce; 13ª parte Experiencia de un Pastor Evangélico en un Encuentro del G12 Dicen que para hallar a Cristo hay que ir al Encuentro - ¡no lo crea! Lea la Escritura: “Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. Porque se levantarán falsos cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. Ya os lo he dicho antes” (Mateo 24: 23-25) Siendo muy cuidadoso de la Saludable Enseñanza (traducción más correcta de la expresión ‘Sana Doctrina’) y pastoreando una congregación por veinte años, quedé sorprendido al observar que un hermano de la congregación sorpresivamente me informa que irá a un Encuentro ese fin de semana; que lo ha invitado un hermano amigo de otra congregación; que le aseguran que es algo muy bueno; que no sabe quién lo organiza; que no sabe en dónde se realizará, pero lo llevarán en un bus. Cuando regresa, pide pasar adelante en medio de la reunión y habla maravillas de lo que había experimentado ese fin de semana, utilizando la conocida expresión: “¡El Encuentro es TREMENDO!”. Se emociona, llora; el público se conmueve… y entusiasma a otros. Y yo, sin saber quiénes son los que lo organizan y qué se proponen, dado que él no me podía dar mayores datos, porque ‘se comprometió a no contar nada’; y mientras tanto, los hermanos y hermanas de la congregación, muy entusiasmados con la expectativa de concurrir al Encuentro, durante un fin de semana. Mientras intentaba averiguar algo, incluso con otros pastores, los cuales tampoco sabían qué era aquello, veía que uno a uno se iban al Encuentro, sin poder impedirlo; porque, increíblemente, sus mentes habían sido literalmente ‘lavadas’ y, si intentaba detenerlo o prohibirlo, corría el riesgo de una disgregación en la misma congregación que, un mes antes, era unida, sana y respetuosa de sus autoridades. Luego, fue mi hermana de sangre y fue también, mi propia esposa. Cuando regresaron, parecían ‘zombis’. ¡Esto era alarmante! ¡Mi propia esposa, que nunca me había ocultado nada; ahora, por orden de los organizadores del evento, nada podía contarme! ¿Podía ser cierto lo que estaba sucediendo? Me argumentaban: “Si tu esposa y tu hermana, siendo tan espirituales están de acuerdo, ¿no es acaso de Dios este Encuentro? Ellas tienen el mismo Espíritu Santo que tienes tú”. Pero, algo no funcionaba bien. Me insistían en que yo mismo debería ir, comprobarlo, y así tener autoridad para opinar. Pero no estaba de acuerdo en asistir a un evento, sin saber de qué se trataba y en qué consistía, y quiénes eran los responsables de estos Encuentros. A lo último, me enteré del nombre del pastor que lo organizaba; un total desconocido, cuyo nombre nada me aclaraba el panorama. En mi desesperación busqué al Señor e hice lo que siempre, desde que me entregué a Cristo: “¿Qué dices Tú, Señor?” ¡Aleluya! Mi esposa, luego de dos semanas de abismo, se atrevió a hablar y ROMPER EL PACTO; me contó TODO lo que había sucedido allí. “Sin comentarios” En medio de las tinieblas de su confusión, ella era fiel al Señor y honesta con su propio esposo. ¡Gloria a Dios! Me enteré de las prácticas horrorosas a que había sido sometida; ella, apenas se daba cuenta de lo que había experimentado. Tuve una increíble visión: una luz roja se encendió, declarándome que esto era un peligro para la iglesia del Señor. Y luego, Su Voz, que me decía que, aunque Él no aprobaba estos Encuentros, yo concurriese no obstante; porque había un propósito y una misión que iba a cumplir posteriormente. Cuando regresé del fin de semana, el Señor me dio la victoria completa en mi hogar y en la congregación; la cual me ama profundamente. Pude abrirles los ojos; y entendí que ahora tenía la misión de advertir a todos los cristianos que estuviesen a mi alcance. Cuando mi esposa escuchó a un hermano decir, con un extraño tono de voz: “Yo no lo reconozco como pastor”, CAYÓ INMEDIATAMENTE UN VELO DE SUS OJOS, según ella lo testimonia; y entendió que estos Encuentros no son de Dios. Su cambio fue instantáneo; la paz y el gozo volvieron a mi hogar; ya no existía más el abismo espiritual. ¡Victoria! Inmediatamente, pedí la ministración de un pastor amigo, para que orara por mi esposa y por mí; e incluso por mi hija, aunque ella no había asistido, para que Dios anulara toda influencia espiritual demoníaca o diabólica en nuestras vidas y hogar. Creo que es por esta razón que muchos que han asistido a un Encuentro, aún continúan con depresión, amargura y resentimiento por las malas experiencias vividas allí; la influencia ocultista, cual un silencioso veneno, continúa afectando sus vidas. Soy conciente que, a esta altura de mis comentarios, muchos exclamarán: “¿Quién podrá ministrarme, si toda la comarca en donde vivo, toda la ciudad, toda la región está contaminada con el G12 y aun no consigo una iglesia decente en donde congregarme?” El misionero Carlos T. Studd estaba para morir, enfermo con la fiebre africana y, no habiendo aceite para ser ungido, tal como dice La Palabra de Dios “¿Está alguno enfermo entre vosotros?” (Santiago 5.14) fue ungido en su frente con kerosén o parafina y luego se arrodillaron y oraron por él. “Cómo lo hizo Dios, no sé, ni me importa; pero esto sé que, a la mañana siguiente, habiendo estado enfermo a la muerte, me desperté sano”. Si no hay ningún sirviente o pastor o anciano que sea digno para ministrar, ¡minístrate tú mismo! En el Nombre del Señor Jesucristo, reprende toda obra del mal, toda influencia espiritual perniciosa en tu vida y declárate libre; porque conoces la Verdad, que es Jesucristo. Y quien conoce la Verdad, es VERDADERAMENTE LIBRE. ¡Gloria a Dios! (Juan 8.32 y 14.6). Participando y colaborando en Ekklesia como forista sentí la influencia y el poder de las tinieblas; pero sabía y sé que DIOS NOS DARÁ LA VICTORIA SOBRE LAS FUERZAS DEL MAL. Sé muy bien quién es el enemigo; pero “sé a Quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel Día” (2º Timoteo 1.12). La mayoría de las personas que asistieron al Encuentro han experimentado opresión, depresión, confusión; viejos pecados han regresado, aumentados; el ego ha sido estimulado; el espíritu de división se ha instaurado, acompañando a la rebelión. Ahora entiendo porqué en el G12 el sistema es cerrado, propiciando la obediencia ciega, aun, si a todas luces las decisiones son claramente cuestionables. Finalizo mis recuerdos comentando que la persona de otra iglesia, que invitó por primera vez a un miembro de nuestra congregación al Encuentro, sin consultar primero conmigo –lo cual hubiera evitado todo esto- luego de unos meses me llamó por teléfono y me dijo: “Todavía ni mi esposa lo sabe; pero ahora que he visto de cerca este movimiento y que conozco en profundidad las cosas que se hacen allí, he decidido retirarme de la iglesia en donde me congrego, para nunca más volver; porque he comprobado que contiene prácticas del ocultismo y de la Nueva Era”. No me mueven el rencor ni la sed de venganza; me mueve el deseo de que muchos ojos espirituales sean abiertos y vuelvan a la sencillez y claridad de Las Sagradas Escrituras, La Santa Biblia que es La Palabra de Dios única, inerrable, plenaria; cuyo Canon compuesto porlos sesenta y seis libros ha sido cerrado y nada puede agregarse ni quitarse. (Apocalipsis 22.18-19). “El logo del G12. Representa toda la Tierra tomada por la visión de gobierno de los doce... No es otra cosa sino el planteamiento estratégico del Nuevo Orden Mundial” Mi experiencia en un “Encuentro”del G12 Lo primero que uno oye hablar es acerca de los Encuentros: ‘Encuentro con Dios’. Te dicen que es algo que nunca experimentaste; que lo necesitas, que te hará bien. Que no te pueden comentar qué es; pero que son tres días de mucha bendición, en los cuales Dios te va a hablar. Que tienes que prepararte para ello. Debes asistir al Pre-Encuentro. De últimas, si no has podido asistir al encuentro previo, lo más importante es que debes estar en oración, para que Dios esté preparando tu vida para esos tres días, en los cuales tu vida cambiará. Claro, uno se resiste al principio, porque parece una invitación a convertirse a Cristo. Pero te invitan a ti, que ya eres del Señor. También te aclaran que allí van todos: creyentes e inconversos. No puedes ir con tu propio automóvil, ni en tren, tampoco en bus. Tienes que aceptar viajar en los buses arrendados especialmente para la ocasión. Deberás abonar una suma, que no es ni mucho ni poco; es una cifra respetable: $ 50= o U$S 50. En todos los casos el Encuentro con Dios se realiza desde el viernes a la noche hasta el domingo a la tarde, en un lugar muy apartado. Cuando uno llega al lugar, se da cuenta que, aunque quisiera, no puede regresar por sus propios medios: estás en medio del campo, en una ruta alejada. Se experimenta un cierto temor, una cierta indefensión; pero ya es tarde. “¡Bienvenido! Hombre de Valor” Ésta es la credencial que nos entregan al ingresar al Encuentro de Varones, ya que no es mixto. Ingresas a un salón previamente dispuesto, con altoparlantes poderosos y música suave grabada, que se escucha constantemente incluso, cuando habla el orador, cuando se está desayunando, almorzando, merendando y cenando; y también muy tarde por las noches, cuando cada encuentrista se retira en silencio a descansar. La presentación es típica de una empresa piramidal, de aquellas que te ofrecen la venta de un producto sensacional, como ser, un champú que sirve para lavar el carro, los platos, el piso y aun el cabello; también, sirve para lavar la ropa. “Cada veinte/ treinta minutos Dios te va a sorprender” repite el presentador constantemente, con una voz fuerte y animosa, típica de un programa televisivo. “¿Cómo es el Encuentro?” (Y él mismo te enseña a responder) “¡Tremendo!”. Otra vez: “¡El Encuentro es Tremendo!” La voz del que habla es cada vez más fuerte; tanto, que algunos buscan sentarse más atrás, para estar lo más alejado posible de los altoparlantes. Todos están expectantes, intimidados, asustados, tensos, con dudas. Te enseñan que debes tener una actitud humilde; aquí no valen los títulos ni los cargos; pastores y miembros son todos iguales; no hay ninguna consideración especial para nadie.
Posted on: Thu, 12 Sep 2013 08:09:12 +0000

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