¿HACIA DÓNDE MIRAN LOS OJOS DE ALEJANDRA? - TopicsExpress



          

¿HACIA DÓNDE MIRAN LOS OJOS DE ALEJANDRA? En homenaje a Alejandra Pizarnik: Hacia dónde miran los ojos de Alejandra. Releo a Alejandra (Pizarnik), poemas y prosa. Pienso: Quién es esta mujer que me escribe y quién soy yo cuando la leo. Me dejo, me abandono en el juego que me propone. No siento extrañamiento ni ajenitud porque leyendo transito un universo que le es propio, que me es propio, diverso de lo que se llama “lo real”, “lo cotidiano”, “lo concreto”. Releo y me afirmo que ya no hay que guardarla entre el papel de las hojas de los libros. Me digo que debe ser posible una más justa distribución de la poesía y que su ocultamiento a las mayorías tiene una clara intencionalidad política. Releo a Alejandra y no intento nada, ella me intenta. Quedo abrazada a su alma y asomo a esa otra dimensión que crea para compartir abismos, aceptarnos la fragilidad, conjeturar sobre lo que las palabras nombran y no nombran: ser uno, dos o varios espejados. O espejismos de la noche. ¿Releo a Alejandra que invoca a la muerte, a la Muerte, a las muertes y a los muertos que aprenden a vivir lo que la muerte les enseña o a la que saborea la fascinación por la infancia perdida? Releo. No son los temas ni las obsesiones que dramáticamente, una y otra vez, se dejan nombrar por Alejandra, lo que conforman su mundo sino las múltiples rupturas que ella le confiere al leguaje de su poesía. Las palabras se estrellan delineando un mundo innombrable y frondoso al cual, sin más, entramos y nos hacemos sus naturales habitantes. En ese engarce es que Alejandra se hace fuerte y, prisionera de la libertad que el lenguaje le otorga, muestra su relación paradojal con la poesía. Escribe en su diario el 25 de julio de 1965: “En el fondo yo odio la poesía. Es para mí una condena a la abstracción y además, me recuerda esa condena. Y además, me recuerda que no puedo hincar el diente en lo concreto”. Releo. La construcción del universo de Alejandra Pizarnik muestra la fragilidad de las distintas racionalidades de la cultura. Su poesía quiebra la linealidad temporal y espacial. Como quien viene de un más allá, - sabiendo lo que todos desconocen-, cuestiona las narrativas que la humanidad o las ideologías hegemonicas han tramado para explicar, explicarse y sobrellevar la existencia, desenmascarando cada una de las ilusiones que sostienen las instituciones. Alejandra fue (es) una carente husmeando en sus fallas minuciosamente; una desilusionada de la muerte; una entusiasta del oficio de escribir con retazos de grises y de violetas, con pulso de inocencia de ojos negros profundos. Fue (es) una pasajera de otra dimensión, una extranjera que viene de explorar ese otro lado: ¿de la locura?, ¿de la sombra?, ¿de la muerte? Se han construido relatos sobre Pizarnik atravesados de valoraciones condicionadas por prejuicios de género. Así lo señala Ana Nuño en el prólogo de “Prosa completa”, donde sostiene que “la melancolía, la soledad y el aislamiento cuando se ponen de manifiesto en una mujer son rasgos que admiten ser interpretados como prueba de un desequilibrio psíquico que pueden conducir a la autora al suicidio o a la locura”. Diferente si es varón -continúa- y su obra o vida ofrecen las mismas características, entonces, son vistas como muestras de su fino talento o de su originalidad. No es justo analizar la escritura de Alejandra como la poesía de “la loca” o “la suicida”; resultaría patético valorar su arte con filtros clínicos o con los registros de quienes clasifican, etiquetan y nominalizan la realidad. ¿Qué es la realidad?, ¿quién se atreve a privilegiar el embuste de la objetividad de la realidad a la belleza de este lenguaje escurridizo que fluye y huye al ritmo de la lectura: la muchacha que halla la máscara del infinito, rompe el muro de su propia poesía. Releo como un rezo. Cada poema toca alguna de las cuerdas de mi alma que no es más que un alma cualquiera. Como un rezo celebro la palabra, sus palabras así tejidas. Una vez más, releo y miro fotografías de Alejandra. Inevitablemente, me atraen sus ojos, que busco en cada una de las imágenes. Me pregunto cuándo cambiaron los ojos de la niña Alejandra que se parecían tanto a mis ojos de antes. Sus ojos siempre miran otra cosa. ¿Hacia dónde miran los ojos de Alejandra? Gabriela Onraita
Posted on: Wed, 25 Sep 2013 21:12:33 +0000

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