Hace algunos días pasaba por la calle Culiacán de la colonia Condesa, vi sus cuadros desde la calle expuestos en una galería que presentaba esa noche obra plástica de artistas oaxaqueños. Me sorprendió de pronto el estallido de luz y color de unos cuadros gigantes. Pregunté; el encargado mencionó su nombre: ALEJANDRO SANTIAGO (Oaxaca, 1964-2013). Hicimos plática sobre temas de arte, gestión cultural y hasta diseño gráfico; me convidó un trago de mezcal que entonó mis apreciaciones. Mi idea era llevar una carpeta de mi obra, pedí los datos y me retiré. Días después regresé, y con más tiempo, contemplé su trabajo detalladamente: trazos deliberados, colores intensos, una búsqueda por las neo-figuraciones, una gestualidad que nos invitaba a ser libres, al menos en ese pequeño terruño de la imaginación directamente sobre la tela con un lápiz y un pincel chorreando pintura; en fin, nos invitaba a adentrarnos en esa cavidad extraña y espiritual que todo arte tiene. Su forma de concebir la pintura aún resuena, la galería ya no existe, cerró después de un mes en que no pasó nada, pues en la calle el público transitaba a veces sin darse cuenta de su existencia. Estuve advertido desde el inicio. Q.E.P.D. Alejandro Santiago.
Posted on: Tue, 23 Jul 2013 02:08:59 +0000
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