He aquí la segunda parte, olvidé decirles a los que no - TopicsExpress



          

He aquí la segunda parte, olvidé decirles a los que no estuvieron al tanto ayer, que el lemon es HaruMako, lo siento, intentaré no hacerlo para la próxima. ------------------------------ Título: Let blow your mind (amor-yaoi/fanfic/viewstory.php?sid=106537&textsize=0&chapter=2) Autora: Marieene Disfruten >.< ------------------------------ - ¿Eh? ¿Qué quieres decir? –Cuestionó Makoto despistado y girando para quedar frente a frente con su amigo. Sus miradas chocaron y el silencio los invadió por un momento. Los ojos de Haru brillaron con intensidad… tantas emociones resplandecían que Makoto se sintió nervioso e impresionado…- ¿Haru?... –Susurró quedo. Entre la oscuridad de la habitaron, el brillante azul resaltaba y le era imposible quitar la mirada. Tan absorto se sentía que no notó la cercanía del rostro opuesto. Lo próximo que supo fue que sus labios fueron suavemente acariciados por la calidez de los ajenos. Su sorpresa fue mayúscula, pues nunca se hubiese imaginado aquello…Haruka lo estaba besando. La mirada azul fue oculta por los parpados y el beso se profundizó, aunque el castaño no pudiera reaccionar de la impresión. Makoto sufrió una fuerte corriente eléctrica y un calor repentino por todo el cuerpo. ¿Qué debía hacer? ¿Qué quería hacer? Cuando lentamente Haru se separó, sus labios se apreciaron fríos. - Era por esto que no fue buena idea que te quedaras. –Habló Haru con suavidad sin dejar de mirar el rostro atónito de Makoto, quien no se lo podía creer. Enfrentados como estaban, entre la densa oscuridad, solo se permitían verse los rostros…No había palabras. Pero nuevamente, y ante el aturdidor silencio de Makoto, el de cabellos oscuros rompió el silencio. – Lo siento. –Fueron las únicas dos palabras antes de girarse y volver a la posición anterior. Ahora solo podía verse su espalda y Makoto se desesperó, ¿Qué debía hacer?... ¿Qué debía hacer?... Pero aunque se mantenía impasible, Haru era él que mas desesperado estaba. Acababa de besar a su mejor amigo, atraído inevitablemente por aquellos labios de tinte rosado. Y se había sentido tan bien…que había deseado no detenerse jamás y besar para siempre a Makoto. Estaba respirando con tanta lentitud, que el aire le faltaba, y entonces, dejó de respirar por completo cuando los fuertes y largos brazos del castaño lo rodearon y su espalda chocó con el torso desnudo de Makoto. Lo único que podía escuchar en ese momento era el fuerte palpitar de su acelerado corazón…y luego la relajante respiración de su amigo cerca de su oído… - Makoto… -Instintivamente cerró los ojos. Estaba tan calido en aquellos brazos. No se movieron, en ese instante, lo único que querían era disfrutar del momento que estaban viviendo. Makoto apretó su agarre y olió los cabellos oscuros…era un aroma embriagante, dulce. Las fuertes ráfagas de viento hacían temblar las ventanas y los relámpagos iluminaban la habitación. Ansioso, Haruka se volteó y escondió su rostro en el pecho de su amigo. Aun no estaba listo para enfrentar la mirada verde, aun no estaba listo para afrontar la realidad de lo que parecía, había sido correspondido. No era un juego, no era curiosidad…quería a Makoto. Ahora lo entendía. Siempre se había sentido atraído hacia su mejor amigo. Los finos dedos del castaño buscaron su barbilla y con suavidad, levantaron su rostro oculto, para quedar enfrentados, y por fin sus miradas se encontraron. Algo completamente nuevo se removió en ellos, y un nuevo brillo resplandeció en sus ojos. La tensión abandono el cuerpo de Haruka al ver la calida y amena sonrisa característica de su amigo…esa sonrisa que siempre le había gustado, que siempre le había dado fuerzas…No pudo aguantarlo mas y sin dudarlo se lanzó hacia los labios de Makoto, uniéndose nuevamente. Pero esta vez fue diferente, el castaño correspondió enseguida, y sus lenguas tomaron partida en el asunto, moviéndose, peleando y recorriendo todo a su paso. Ambos se agarraban de la cintura opuesta, y ambos compartieron un beso cargado de sentimientos nuevos. Nada fue dicho…nada era necesario decirse. El rostro de Makoto avergonzado y teñido de rojo era un agasajo ante la mirada de Haru, quien no podía parar de besar aquellos labios tibios, cada vez con más pasión e intensidad. Pronto no pudo evitar levantar las manos con lentitud, tocando la piel descubierta de aquel torso marcado, pasando por el ombligo, abdomen y sin darse cuenta, su recorrido se detuvo con ambas manos en cada tetilla del otro. Makoto soltó un respingo en los labios de Haru, abriendo los ojos más avergonzado y nervioso que nunca…Haru lo estaba tocando… Al notar que su amigo se removía algo inquieto, se separó con cuidado y haciendo una pequeña mueca susurró al oído del castaño: - Si quieres que me detenga, dímelo. –Se sentía seguro de lo que hacía, pero no era porque tenía experiencia, sino porque simplemente quería hacerlo e instintivamente sus manos se movían. Quería tocar a Makoto, quería acariciarlo, conocer cada parte de él. Y aunque ya sabía y conocía a la perfección el cuerpo de su amigo, deseaba conocerlo más… Sus labios depositaron un tierno beso en los labios semi abiertos del castaño y luego descendieron hasta el cuello de éste. Makoto se sobresalto un poco, pero no pudo decir nada, pues los besos en aquella zona de su cuello le habían sacado un par de gemidos, los cuales intentó reprimir. Y ya no eran besos únicamente, sino también pequeños mordiscos, que eran a su vez acompañados por la lengua traviesa de Haru, que dejaba un camino desde esa zona hacia abajo. El castaño soltó la cintura de su amigo y se llevó la mano a la boca para tapar un fuerte gemido que deseaba escapar al sentir la boca caliente y mojada de Haru en una de sus tetillas… primero fue un pequeño beso, luego una cálida humedad y después un dolor punzante ante un mordisco descuidado, pero que de forma inesperada lo éxito de sobremanera. Su mano ya no alcanzaba para acallar sus suspiros y menos aun cuando, sin dejar de estimular las rosadas tetillas, una de las manos finas de Haru, descendió con avidez hasta su entrepierna, donde enseguida se encontró con su miembro casi despierto tras la tela del boxer. - Mmh...¡Ah!... ¡Haru!... –Makoto, completamente avergonzado y con el rostro sonrojado, no podía detener las distintas descargas eléctricas que lo recorrían integro. Después de todo, aquella mano que masajeaba su miembro por sobre la tela, comenzó a hurgar por debajo tocando su piel caliente. Escuchar, ver y tocar a Makoto lo había excitado rápida y desesperadamente. Recién había empezado, pero ya sentía decesos de más. Con poco esfuerzo, hizo que el castaño quedara acostado sobre su espalda y él se colocó a la perfección sobre su amigo. Una de sus manos pellizcó la tetilla izquierda, mientras sus mojados besos bajaban cada vez más hacia el sector donde su mano masturbaba. Una vez que estuvo frente a frete con el miembro del castaño, depositó un pequeño beso en la punta y lamió con mucha saliva antes de apartarse un poco. Con agilidad, quitó la única prenda que Makoto tenia y que estorbaba, arrojándola al suelo. Y desde la distancia, apreció el cuerpo completamente desnudo de su mejor amigo limitado por la oscuridad de la noche. Aun así, la luz no era necesaria, podía ver cada rincón del cuerpo de Makoto por mas oscuro que estuviese. Se veía…exquisito… Haruka se inclinó y de un momento a otro atrapó en su boca el miembro ya duro de su amigo, saboreándolo como si fuese el dulce más delicioso del mundo. Comenzó un movimiento de arriba hacia abajo, sin quitar sus labios en ningún momento. Una de sus manos jugueteó con los testículos, mientras la otra apretaba y acariciaba los muslos. Al elevar la mirada sintió una penetrante excitación y un ardiente calor al ver el rostro de Makoto. Éste, incapaz de silenciar sus gemidos, cerraba los ojos fuertemente y se mordía el dedo. - Déjame escucharte, Makoto. –Dijo en un suspiro Haru, mientras apartaba aquella mano de su boca. Sus miradas se encontraron una vez más, y sus labios se unieron con sed y deseo. Sin separarse del todo de aquella boca, Haru elevó tres dedos y con ellos le abrió la boca al castaño para, a continuación, introducírselos. Así, Makoto cerró los ojos y comenzó a lamerlos con maestría adquirida en segundos. Haru lo ayudo, mezclando ambas salivas en sus dedos, que comenzaba a resbalar más allá de su muñeca. Mientras se ocupaban de eso, su otra mano continuaba masturbando el miembro palpitante del más alto. –Si en algún momento quieres que me detenga, lo haré. –Y separándose volvió a perderse entre las piernas largas del castaño. Sus dedos mojados y resbalosos se acercaron a la estrecha y virgen entrada de Makoto. El cuerpo de éste último se tensó y tembló al sentir pequeños masajes circulares justo en ese lugar. Pronto, dejaron de ser masajes, y con suavidad, Haru empujó hacia adentro su dedo medio, ingresándolo por completo de un solo movimiento. De inmediato levantó la vista para revisar la reacción de su amigo… éste se agarraba a las sabanas, ladeando su cabeza hacia la derecha… Comenzó a mover su dijito y al no notar queja algún, un segundo dedo invadió las estrechas paredes. Podía sentir claramente como los músculos apretaban sus dedos y de inmediato lo invadió el profundo deseo de saber como se sentirá estar así de apretado con su miembro… Makoto se removió, pero pronto se acostumbró al segundo, por lo tanto, Haru continuó agregando el último dedo. - ¡Ahh! –La espalda de Makoto se curvó y sus ojos se abrieron destellando excitación y Haru no pudo mas que suspirar extasiado al escuchar aquella voz… había encontrado un punto. Sin dejar de mirar lo verdes y brillantes ojos, volvió a tocar aquel lugar, al tiempo que metía el pene de Makoto en su boca. – Ahhh, Haru… -Nuevamente, y con mayor intensidad, el castaño se removió agarrando las sabanas con fuerza. Los ojos brillosos, un leve sonrojo y una mirada cargada de placer, fue lo que Makoto pudo observar cuando Haru se irguió, quitando sus dedos y soltando su miembro, para así poder desnudarse. Al bajar, lamió el miembro una vez, luego los testículos y después la entrada ya dilatada. - Parece que ya estas listo… -Susurró Haru incapaz de aguantar un segundo mas, soltando pequeños gemidos al tocarse él mismo. Pero antes de entrar, se estiró todo lo que su cuerpo daba sobre el de Makoto, consiguiendo que ambos miembros se rozaran y ninguno de los dos pudo evitar gemir en la boca del otro. Se sentía tan bien. –Voy a entrar. –Dijo de una manera como pidiendo permiso. Makoto asintió con una pura sonrisa y beso una vez más los labios ya enrojecidos de su amigo. Con cuidado, Haruka colocó las piernas del castaño sobre sus hombros y agarrando su pene, lo posesionó en la entrada ya dilatada y húmeda. Y con la mayor suavidad, fue empujando lentamente hacia el interior de su mejor amigo. Era tan apretado… tan caliente y mojado, que se sentía correr en cualquier instante. Una vez adentro, observó el rostro algo contraído de Makoto.- ¿Te duele? –Preguntó preocupado. - Solo…un poco. –Respondió el castaño, mirando con amor a su Haru. – Continua…quiero sentirte dentro de mí. –Aquellas palabras tomaron por sorpresa al de ojos azules. Esa voz, esas palabras…era tan excitante. La visión entera que tenia de Makoto era una sola cosa; erótica. Agarrando entre sus manos el miembro del castaño, comenzó a masturbarlo al tiempo que lo penetraba. Y la velocidad fue aumentando progresivamente. La habitación fue llenada de gemidos y suspiros de placer, el sudor comenzó a recorrer sus espaldas, sus respiraciones se aceleraron al igual que sus corazones, que golpeaban con fuerza el pecho de cada uno… Makoto se aferraba a la espalda de Haru, y éste, agarraba las caderas con fuerza para introducir su miembro hasta límites desquiciados. - ah… ahh… Haru…yo… - Era delicioso escuchar aquellos gemidos y su nombre en labios del castaño. De inmediato, al saber perfectamente lo que su amigo quería decir, comenzó a penetrarlo con más fiereza y a masturbarlo con la misma intensidad. - Makoto… no puedo mas… -Haru cerró los ojos y empujó con fuerza una vez mas, dejando salir todo el esperma contenido. Llenando el interior de Makoto con su esencia. Pequeños espasmos lo recorrieron y abrió los ojos para ver la cara llena de placer de su amigo, que se aferraba a las sabanas y estiraba la cabeza hacia atrás, alcanzando el orgasmo. Observó como el líquido blanquecino manchaba el abdomen del castaño y su mano. Quería probarlo. Manteniéndose unidos, Haru se inclinó y lamió un poco del semen que había caído en el ombligo de Makoto. El castaño se avergonzó, aun respirando aceleradamente para recuperar el aire, rodeó el cuello de Haru y lo atrajo hacia sí para besarlo con pasión y profundo amor. En la boca de su amigo, podía sentir el sabor de su semen. Con suavidad acarició los cabellos oscuros y luego se separó unos centímetros. Ambos se miraron con intensidad. Los brazos fuertes del castaño abrazaron el cuerpo de Haruka e hicieron que éste se acostara sobre él. Y así quedaron congelados en el tiempo, que aunque para ellos parecía haberse detenido, para el mundo a su alrededor no era así. Haruka acomodó su cabeza sobre el pecho de Makoto, y los latidos ya normalizados le propusieron una entonación abrasadora. Antes de quedarse dormido en los brazos de su mejor amigo susurró: - Estoy feliz… Makoto… -Hubo una pausa, a lo que el castaño pensó que nada mas seria pronunciado, pero luego Haru volvió a hablar.– Te amo…Mako...to… -Esas palabras dejaron al castaño sin aliento. - El que esta feliz soy yo, Haru. –Dijo aun sabiendo que su amigo no lo escuchaba. Lo apretó más contra sí y lo besó en la frente.- Te amo, Haru. Ahora se, que siempre lo he hecho… -Y cerrando lo ojos, su mente se perdió en la calida oscuridad del sueño. Ambos descansaron en brazos del otro, completamente abstraídos del mundo entero. La tormenta, tal vez, había parado, pero eso no importaba, porque estaban juntos. Fin
Posted on: Sat, 14 Sep 2013 21:39:55 +0000

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