Hoy es 20 de junio. Día de la bandera. De nuestra celeste y - TopicsExpress



          

Hoy es 20 de junio. Día de la bandera. De nuestra celeste y blanca enseña patria. La que nos representa a todos. La que mis hijos juraron a medida que fueron llegando a cuarto grado, y a la que los argentinos más nuevos prometen defender hasta morir. Lo recordamos el 20 de junio porque ese día murió Manuel Belgrano, su creador. Creador a ultranza, ya que antes, el 13 de febrero de 1812 le había pedido al triunvirato que le apruebe el uso de la escarapela, que ya era celeste y blanca. El hecho es que, aunque Belgrano el 20 de febrero de 1820 murió en Buenos Aires, a unos metros de la Plaza de la Victoria, hoy Plaza de Mayo, y que hasta unos añitos antes había sido Plaza Mayor (Porque no es de ahora esta costumbre que tenemos de rebautizar.); la ciudad de la bandera es Rosario, porque allí fue donde la enarboló por primera vez. Y allí fue donde la hizo “jurar” por sus soldados de las baterías Libertad a Independencia. ¡Vaya sugestivos los nombres! La cosa es que allá fue la Presidente, Cristina Fernández a presidir los actos recordatorios. Y lo hizo cerrando el acto, al pie del Monumento, primero con una novedosa danza al son de los inequívocos pero difícilmente desentrañables compases de una creativa versión de nuestro Himno Nacional y para culminar con un largo discurso alusivo. Discurso que me llenó de confusión, seguramente porque, por mis años, fui al colegio en tiempos en que la historia que se enseñaba era otra. Pero el motivo de mis desvelos es otro. Cuando la presidente, risueña, refirió como una anécdota, que las primeras veces que lo acompañara a Él viajando en helicóptero, seguramente ya presidencial, lo primero que divisaban, a la distancia era el Monumento a la Bandera, porque era el edificio más alto de los alrededores. Y que esta vez en cambio lo encontró todo rodeado de una Ciudad, que, por ahora, se llama Rosario. Colmada de altos edificios que crecieron gracias a la pujanza infundida por Él en estos años. Quizás por la emoción se le pasó que como esta vez fue en el Tango 01 bajó en el aeropuerto de Fisherton, ahora rebautizado como Islas Malvinas, con una perspectiva nada agraciada de la ciudad. Para terminar haciendo la observación de que, por suerte, desde acá, es decir al pie del monumento “podía seguir viendo nuestro rio.” Y debo confesar que me dio un poquito de miedo. Bueno, no es extraño, ya estábamos advertidos. Todos recordamos seguramente cuando dijo, en otra memorable alocución, que “su deseo era que le tuviéramos miedo, aunque sea un poquito.” Y cierto es que desde entonces se ha esmerado en lograrlo. Pero la verdad es que cuando escuché aquellas palabras “nuestro rio” no pude evitar un escalofrío. Una campanita de alarma se oyó en mi subconsciente. Y aquí estoy hoy imaginándome como quedaría nuestro majestuoso Paraná pasando por Calafate, ya que descarté por imposible su introducción en una bóveda. ¡Atención rosarinos! Andrés Torres Morey
Posted on: Fri, 21 Jun 2013 23:46:15 +0000

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