INFORMACION ANEXA: Proyecto Prisma. El fin de la privacidad en - TopicsExpress



          

INFORMACION ANEXA: Proyecto Prisma. El fin de la privacidad en Internet... Cierto día, decidiste abrir una cuenta en Facebook. Se trataba de una forma más de profundizar en las virtudes de internet y no quedarte al margen del progreso. Decidiste subirte al carro de eso que ya se empezaba a denominar “redes sociales”. Así, empezaste a volcar parte de tu vida personal en lejanos servidores, te relacionaste con personas con las que compartiste secretos inconfesables y presentaste en sociedad a tu pareja, familia, amigos y hasta a tu perro. Pero poco podías imaginar que un ejercicio tan inocente y enriquecedor podía llevarte a ser objetivo de posibles intromisiones en tu vida privada, algo tremendamente importante para ti. Desde hacía años, habíamos oído hablar de oscuros proyectos relacionados con el espionaje en internet; herramientas secretas que podían acceder a nuestros datos personales, ya fuera a nuestra cuenta de correo electrónico o de Facebook. Sin embargo, todo parecía obedecer a la leyenda y al ámbito de los foros conspiranoicos. Ahora, hemos sabido sin sombra de duda que aquellos temores obedecen a una realidad contundente. Facebook y Google, en el ojo... La semana pasada, el ex agente de la NSA (Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos), Edward Snowden, filtraba a los diarios The Guardian y The Washington Post el contenido de unos archivos considerados como secretos por la agencia americana. Las informaciones hablaban de un ambicioso proyecto de escuchas telefónicas y de monitorización de emails, chats y cuentas de redes sociales. El espionaje iba dirigido a ciudadanos extranjeros, presuntamente ligados a actividades terroristas o sospechosas. El nombre del proyecto se podía leer en la propia documentación filtrada a prensa: Prism. La naturaleza de la información hecha pública es de tal magnitud que ha despejado toda sombra de duda sobre los proyectos negros de espionaje de las comunicaciones. Este tipo de actividades se sospechaban pero es ahora, por primera vez, cuando ha habido un reconocimiento implícito de tales programas. Así, funcionarios de Inteligencia de Estados Unidos han admitido que, gracias a ellos, se ha podido evitar cerca de una veintena de atentados en suelo estadounidense, uno de ellos contra el metro de Nueva York en 2009, por parte de un ciudadano afgano. El propio presidente Obama defendía este tipo de procedimientos recientemente aduciendo que “en el mundo actual, no se puede tener 100% de privacidad y 100% de seguridad”. Es decir, no hay libertad sin seguridad, aunque paradójicamente hay que sacrificar lo primero para tener lo segundo. Portada del proyecto Prisma, documento filtrado a la prensa Uno de los aspectos más llamativos de las filtraciones del ex funcionario de la NSA es que la agencia de Inteligencia se habría valido de los datos aportados por empresas punteras en internet. Gigantes como Facebook, Google, Microsoft, Apple y Twitter, precisamente marcas representativas del respeto a la privacidad y a los derechos de los internautas, habrían pasado por el aro suministrando información al gobierno sobre miles de usuarios. El escándalo estaba servido. La reacción inmediata de estas empresas fue negar, aunque con matices, estas acusaciones. Pero es que los matices son importantes. Facebook se defendía de la siguiente manera: “Nosotros no proveemos acceso a los servidores de Facebook a ningún organismo gubernamental. Cuando a Facebook le son requeridos datos o información acerca de personas específicas, verificamos que la petición cumpla con las leyes vigentes”. Por otro lado, el comunicado de Google rezaba así: “Google se preocupa mucho por la seguridad de sus usuarios. Proporcionamos información al gobierno de acuerdo a la ley”. Efectivamente, en ambos casos se apela al hecho de haber actuado conforme a la legislación vigente o conforme a la ley. Pero es que la Ley en Estados Unidos, en este terreno, inquietantemente permisiva. Seguridad vs Libertad... Después de los atentados de las torres gemelas, el ex presidente Bush impulsó la Ley Patriótica que otorgaba amplios poderes a las agencias de inteligencia americanas para que no se volviera a repetir aquel terrible episodio. La Ley Patriótica fue aprobada el 26 de octubre de 2001 en medio del shock emocional del que era presa no solo la sociedad estadounidense sino el mundo occidental. De esta manera, pese a contemplar una serie de medidas que pisoteaban indiscriminadamente derechos fundamentales de la ciudadanía, no encontró demasiados obstáculos para su aplicación. En este contexto, prácticas como las escuchas telefónicas sistemáticas sin contar con una orden judicial eran moneda de cambio corriente, aunque se contemplaban como algo excepcional dado el momento por el que estaba pasando el país en materia de seguridad. Pese a todo, en sucesivas revisiones de la Ley Patriótica, se decidió mantener estas medidas, contrarias a los derechos individuales, como permanentes en aras de la seguridad nacional. Detalles del Proyecto Prisma... La Ley Patriótica provocó la modificación de otras leyes relacionadas con los servicios de información. Una de ellas, precisamente la que viene al caso, es la FISA o Ley de Vigilancia e Inteligencia Exterior. Fue aprobada en 1978 por Jimmy Carter, y surgió de la necesidad de controlar las actividades de espionaje a civiles, tras el escándalo Watergate que salpicó a Richard Nixon unos años antes. La FISA ha sido reformada en los últimos años para adaptarse al nuevo escenario internacional. Su objetivo es la “vigilancia y recopilación de información referente e agentes extranjeros”. Permite la vigilancia a ciudadanos extranjeros, sin necesidad de contar con una orden judicial, por el plazo máximo de un año. Si la persona a la que se va a espiar es estadounidense, se debe contar con dicha autorización judicial en un plazo de 72 horas, con el propósito de salvaguardar sus derechos. Este agravio comparativo ha sido motivo de una fuerte polémica con la Unión Europea, que ha pedido explicaciones tras las revelaciones de Snowden. Bruselas lleva años intentando homogeneizar con Estados Unidos un protocolo de vigilancia que trate por igual a americanos y a europeos. La publicación de estos documentos ha sido la gota que ha colmado el vaso, aunque no son pocos los que sospechan que Europa ya conocía la existencia de Prism. De hecho, la Unión Europea cuenta con su propio programa de vigilancia de comunicaciones. Si tenemos en cuenta que Facebook, Google, Microsoft, Apple y Twitter son inventos americanos, podemos llegar a la conclusión de que las agencias estadounidenses tienen el mundo a sus pies. El proyecto Prism funciona como un Gran Hermano planetario. Su alcance es aún insospechado. ¿Internet nos hace libres?... El problema por tanto, es que la vigilancia total de las comunicaciones, ya sea a través de telefonía o internet, se encuentra plenamente institucionalizada por la legislación de Estados Unidos. Eso quiere decir que todos podemos ser objetivos de los programas de la NSA en cualquier momento. Pero esto no es algo nuevo. Después del 11-S, decidimos sacrificar algo tan sagrado como nuestra intimidad en la confianza de un mundo más seguro. Antes del fatídico atentado, no hubiésemos claudicado tan fácilmente. Y así hemos vivido durante la última década, anestesiados con los encantos ilimitados de las nuevas tecnologías, sin plantearnos si había una puerta trasera en el sistema. En una época tan temprana como 1921, ya se planteó un problema como el que nos ocupa. “Nosotros”, una novela rusa escrita por Yevgeni Zamiatin, dibujaba un escenario distópico en el que el estado ejercía una represión y control absoluto sobre la población. Los sistemas de vigilancia eran ilimitados y contemplaban la fabricación de edificios de cristal para poder observar con total claridad lo que hacían los ciudadanos. Sin llegar a estos extremos, quizás vaya siendo hora de establecer por nuestra propia cuenta cuál es la línea que marca el límite y hasta qué punto hemos decidido ser libres...
Posted on: Fri, 18 Oct 2013 01:09:51 +0000

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