JULIO Y ALEJANDRA: Julio Cortázar y Alejandra Pizarnik tuvieron - TopicsExpress



          

JULIO Y ALEJANDRA: Julio Cortázar y Alejandra Pizarnik tuvieron una relación muy intensa. No hay constancia de que hayan sido amantes; pero sí, amigos que se admiraban más allá de la literatura. La conexión entre ambos marca un hito en la literatura. Julio y Alejandra se conocieron en París, a principios de los 60. Ella continuaba algunos estudios que había abandonado en Buenos Aires y él hacía de las suyas. Las increíbles afinidades entre ambos los volvieron grandes amigos. Se hicieron tan cercanos que Alejandra afirmaba que ella era «la Maga». Ambos intercambiaron cartas muy profundas, surcadas por el miedo y las preocupaciones. Alejandra Pizarnik estuvo ingresada en varias ocasiones por sus problemas de personalidad, sus obsesiones y sus tentativas de suicidio. Le escribió a Julio: "(...) Julio fui tan abajo. Pero no hay fondo. Julio, creo que no tolero más las perras palabras. La locura, la muerte. Nadja no escribe. Don Quijote tampoco. (...) PD: Me excedí, supongo. Y he perdido, viejo amigo de tu vieja Alejandra que tiene miedo de todo salvo (ahora, oh Julio) de la locura y de la muerte. (Hace dos meses que estoy en el hospital. Excesos y luego intento de suicidio —que fracasó, hélas)" A lo que Julio -el 9 de septiembre de 1971-, ya angustiado y con el peor de los presentimientos, le respondió en una carta tan desesperada como afectuosa: “Mi querida, tu carta de julio me llega en septiembre, espero que entre tanto estás ya de regreso en tu casa. Hemos compartido hospitales, aunque por motivos diferentes; la mía es harto banal, un accidente de auto que estuvo a punto de. Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta de todo lo que me escribís? Sí, desde luego te das cuenta, y sin embargo no te acepto así, no te quiero así, yo te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la confianza –y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la muerte. Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es también vos, lo sé, pero no es todo y además no es lo mejor de vos. Salir por esa puerta es falso en tu caso, lo siento como si se tratara de mí mismo. El poder poético es tuyo, lo sabés, lo sabemos todos los que te leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese poder era el antagonista frente a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos, hoy, matan otra cosa que poetas, ya no queda ni siquiera ese privilegio imperial, queridísima. Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con esto que nos envuelve a todos, llámale la luz o César Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria. Sólo te acepto viva, sólo te quiero Alejandra. Escribíme, coño, y perdoná el tono, pero con qué ganas te bajaría el slip (¿rosa o verde?) para darte una paliza de esas que dicen te quiero a cada chicotazo. Julio (septiembre de 1971)”. Alejandra Pizarnik se suicidó el 25 de septiembre de 1972, a los 36 años. Un año después de esta carta.
Posted on: Thu, 26 Sep 2013 00:28:24 +0000

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