Jorge Benavent UN POCO DE HISTORIA LA FUNDACIÓN DE LA GUARDIA - TopicsExpress



          

Jorge Benavent UN POCO DE HISTORIA LA FUNDACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (1844), SUS PRIMERAS NORMAS Y LA "CARTILLA" El 28 de marzo de 1844 se produce el momento histórico de la creación oficial de la Guardia Civil cuando, por Real Decreto, se crea un “cuerpo especial de fuerza armada de Infantería y Caballería”, bajo la dependencia del Ministerio de la Gobernación y con “la denominación de Guardias Civiles”. A los efectos de organizar esta nueva fuerza se comisiona al Mariscal de Campo D. Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II Duque de Ahumada. El reto que se le plantea al Duque de Ahumada es poner en marcha una institución que se caracterice por su eficacia y, en palabras del Real Decreto de 28 de marzo 1844, se destine “… a proteger eficazmente las personas y las propiedades”. Para ello, propone que la Guardia Civil cubra sus plantillas paulatina y selectivamente, para garantizar la excelencia del personal. Suya es la siguiente cita: “servirán más y ofrecerán más garantías de orden cinco mil hombres buenos que quince mil, no malos, sino medianos que fueran.” En consonancia con ello, el 20 de abril de 1844, el Duque de Ahumada elabora un informe determinante, de cuya aceptación hacía depender su vinculación al proyecto, y en el que además de lo anterior, sugiere pautas organizativas y aboga por una mayor remuneración de los nuevos guardias de la prevista inicialmente, puesto que ésta debería estar en consonancia con las responsabilidades que se les iban a asignar. Aun con todo, manifestando una capacidad organizativa excepcional, su propuesta incluye una reducción importante del gasto inicialmente presupuestado. El informe provocó la derogación inmediata del decreto anterior, que ni siquiera entró en vigor, para dar lugar al definitivo Real Decreto de 13 de mayo de 1844, presentado por el Presidente de Gobierno y Ministro de la Guerra Ramón María Narváez, siendo este último el auténtico decreto fundacional de la Guardia Civil. Etimológicamente el término ‘guardia’ viene del gótico "wardja", y luego del Antiguo Alemán "warten" que significa vigilar o guardar. La palabra ‘civil’ procede del latín "civilis" o ciudadano. Los antecedentes más o menos remotos de la Guardia Civil pueden rastrearse hasta los cuerpos policiales del tipo milicia urbana, como la "Santa Hermandad de Toledo" (S. XIII) con la que se pretendió limpiar de malhechores los Montes de Toledo, o las Santas Hermandades de Talavera o Villa Real. En Cataluña hubo milicias policiales similares, como la del "Somatén" o la de "Los Miqueletes". En el Aragón foral (hasta 1707) había existido la tradicional milicia de "Los Guardas del Reino"; y en Andalucía, la de "Los Escopeteros". La organización de la nueva Guardia Civil la hará depender “del Ministerio de la Guerra en lo concerniente a su organización, personal, disciplina, material y percibo de sus haberes, y del Ministerio de la Gobernación en lo relativo a su servicio peculiar y su movimiento.” Inicialmente se habría de componer de 14 jefes, 232 oficiales y 5.769 guardias, repartidos en catorce "Tercios", recuperando de este modo un término de gran tradición y prestigio en la historia militar española (los Tercios habían sido unidades selectas del Ejército entre 1500 y 1700). En cada uno de estos Tercios se encuadraría un número variable de Compañías de Infantería y un Escuadrón (o Sección independiente) de Caballería. En el verano de 1844 se inició el reclutamiento de los primeros aspirantes, muy superiores en número a las plazas ofertadas, en lo que fue una muy rigurosa selección que había de complementarse con una instrucción minuciosa y exigente de los nuevos guardias, en las instalaciones del Ejército situadas en Madrid, Leganés y Vicálvaro. En el mismo verano de 1844 y ante los futuros oficiales de la nueva Guardia Civil, el Duque de Ahumada pronunció un discurso enérgico, en el que presentó una larga lista de obligaciones, sacrificios y deberes, dejando en segundo plano las retribuciones y las recompensas, prohibiendo al Cuerpo cualquier militancia política, de cualquier tipo que fuese. Lo esencial era que la Guardia Civil sirviera a España y a los españoles, independientemente de la forma política que el país quisiera adoptar. Esta ausencia de decantamiento político sería una de las divisas más acendradas de la mentalidad del Cuerpo desde su misma fundación. El 1 de septiembre de 1844, día de la designación del Duque de Ahumada como Inspector General de la Guardia Civil, tuvo lugar la presentación oficial del Cuerpo, con una parada militar (desfile) ante las autoridades, en la que mil ochocientos setenta guardias desfilaron, organizados en sus compañías y escuadrones, haciendo gala de marcialidad y mostrando una nueva uniformidad en la que era nota distintiva un original sombrero de tres picos de origen francés: el tricornio, que con el tiempo se convertiría en uno de los símbolos representativos de la Guardia Civil y de nuestro país (aunque a algunos hoy les moleste, por motivos ideológicos mal llevados). El 9 de octubre de 1844 se aprobaba el "Reglamento para el Servicio de la Guardia Civil, estableciendo las obligaciones y facultades del cuerpo, su dependencia orgánica, vinculada en lo referido a su servicio peculiar al Ministerio de la Gobernación, y el objeto primordial de la Institución: “la conservación del orden público, la protección de las personas y las propiedades (…) y el auxilio que reclame la ejecución de las leyes”. El Reglamento Militar de la Guardia Civil, aprobado el 15 de octubre siguiente, fue elaborado por el Ministerio de la Guerra bajo la égida del Duque de Ahumada, y fue por tanto más conforme con la doctrina y el carácter militar del personaje. Determinó la organización con arreglo a criterios castrenses, así como los ascensos, la dependencia, las obligaciones, la disciplina y el estatuto del personal del Cuerpo. Para culminar el proceso faltaba una filosofía de servicio, que sirviera de puente y aunara ambos reglamentos (el de Gobernación y el de Guerra) y que distinguiera a la Guardia Civil de los cuerpos policiales anteriores y coetáneos. Surge así el 20 de diciembre de 1845, de la propia mano del Duque de Ahumada, un documento que constituye el auténtico código moral de la Institución: la “Cartilla del Guardia Civil” que sintetiza los reglamentos anteriores y que, con alguna modificación, inspira el actual Reglamento para el Servicio de la Guardia Civil. A lo largo de su articulado, la “Cartilla” establece la doctrina del Cuerpo: un código deontológico (ético) que pretende dotar al personal de un alto concepto moral, del sentido de la honradez y de la seriedad en el servicio. Está presidido por su artículo más famoso: “El honor es la principal divisa del guardia civil; debe, por consiguiente, conservarlo sin mancha. Una vez perdido, no se recobra jamás.” Instituye la idea de la proporcionalidad de la respuesta de los agentes (según nuestra mentalidad actual) y crea la figura del "Comandante de Puesto", que tiene especial reflejo en la "Cartilla" y que se convertirá en el mando más visible en el marco rural español. El 10 de octubre de 1844 --cumpleaños de la entonces reina, Isabel II-- y con ocasión de la constitución de las Cortes Generales, la recién creada Guardia Civil realiza su primer servicio, consistente en cubrir la carrera de la comitiva de la reina, desde Palacio Real hasta las Cortes. Fuente: guardiacivil.es/es/institucional/historiaguacivil/La_Fundacion.html
Posted on: Sat, 28 Sep 2013 19:43:02 +0000

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