Juan es el más grande de los nacidos de mujer según lo testificó Jesús, el que había sido elegido desde antes de su nacimiento para ser el precursor. Juan vino a dar luz a la vida de sus padres que en la ancianidad lo concibieron, pero no era él la Luz del mundo sino, el que daría testimonio de la Luz, por eso en su momento dirá “es necesario que la Luz crezca y que yo disminuya”. Juan por anunciar la libertad, la justicia y el derecho entregó su propia vida, no ponernos a la misma altura que Juan, peor aún en este año del bicentenario de Juan Pablo Duarte, podemos hablar de su obra liberadora. Duarte vino a dar testimonio de libertad, y consciente de ese albedrío, quiso inspirar en su pueblo un camino que lo desembocara en esa libertad, reconociendo que la Luz para ser libres, solo proviene de Dios, quiso estampar en el Lema Trinitario primeramente a Dios, el artífice de todas las cosas, y así como libera a los Israelitas de la esclavitud del faraón quiso inspirar en Duarte el proceso de libertad del pueblo Dominicano. Como Juan Bautista, Juan Pablo Duarte se hizo pequeño para que creciera un pueblo, pequeño porque renunció a todos sus bienes, a su familia, se renunció así mismo con el fin de la liberación del pueblo subyugado. Podemos decir que el patricio, viviendo el hoy nuestro, estaría cumpliendo con las líneas rectoras del Concilio Vaticano II en la Gaudium Et Spes. Sembrando el gozo y la esperanza en la familia humana. Juan se hizo pequeñito para abrir paso al crecimiento de Cristo, Duarte de igual manera se hizo pequeñito para abrirle campo a una gran nación. Juan desde el vientre fue elegido para esa misión específica, Duarte, guardando la distancia, recibió esa misión de liberar sin dejarse influenciar de la corriente atea ya que en esos años viene de recorrer Europa, donde en los procesos liberadores Dios no era involucrado, muestra de su firme creencia incluso en el juramento de los trinitarios; “En nombre de la Santísima, Augustísima e indivisible Trinidad de Dios Omnipotente”, es decir que su inspiración está motivada y centrada en La Santísima Trinidad. Leemos hoy en el libro del profeta Isaías; “Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso”, ¿podemos nosotros hoy con nuestros actos hacer que Dios sienta orgullo?
Posted on: Mon, 24 Jun 2013 10:50:09 +0000
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