LA HISTORIA DEL FULL PARTE DIES Gimnasios únicos y mágicos. - TopicsExpress



          

LA HISTORIA DEL FULL PARTE DIES Gimnasios únicos y mágicos. Hoy el S.U.P.E. En los primeros años del los ochenta, en la localidad de Los Polvorines, el profesor Carlos Ávila (Chuchín), un pibe de 25 años daba clases de full contact en el club S.U.P.E. de los petroleros. Cómo contarles de este lugar sin caer en emociones de viejas anécdotas yo he visto gym en todas partes del país y en todas las épocas pero este les aseguro que fue por lejos lo más de lo más. En los años 82 y 83 llegó a tener entre 60, 70 y hasta 90 alumnos. Más de diez cintos negros, figuras y personajes inolvidables. En ese lugar aprendí lo más importante de este deporte, Supe que si no tenés un alma, una raíz y un corazón esto es imposible. Un lugar único, con códigos de barrio, para muchos la negrada, los inadaptados, los locos, etc. No sé cuantos adjetivos mas podría tener ese lugar. De todas formas todo era poco para calificarlo. El Negro Kely, Mandi y Miguel 21, Darío El Tigre, Los Lasis Arderiu, Carballo, el Pato Hugo Santi, Miguel Quiroz, Zárate, Ochenduzca, Claudio Rey, Carlos Giménez, Claudio Segovia, Choco Ascona, Pablo Álvarez, Marquito Venegas y una cantidad de de chicos impresionante y ni que hablar de los que venían a probarse o a practicar para saber en qué nivel estaban como por ejemplo Zapata, Nuñez, Bufa, Badi Molina, Ricardo Medina, Mingo Oliva, Rubito Andino. Este gym fue de película y los que practicaban ahí estábamos todos locos. Recuerdo que como los zapatos de full no se conseguían los hacíamos con trapos y las canilleras lo mismo. Carlos, Chuchín, se organizó para comandar esta barra que lo seguía a muerte, nos enseño técnicas y una formas de pelear muy particulares. Yo le robe muchas cosas. Él tenía una visión única sobre la lucha, fue un fenómeno, nos inculcó el amor por la competencia el culto a la pelea y a la observación. Era muy detallista, un loco de la estrategia, nos hacía sentar y de a uno nos hacía pelear obligándonos a prestar atención a cada movimiento que hacíamos. Hasta el día de hoy puedo decir con orgullo que me enseño todo y hoy a través del tiempo sigo aprendiendo muchísimo de Carlos Ávila. Volviendo a aquel gimnasio recuerdo los inviernos. Era imposible escapar de la ducha, nadie se podía ir sin bañarse, el agua salía helada pero era una obligación bañarse y un juego se transformo en costumbre. El Negro Kely era un burlón profesional, grandote que por mas que le pegues se te reía y no te aflojaba nunca. Todos lo esquivábamos porque te mataba a golpes y encima se te reía en la cara. Mil historias con estos tipos , la habilidad y potencia de Darío El Tigre, a Castor Lértora yo le robe el giro, era perfecto, jaja…! Esto no lo sabe, nunca se lo dije jaja! La técnica de Mandi y Miguel 21 era inigualable. Recuerdo que éramos tantos que se hacían grupos dentro del mismo gimnasio. Había unos pibes que a los más viejos nos tocaban los talones. Nos querían pegar pero le hacíamos todo más difícil de malditos nomás. No había lugar para los flojos y eso hizo que creciéramos mucho y que todos diéramos el cien por ciento de nuestra capacidad. Chuchín era muy exigente y el que llegaba a cinto negro tenía que ganárselo peleando. La prueba de fuego era demostrar el máximo de la capacidad en combate, poner toda la actitud en juego. Nadie se salvaba, tenías que pelear con varios cintos negros que no te iban a perdonar ni una, y encima te iban a tratar de hacer pasar vergüenza. Si pasabas por esto te dabas por consagrado, se te respetaba y pasabas a formar parte del grupo más fuerte del gym jaja! Hoy me da risa, suena fuerte pero era así. En aquellos años aparecían día a día nuevas caras, venían de todos lados a probarse por eso aquellos muchachos tenían tanta experiencia. Cada clase era un mini torneo, por eso chuchín empezó a organizar torneos internos, aprovecho que Badi Molina y yo teníamos nuestros gimnasios y largamos las peleas en el SUPE. Todo era súper precario, sin ring, con una pared que hacía de soga y donde más de uno se daba la cabeza contra ella. Ahí peleó Daniel el Chino López, Zapata, Ricardo Medina, Luis Nuñez, Tito Vásquez, Fernando Giménez , Mingo Oliva, Claudio Segovia, Carlos Giménez que peleaba con un guante relleno por que le faltaba la mano. No sé cómo pero él se las arreglaba para pelear y lo hacía muy bien. Dos niños que eran una maravilla, Arnol y Richar, que tendrían diez años; y así una lista de luchadores muy extensa. Este gym fue muy importante para muchísima gente, fue un lugar especial donde todo podía pasar porque vos no sabías, nunca, quien iba a venir. Es hacer memoria y recordar a Carlos Ávila, su carácter competitivo era tremendo y siempre fomentaba la confrontación; éramos nosotros y el enemigo no había término medio. Nos HIZO tan competitivos que no queríamos a nadie, entre nosotros nos peleábamos a muerte. Cada torneo era una batalla, así que armábamos estos torneos internos y nos odiábamos. De ahí a pelear con el que sea. Otros de los que vi pelear ahí fueron Choco Ascona, Jorge Gibegli (El turco), el Chino Ochenduzca, Miguel Martínez, Mateo, Carballo, Luciano, los hermanos Arderiu y se me olvidan muchos pero es imposible acordarse de tantos. Fueron años muy intensos donde el full estaba gestándose de esta manera. Cada gym de aquella época era como un tubo de ensayo. El conocimiento era precario pero crecía día a día uno iba aprendiendo a los golpes hasta hallar formas de trabajo que con el tiempo se transformaron en cotidianas. Hoy todo es básico, muy bonito y hasta espectacular pero piensen que en aquel entonces nada existía, nos alimentábamos de los talentos individuales de los profes como Carlos Ávila (Chuchín). Estaba todo por descubrirse y por crearse. Por eso estos maestros fueron tan importantes, los años me enseñaron que si no tenés talento es imposible lograr tantos campeones. Carlos Ávila fue uno de ellos y el SUPE su mejor escuela.
Posted on: Thu, 01 Aug 2013 19:52:07 +0000

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