LA PENÚLTIMA PALABRA. Muchos ayuntamientos y comunidades autónomas ha entrado en el camino sin retorno de la privatización, o cómo ahora se le quiere llamar, externalización. Con ello pretende solucionar parte de sus problemas económicos y de gestión; porque lo cierto es que no sólo nos podemos referir a los primeros, que son los que se vienen argumentando de cara a la opinión pública, sino frente a la oposición política que está en contra de tal tipo de operaciones, por múltiples razones. Y una de ellas se basa en el presumible deterioro de la calidad de los servicios públicos que se pretenden externalizar, o que ya se han externalizado. También está la cuestión del supuesto ahorro económico que supone para las arcas públicas, traspasar a manos privadas tales servicios, porque esta cuestión la ponen en tela de juicio quienes se oponen a este tipo de soluciones. Porque la raíz de la cuestión --a juicio de expertos en la materia-- estriba en que, la mayoría de nuestros gestores públicos carecen de los más imprescindibles conocimientos sobre las técnicas de gestión de toda empresa, negocio o institución. Aquí creemos que está pues, la clave del problema: En que personas a las que no se les niega que tengan ganas de trabajar por la cosa pública y que, incluso, estén preparadas en otros campos o áreas profesionales, sin embargo cuando se trata de resolver, por ejemplo, problemas de gestión económica o de personal, se sienten incapaces de resolverlos por esa falta de conocimientos en la materia. ¿Solución?: Que contraten a personal directivo, competente, tal y como estipula el Estado Básico del Empleado Público, pero eso sí, olvidándose por completo de lo que se ha dado en llamar enchufismo político porque si no, se vuelve a tener el mismo problema.
Posted on: Sat, 31 Aug 2013 07:28:24 +0000
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