LONDRES; CAPÍTULO PRIMERO He aquí yo; cautivo, empaquetado, - TopicsExpress



          

LONDRES; CAPÍTULO PRIMERO He aquí yo; cautivo, empaquetado, registrado y facturado, con sello a un país extranjero y al vacío, certificado y ya entregado…., a los mundos de trenes, aviones, sirenas y ruidos que me suenan, y que yo siempre he dominado bajando o apagando la televisión; pero que aquí, no obedecen a un mando. El Sol sale en la memoria, y a la Luna, esa que gobierna los ánimos, los amores, y más cosas de humanos…., la he visto en el cielo, pero sólo asomar una noche y bien poquito, más me quedé ahí mirando por si era algún espectáculo didacta de estos seres de aquí, y pregunté en su idioma, a los espíritus que aquí también tienen y que se visten con ropas, y gracias a no recibir respuesta a mi “question”, pues pensé a mi favor y me dije; -será la de allí, que se corre las mismas aventuras que yo-, pero que se volverá a las Españas con su amigo el Sol, porque yo no he vuelto a verla, y es así, que no miro los cielos para no preocuparme. Tengo nuevas sensaciones que antes jamás había sentido, y me preocupa un pelín que esas sensaciones no sean producto de la gran urbe, sino el cordón umbilical de mi tierra que no desata y menos corta definitivo; pero mi actividad constante de ir cogiendo mi sitio aquí, me distrae obligado a no pensar mucho en posibles tormentos, que a su vez, y no siendo ya un infante de pocos pensares, sea de total normalidad; y ese infalible y poderoso tiempo…., hará lo suyo, bien, y seguro. Todo va rápido y lento, y mi cerebro metamorfosea con rara digestión; el agua no es agua, los enchufes no son enchufes, las puertas se abren hacia arriba, los metros son yardas o trenes, los kilómetros millas o suyas, los coches van sin conductor, las casas hablan, las nubes se levantan y cae un chaparrón, y además, el apreciado y ansiado Euro, no sirve para nada. Y es en éste lugar cuando uno se explica cosas como la invención del facebook , porque yo recuerdo haber visto esto de aquí y ahora, en el garito de copas de la primera parte de la “guerra de las galaxias”, donde ejemplares de toda la fauna extra humana, combinábanse con peculiaridades como tener dos cabezas, , un solo ojo en el centro de la frente, un pico; pico, que hablaba y no piaba, o rabos atrás, en lugar de adelante…., aliens en sí, que en un pueblecito como el mío, cuando salen en las “pelis”, pues piensas que de dónde los han sacado, o qué imaginación de guionistas; pues bien; estando “on this side”, es fácil despejar dudas; al menos las de éste tipo. Y no os digo nada cuando hablan, y cómo hablan; hasta el inglés que conozco no tiene nada que ver con éste, sólo coincide el escrito; lo que sí sé es que es un idioma macho, porque te lanzan las palabras como si fuese un tiesto a la cabeza de tú peor enemigo. Yo ya voy aprendiendo y estoy en guardia, pero los primeros días cuando se dirigían a mí, reaccionaba como cuando te dan un susto allí en España, pegando un bote, y en el primer viaje, ya ellos se dan cuenta que soy de otras tierras y valiente. Y es que cuando puedo, me voy a dar un paseíto de un par de horas por los barrios de mi barrio, y no sé cómo me las apaño, que todos los días me preguntan algo, y como me miran la perilla, pues casi no les importa lo que les contesto, pues también los ingleses son forasteros en ésta ciudad. Y esa es mi vida; que ya os digo, los primeros días han sido como estar en Marte, más no hay que olvidar que aquí el raro soy yo, pero por muy raro que les parezca a ellos, ya os digo yo y bien seguro, que los raros son ellos. Muchos días, como voy sin rumbo y me da igual tirar para un lado que para otro, y siempre controlando saber volver a casa, según voy viendo ejemplares, pues camino un “trozo” detrás de ellos hasta que me canso o encuentro uno mejor, y si noto que se dan cuenta de que los estoy siguiendo, pues disimulo, o me piro; pero no suele pasar porque son como zombis y van hablando solos, más me tranquiliza ver a algunos que les salen cables desde la cabeza hasta los tobillos , y eso quizás es que estén hablando con otro de su misma especie, o conectados a otros mundos. A los demás les busco el cable, y no se les encuentro, que es mucho peor pero me da más moral, teniendo en cuenta mi nuevo habitad, por tanto; yo también hablo y canto sólo por la calle, todo lo que me sé, o todo lo que se me ocurre, mostrándome y sintiéndome más en sintonía. Y si además me encuentro publicitados musicales clásicos como “Singin´ in the rain”, pues más a mí favor, y así se me pasan las dos horas de paseo, que ahora no lo cambio yo esto por nada; es lo bueno de ser un poco paleto, y hasta hay veces que no sé detrás de quien tirar, porque se me presentan varias ofertas cojonudas, y me lo paso yo sólo que no os podéis ni imaginar. Luego de postre, pues me pasa un avión por encima, o algún artefacto que cruza los cielos, de estos que hay que preguntar qué son a quienes me cobijan; o como un día, que me topé con una anciana de al menos ochenta años, subida en una bicicleta del siglo pasado, con un diámetro en las ruedas de no sé cuántas yardas , y aluciné tanto de verla, que pensé en la libertad que nos da la vida en el tiempo en que vivimos, y que bonita sería ésta, si en todos los lugares del mundo supiésemos así interpretarla. Y notareis hipérbole en mi descripción de las cosas, pero yo creo que no la hay tanto como parece. Chinos, indios, judíos, locos, cuerdos, obesos, negros, raros , extraños….., todos juntos, comarcados y aledaños unos de otros, e inmersos en un área extensa que marca el culto a la libertad, la tolerancia, y la cabida de cualquier ser humano, cual fuere su procedencia, religión, raza, color, o movida en su cabeza. Miles de individuos apelotonados; hombres con faldas y mujeres con chaquetas, negros con blancos, jóvenes con ancianos, vivos con muertos, nostalgias y músicas de hipis y vanguardias, lo nuevo y lo antiguo, el bien y el mal, el miedo y la valentía, yo y ellos, ellos y yo; todos en una ciudad que bulle la vida en amable, posible y real…, el poder de éstas criaturas que somos, nuestro logro evolutivo, cientos y miles del verbo SER transitando por las calles; y yo que soy de sentires profundos, me cargo de vida cual brote de primaveras, en ésta feria del ser humano, que te hace mudar el “coco”, y también pequeño y grande a la vez, y que a mí a día de hoy, me fascina cual protagonista de aventuras de teatros shakespearianos. Y ya que comulgan todas las culturas del planeta en ésta ciudad, y se muestran todas sus expresiones libremente, tanto religiosas, gastronómicas, sus atuendos y vestimentas, costumbres y formas…..etc, que no se le ocurra a ningún mesías aparecerse por estos lares, pues pasaría desapercibido, más pienso que si hay vida extraterrestre que visita nuestro planeta, aquí bien pueden recabarnos, pues no ha de haber lugar más propicio para el camuflaje que éste. Y para los escépticos, o para los que quizás creáis que estoy de coña, saber que en ésta ciudad es evidente y de sentido común, que no existan los carnavales, y así es; y es así, simplemente, porque es carnaval todo el año. Me gustaría contaros mucho más que llevo vivido en los casi cuatro meses que llevo aquí; pero hay que dejar a los equilibrios tomar medidas justas y dosificar cantidades y calidades, y a poder ser, un buen sabor de boca; y a mis amigos de por dentro no atiborrar; y es por eso y sin mucha dilación, que por qué no ,un “capítulo primero” para encabezar estos cuentos míos, y por lo demás deciros que estoy bien y como recién parido de nuevo, y exceptuando alguna “cosina” que impide que todo sea perfecto pero que curará el tiempo, me siento como pájaro fino y centrado en lo mío. Mi cochecito, el pobrecito, que le monté en el barco y aquí le tengo aparcado en frente de nuestra casita y en su espacio, que es suyo y de nadie más, nos lleva y nos trae por todo Londres cuando le toca, y más que le va a tocar, habiéndose portado como un campeón, en un habitad que no es el suyo, ya que a cualquier ceder del paso nuestro, es tenido en cuenta al revés, pareciendo así ser conducido sin volante o sin conductor, cosa que si así fuera, no llamaría para nada la atención. Mi protectora Aida me cuida y me enseña el cosmopolitismo necesario aquí, y ya me ha lanzado a los medios de transporte de la urbe, con mi tarjeta de poder montar en todos los “aparatos” que te llevan y te traen, y que mi memoria de jovencito de hace unos años, me hace recordar cuando íbamos con el cole al parque de atracciones de Madrid, y con la pulserita te provocabas los mareos que te dan ahora por una sobredosis de buen vino. También somos de buen comer y español, no obstante de cuando en vez y como buena anfitriona por su pasado y conocimiento de Londres, ya hemos visitado algún que otro restaurante de otras culturas, ya os contaré……; pero sí deciros que me llevó a un japonés que me encantó, pero hube de comerme una pasta con pollo muy rica, y por yo querer empecinado de mí, con palillos; todo un número. También deciros que el reposo cerebral de mi mente, habiendo vivido toda la vida en la paz tranquila de mi sitio, se me agita como un despertar en erupción, que me atiborra a discreción de preguntas sin respuestas, y de respuestas a ninguna pregunta, todo a la vez, creándome una tarea más, en un momento en que he de centrarme al cien por cien en el proyecto que me ha traído hasta aquí, pero que al mismo tiempo, esa inquietud, me lleva firme y seguro a una nueva y diferente visión y mentalidad. Y con respecto a las otras veces que anteriormente he estado en Londres, es en ésta de ahora, y por ver pasar los días y las semanas, la que va gestando dentro de mí, al vivir en una ciudad, que por muy grande y poderosa que se presenta ante mí, no será un factor que pueda achicarme en mis objetivos personales y profesionales; sino, todo lo contrario. Y aunque algunos futuros tienen lo bueno de ser inciertos, no como otros que se adivinan y se saben ciertos, el mío es de los primeros, y eso significa que se puede labrar y que depende un poco de mí, y por eso, y más que eso, me siento muy afortunado, y lejos de pretender mostrarme subido de tonos, e intuyendo que quizás mi humildad me haya traído hasta aquí, he de deciros que yo en mi Béjar querido he dejado mucho, hasta lo que no puedo escribir por aquí, que es muy importante, y que algún día quizás, hará que vuelva, o sin embargo, que no aparezca jamás. Y quiero que me entiendan aquellos que saben de mí, que de tierras de por medio, y siendo yo quien soy, no creáis que es sencillo despertar un día y otro, con mi cerebro dentro de mi cabeza, y pasar por mis recuerdos y mis gentes, y sobretodo, eso que nombraba; lo muy importante, que son simplemente, algunos sentimientos. Por lo demás todo bien, procuraré volveros a contar cuanto antes, pero no sé lo que tardaré porque aquí empieza el baile, y mis sentidos y mi dedicación estarán a lo que deben, y además he de cultivar el idioma y mi hipocampo, necesarios para desarrollar nuestra actividad aquí. Diversidad pues, que se muestra a mí alrededor en múltiples formas de vida, como una fábrica de comportamientos tan incomprensibles y diferentes entre sí, que crean varios extremos bien marcados, todos consentidos y tolerados; aprobados y soportados, y que por lo tanto, destruyen mi conocimiento de lo vivido hasta ahora, en lo que respecta a el misterioso y complejo ser humano, y que yo, recién horneado en estas tierras, se me hace extraño y nutritivo, tal que me siento transformado en otro pensar sobre la vida, y quizás, y no sé si bueno o malo, me cambie entero. Capturo mil estados de ánimo, queriendo y no queriendo, como caídos del cielo, ya que Sol y Luna no veo, y es aquí que hay tantos dioses, que no sé cuál será el que se ocupará de mis lamentos, pero creo que estoy bien, místico en las noches como ahora, y real y fuerte durante el día; pues yo estoy aquí porque así lo he querido, y a día de hoy, así lo quiero, aunque haya siempre algo que se quiere más, que creí tener, pero que ya no tengo.
Posted on: Sun, 07 Jul 2013 20:03:19 +0000

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