La DOCTRINA que sostiene que Dios concedió a la iglesia el DE - TopicsExpress



          

La DOCTRINA que sostiene que Dios concedió a la iglesia el DE REGIR LA CONCIENCIA y de definir y castigar la herejía, es uno de los errores papales más arraigados. A la vez que los reformadores rechazaban el CREDO de Roma, no estaban ellos mismos libres por completo del espíritu de intolerancia de ella. Las densas tinieblas en que, al través de los interminables siglos de su dominio, el papado había envuelto a la cristiandad, no se habían disipado del todo. En cierta ocasión dijo uno de los principales ministros de la colonia de la Bahía de Massachusetts: "La tolerancia fue la que hizo anticristiano al mundo. La iglesia no se perjudica jamás castigando a los herejes." —Id., pág. 335. Los colonos acordaron que solamente los miembros de la iglesia tendrían voz en el gobierno civil. Organizóse una especie de IGLESIA de estado, en la cual todos debían contribuir para el sostén del ministerio, y los magistrados tenían amplios poderes para suprimir la herejía. De esa manera el poder secular quedaba en manos de la iglesia, y no se hizo esperar mucho el resultado inevitable de semejantes medidas: la persecución. Once años después de haber sido fundada la primera colonia, llegó Rogelio Williams al Nuevo Mundo. Como los primeros peregrinos, vino para disfrutar de libertad religiosa, pero de ellos se diferenciaba en que él vio lo que pocos de sus contemporáneos habían visto, a saber que esa libertad es derecho inalienable de todos, cualquiera que fuere su credo. Investigó diligentemente la verdad, pensando, como Robinson, [338] que no era posible que hubiese sido recibida ya toda la luz que de la Palabra de Dios dimana. Williams "fue la primera persona del cristianismo moderno que estableció el gobierno civil de acuerdo con la doctrina de la libertad de conciencia, y la igualdad de opiniones ante la ley." —Bancroft, parte 1, cap. 15. Sostuvo que era deber de los magistrados restringir el crimen mas nunca regir la conciencia. Decía: "El público o los magistrados pueden fallar en lo que atañe a lo que los hombres se deben unos a otros, pero cuando tratan de señalar a los hombres las obligaciones para con Dios, obran fuera de su lugar y no puede haber seguridad alguna, pues resulta claro que si el magistrado tiene tal facultad, bien puede decretar hoy una opinión y mañana otra contraria, tal como lo hicieron en Inglaterra varios reyes y reinas, y en la iglesia romana los papas y los concilios, a tal extremo que la religión se ha convertido en una completa CONFUSIÓN." —Martyn, tomo 5, pág. 340.
Posted on: Tue, 17 Sep 2013 04:10:41 +0000

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