La Megan tiene tres años… Desde la semana pasada, y como recordatorio de los hechos sangrientos ocurridos el 30 de septiembre del 2010, en los medios de comunicación (radio y televisión) emiten un spot publicitario donde aparece Megan, una niña de origen indígena. Ese video viola disposiciones legales que impiden la participación de niños con fines políticos. Debo confesar, amigos lectores, que cuando lo observé, me quedé absorto. Los encargados de la publicidad oficial pretenden confundir a los ecuatorianos relacionando el nacimiento de la niña con los nefastos hechos sucedidos en esa fecha, en el hospital de la Policía Nacional de Quito, que dejó varias víctimas (muertos y heridos), cuyos familiares todavía exigen que se haga justicia. Esa propagada es difundida en los canales de televisión y emisoras de radio a nivel nacional, por consiguiente, tenemos que soportar tremendo atosigamiento. Desde aquel fatídico día, 30 de septiembre del 2010, el Gobierno no ha desmayado en procurar hacernos creer una cosa distinta a los hechos sucedidos. En su parte medular, ese spot trata de relacionar el nacimiento de esa niña con el día en que la democracia ecuatoriana estuvo en peligro, pero no logra su objetivo porque es confuso. Por su parte, el mandatario, durante sus sabatinas, no pierde la oportunidad para convencernos. En el artículo ‘El fatídico 30-S’, publicado el 19 de septiembre del 2011, textualmente expresé: Las cinco valiosas vidas perdidas perversamente deben llenar de vergüenza a quienes las ocasionaron directa o indirectamente. Aquel día, la prepotencia y el desatino se impusieron. Los hechos son de conocimiento público que sería necio repetirlos. Legalmente, el presidente acudió a la Fiscalía a denunciar secuestro e intento de asesinato. Pero hay muchas interrogantes en el aire: ¿Quién lo invitó al hospital policial? ¿Quién impidió que el presidente salga por la puerta lateral pasado el mediodía? ¿Quién decidió su retiro en la noche? ¿Quién ordenó disparar? ¿Dónde están las balas asesinas? ¿Acaso los cadáveres de los caídos no las tenían en los cuerpos? ¿De qué calibre eran y quiénes las utilizan? ¿Quién ordenó limpiar las evidencias en el sitio de los acontecimientos?... El tiempo ha transcurrido y no hay respuestas a esas inquietudes. En recientes declaraciones, el presidente dijo que le aplicaron “un golpe de Estado moderno” (?), una versión sui géneris en materia golpista. El régimen no ha desperdiciado oportunidad para atrapar a los supuestos culpables de los hechos. Primero, encarceló al coronel César Carrión, director del hospital policial, que a final de cuentas la justicia lo encontró inocente en tres ocasiones. Dio de baja a muchos policías de inferior rango. Por medio del sistema de los “más buscados” se ofrecieron recompensas millonarias para entregar a los uniformados identificados por medio de fotografías borrosas, se encarceló a algunos, pero se los liberó porque no coincidían con los rasgos físicos. Ahora pretenden involucrar a un exmandatario, quien se encontraba en Brasil. En fin, durante estos tres años la “búsqueda de culpables” ha sido extenuante, pero con resultados infructuosos. Hoy, 30 de septiembre del 2013, es un día de luto y reflexión para la democracia ecuatoriana, por lo tanto, no hay espacio para celebrar el cumpleaños de la pequeña Megan. Ahora, si los publicistas oficiales desean hacerlo, están en su derecho.
Posted on: Tue, 01 Oct 2013 01:46:21 +0000
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