La amistad en los tiempos del facebook (por Néstor Sappietro) Hubo un tiempo, aunque las nuevas generaciones no lo crean, en que no existía facebook. En esos días, sin amigos virtuales, la vida transcurría de otro modo… Dejémoslo claro para no caer en el abismo melancólico de la nostalgia… La vida transcurría de otro modo, ni mejor ni peor… Para poner un ejemplo: Usted se comía un pancho y nadie más que usted se enteraba del tamaño y la consistencia de ese pancho. Hoy, en los tiempos del facebook, antes de comerse el pancho la gente le toma una foto al pancho, la sube a facebook, y comenta: “Mirá el pancho que me voy a comer”… Entonces cien, dos mil o cinco mil personas pueden observar y desear el pancho que usted se está comiendo. Los “me gusta” van apareciendo debajo del pancho y usted se siente un hombre feliz y popular. Ahora bien, hay un detalle que no tiene en cuenta el señor que sube el pancho al facebook y es qué está pasando en la vida de su amigo virtual mientras usted come un pancho. Federico, trabaja en una oficina y forma parte del 90 por ciento de los mortales que desearían trabajar en otro lugar… Supongamos que a Federico le hubiera gustado diseñar casas, ser cheff, peluquero, cantor de milongas o detective… En lo que duran sus pesadas e interminables horas de oficina a Federico sólo lo despeja su adicción al facebook, por eso, a escondidas, de a ratos se hace una escapadita. Allí aparecen algunas cosas que lo distraen pero también otras que lo desconsuelan. Federico tiene un amigo de la primaria a quien aceptó y con quien retomó una relación que parecía perdida. Este amigo, lleva una vida relajada, sin apuro y sin jefes asechándolo. Entonces, mientras Federico no hace más que soñar con escaparse de esas cuatro paredes que le aplastan la vida… en la pantalla de su computadora aparece su amigo subiendo fotos y frases al facebook que lo terminan de destrozar. Las frases y las fotos que aparecen usted se las debe haber cruzado más de una vez… (Foto 1) “El desgraciado del amigo con los piecitos remojándose en un arroyito de aguas mansas, bajo un sol tibio”. Frase que acompaña la foto: “Un poco de sol, arroyito y después un buen asado”. Federico escapa del facebook para no salir corriendo de la oficina… Intenta distraerse con otra cosa, pero una hora después la tentación puede más que él y decide volver a conectarse. El inicio le devuelve una nueva imagen del amigo (Foto 2) con su sonrisa ancha y estúpida señalando la parrilla y el asado a punto, y otra frase que lo lastima como un navajazo:: “Ahora le entramos al asadito, un buen tinto y después, una buena siesta”. Y Federico ahí, siempre ahí, con una montaña de trámites por terminar, con el sonido de una voz monocorde que lo regaña por la demora, con un reloj en la pared que parece haber detenido su marcha… cuando todavía queda toda la tarde después del sanguchito comido a las apuradas… Por eso, a los subidores compulsivos de foto y frases que derraman dicha y buenaventura, desde este lugar donde residen las Causas Aparentemente Perdidas les pedimos cierto recato, un poco de pudor, y por qué no decirlo, un gesto solidario… por todos los Federicos que de a ratos se hacen una escapada por el ciberespacio mientras están lejos de los placeres, de los asaditos y de la buena siesta.
Posted on: Fri, 19 Jul 2013 16:10:31 +0000
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