La candidatura de Constanza, ¿jaque? La sorpresiva precandidatura - TopicsExpress



          

La candidatura de Constanza, ¿jaque? La sorpresiva precandidatura presidencial como uno de los hechos políticos más importantes de los últimos meses + Por Adolfo Garcé - Escribir sobre la política uruguaya es, al mismo tiempo, muy fácil y muy difícil. Por un lado es sencillo: nuestra política ofrece una combinación muy amigable, para el analista, de previsibilidad y sorpresa. Por el otro es muy difícil, entre otras razones, porque en este, el “país de las cercanías” del que hablara Carlos Real de Azúa, uno se cruza por la calle de tarde con el líder cuya estrategia se atrevió a cuestionar por la mañana.Desde que, a fines de la semana pasada, se supo que la senadora Constanza Moreira aceptaría el reto de desafiar a Tabaré Vázquez, he pasado a sentir esta restricción de un modo muy especial. La conozco desde mis tiempos de estudiante de Ciencia Política. Más tarde, fuimos compañeros de trabajo durante más de una década en el Instituto de Ciencia Política. No puedo esquivar la responsabilidad de escribir sobre su sorpresiva precandidatura presidencial, uno de los hechos políticos más importante de los últimos meses. Esperando que Constanza, colega y amiga, sepa disculpar mi franqueza, paso a compartir mis reflexiones sobre este asunto. La primera pregunta que hay que hacerse es por qué dio este paso. Constanza dice que procura representar a frenteamplistas disconformes. Me parece muy claro que esto es así. Es evidente que hay un grupo políticamente significativo, aunque seguramente minoritario, de personas que quieren que el FA asuma posiciones consistentes con la tradición frenteamplista y coherentes con una cosmovisión de izquierda moderna. Son los que están cansados del “culto” al elector de centro, los que se siguen sintiendo antiimperialistas, los que asignan un lugar especialísimo a la agenda de derechos humanos (en el sentido más amplio, que incluye y jerarquiza los “nuevos derechos”), los que reniegan contra la “gerontocracia” frenteamplista y reclaman más espacio para las nuevas generaciones, etcétera. Es evidente que Constanza siente la responsabilidad de hablar por ellos y ellas. Que tenga el coraje de asumir la representación de votantes y militantes frenteamplistas que están al borde del desencanto es extraordinariamente valioso. Mirado desde este ángulo, su precandidatura no solamente revitaliza al FA. Además, contribuye a sostener la calidad, tradicionalmente alta, del vínculo entre ciudadanía y partidos en Uruguay. Dicho esto, me pregunto si, además, desde el punto de vista de su carrera política, tenía alguna otra alternativa para conservar su cargo de senadora. Hay excelentes razones para pensar que el Espacio 609, incluso con Mujica encabezando la lista al Senado, reducirá su representación parlamentaria. Competir, desde ahora, por la candidatura presidencial del FA es la fórmula más esforzada, pero también la más eficaz, de asegurar, el año próximo, un lugar en el próximo Senado. La segunda pregunta que hay que hacerse es qué impacto puede tener la irrupción de esta nueva precandidatura en la competencia electoral entre partidos. Es obvio que dependerá, como siempre, del tono que terminen adoptando los contendientes durante la campaña. Constanza sabe perfectamente que el “fratricidio” durante la primaria de 1999 fue una de las causas del naufragio del PN en esa elección nacional. Sin ir más lejos, en un reportaje reciente afirmó que la confrontación con Vázquez deberá ser “de guante blanco”. Sin embargo, para cumplir bien la tarea de representar a los frenteamplistas que no tienen voz y que están cansados del “centrismo”, “conservadurismo” y “autoritarismo” vazquista, deberá, en algún momento, levantar el tono de las críticas. No me asombraría que, tarde o temprano, para no defraudar a quienes pintaron “Constanza no se calla”, termine lanzando nuevamente munición pesada sobre Vázquez. Si esto ocurre, la competencia interna por la nominación presidencial del FA habrá ganado en interés y representatividad pero, al mismo tiempo, se habrá convertido en una piedra en el zapato desde el punto de vista del objetivo, anhelado por todos los frenteamplistas (vazquistas y antivazquistas), de volver a obtener mayoría parlamentaria. Me parece obvio que Constanza tiene por delante un desafío estratégico muy difícil: hacer equilibrio entre representar a los más ofuscados (su principal base política) y no facilitar la tarea de los adversarios políticos del FA (blancos, colorados e independientes). El “jaque” de Constanza no solo cambia el escenario de la competencia entre los partidos. También altera mi pronóstico en cuanto a la fórmula presidencial del FA. La fórmula que veía venir, la que para mi gusto sellaba sin conflictos mayores la paz interna en el FA (Tabaré Vázquez-Raúl Sendic), parecía estar encarrilada. Esto ya no es así. Supongamos que el Congreso del FA, en noviembre, autoriza la competencia entre Tabaré Vázquez y Constanza Moreira. Si la desafiante, a la postre, terminara sufriendo una derrota categórica (el pronóstico más razonable), el expresidente podría sentirse autorizado a designar por sí y ante sí a su compañero de fórmula. Mirada desde este punto de vista, la precandidatura desafiante no necesariamente es una buena noticia para comunistas y emepepistas que se alistaban para imponerle a Vázquez, en el congreso, un vicepresidente capaz de representar al “ala izquierda”. La candidatura alternativa a Vázquez, paradójicamente, podría terminar reforzando el poder político del líder cuestionado. l
Posted on: Wed, 18 Sep 2013 20:39:24 +0000

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