La cerámica es arte de dedicación, de cariño, de esfuerzo. Es oficio que exige trabajo físico e intelectual, que pide continua vigilancia y constante investigación. El ceramista acepta con alegría esas condiciones y se conmueve por la unión que se establece entre él y la materia que trabaja. El torno es un rito. Rito que se repite una y otra vez en cada pieza. El fuego templa la pieza y templa la ansiedad del ceramista. Una pieza de cerámica surge después de muchas muertes. El encuentro o el hallazgo de una forma sólo se realiza después de haber aniquilado muchas otras formas que fueron surgiendo en el proceso y que el ceramista sacrificó por no ser la que buscaba. En la medida en que el ceramista sepa aniquilar las formas que surgen o lo tientan durante el torneo, vivirá o morirá como ceramista. Es, pues, su capacidad de destrucción lo que lo salva Miguel Arroyo (1957) fragmento de un ensayo sobre Cristina Merchán y Tecla Tofano.
Posted on: Fri, 18 Oct 2013 02:02:12 +0000