La sociedad y la economía en la que vivimos, están regidas desde - TopicsExpress



          

La sociedad y la economía en la que vivimos, están regidas desde hace más de dos siglos por el Sistema Capitalista. Gran parte de los hombres cree natural este tipo de organización laboral y productiva, como si siempre hubiera existido. El mundo capitalista surge en Gran Bretaña, durante la Primera Fase de la Revolución Industrial (1760–1830) y luego se expande por el mundo. La aparición de la fábrica y las máquinas movidas a energía artificial - como la hidráulica o la energía a vapor- trajeron inmensas transformaciones en el sistema productivo, en las relaciones laborales y el tipo de producto obtenido. La inclusión de las máquinas permitió acelerar los tiempos de elaboración, reducir los costos y por consiguiente, logró los primeros pasos de la producción masiva. Los productos elaborados por vez primera comenzaron a hacerse en serie: idénticos, multiplicados por miles y a bajos precios (tanto por las grandes cantidades como por la reducción en el tiempo y la menor energía humana invertida en cada pieza). Pero, perdieron calidad de la mano de los obreros que solo sabían mover las máquinas. Lo que ofrecemos es un arte que ha sobrevivido hasta nuestros días tras doscientos años de capitalismo. Como la alta moda, los muebles hechos a mano o la cocina de autor, la confección artesanal a medida de camisas, es una forma de elaboración que tiene rasgos de sistemas precapitalistas, sistemas que se remontan a la Edad Media. En la Edad Moderna no existían ni máquinas, ni fábricas, ni obreros. Los productos manufacturados se producían en los talleres artesanales propiedad de un Maestro o Maestre Artesano que dirigía un grupo de alrededor de quince aprendices. Tanto el Maestre como los aprendices, debían estudiar su oficio desde la niñez cuando abandonaban su hogar familiar para ingresar en los talleres donde también vivían. Los años de formación eran necesarios ya que estos artesanos con herramientas manuales y sencillas, debían ser capaces de elaborar una pieza minuciosamente desde sus materiales más básicos hasta su acabado final, incluyendo todos los detalles. Los Gremios que agrupaban a los Maestres controlaban la formación de los aprendices imponiendo distintos exámenes, la calidad de los productos y sus precios. La producción artesanal que derivaba de estas manos artesanas era escasa, de excelencia y muy costosa. El artesano dedicaba días y días a producir la pieza y contaba con un conocimiento pleno y profundo sobre su manufactura. Era casi imposible encontrar modelos similares, ya que sólo se producía para un pedido determinado y especialmente para ese cliente. Su fineza era tal que el vestuario se heredaba de padres a hijos, como las tierras y los palacetes. Este tipo de productos hoy se los considera como bienes suntuarios, es decir de lujo por su categoría y preciosismo. Frente a las camisas en serie del sistema fabril (antiguo y contemporáneo), las camisas de confección a medida se destacan por su paño (las telas nacionales e importadas las selecciona el cliente), por la minuciosidad invertida en cada uno de sus detalles y costuras, por los sucesivos controles sobre la pieza, por ser dedicada especial y únicamente para el cliente y por la total dedicación del sastre camisero respaldado por el conocimiento de un arte antiguo que lo convierte en un perfeccionista.
Posted on: Tue, 11 Jun 2013 23:13:12 +0000

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