La victimización es una herramienta muy útil para el ego. - TopicsExpress



          

La victimización es una herramienta muy útil para el ego. ¿Somos víctimas inocentes de las situaciones de vida y de las personas? ¿Nos gusta victimizarnos para atraer simpatías y atención de los demás? Hay un dicho popular que reza Juan jodido, Juan querido. Y se refiere al hecho de que el que está en desgracia recibe condolencias, simpatías o lástimas de los demás y el exitoso, además de las presiones de su posición, recibe una gran cantidad de críticas y envidias. No hay una sola persona que no haya sido víctima de alguna circunstancia en la vida. Llámese violencia, crimen, discriminación, abusos, desastres naturales, crisis, etc. La lista podría ser interminable, pues a lo largo de nuestra vida es natural que no todo salga como a nosotros nos gustaría. Entonces, ¿Cuál es la diferencia entre ser víctima y victimizarse? La principal diferencia radica en el protagonismo, en el no querer soltar el papel de víctima y de ir por ahí doliéndonos de nuestras desgracias. En mi práctica es muy común recibir pacientes que se sienten víctimas de su matrimonio, llevan una mala relación con su esposo(a), con falta de comunicación, desinterés, abandono, violencia verbal (y física en algunos casos), baja autoestima, etc. Quizá ya hayan visitado varios psicólogos o terapeutas en busca de respuestas (o apapachos y que le den la razón y consuelo) y van por ahí contando su desgraciada vida a quien le preste oídos y protagonizando un buen papel de víctima. Cuando se les cuestiona por qué continua en esa relación suele justificarse culpando a los hijos, a la religión y hasta el qué dirán de la sociedad. La realidad es que no quiere tomar una decisión porque está muy cómodo en esa situación. Es protagonista, la gente siente simpatía por esta pobre víctima y no tiene que modificar ninguno de sus hábitos o estilo de vida. Victimizarnos es la mejor manera de hacer que nuestros problemas y dificultades se hagan crónicos. Y lamentablemente es una estrategia que utilizamos una y otra vez, la mayoría de las veces de manera inconsciente. En gran número de casos esta programación viene desde la infancia, en donde nos nutren con ejemplos de victimización o nos premian el ser protagonistas de desgracias. Estos ejemplos podemos escucharlos de nuestros hermanos mayores, en donde relatan como el maestro no los quiere o como son acosados en la escuela por otros chicos. O de nuestros padres, cuando dicen que el jefe no los quiere o los compañeros les envidian, o que tal puesto es solo para los que estudiaron en alguna universidad prestigiosa o son familiares o paisanos de los dueños, etc... Una infinidad de excusas que escuchamos todos los días de víctimas protagonistas. Esta victimización tiene también sus vertientes hacia la salud. Es aquí que encontramos a los hipocondriacos, que solo con escuchar algunos de los síntomas de alguna enfermedad inmediatamente se identifican con ella, para beneplácito de los grandes laboratorios. Lo más curioso es encontrar que en realidad estas víctimas son casi siempre verdugos. Muchas de las cosas de las que se quejan son provocadas o alentadas por ellos. Son ellos los que muchas veces empujan a sus parejas a que los ignoren o maltraten. Recuerdo que algunos años atrás una paciente con una clara conducta masoquista, y con un esposo sádico, llego a consulta quejándose de su marido. Decía que ya no soportaba la situación. Que desde la última pelea el marido se estaba portando mejor, pero que hubo un incidente unos días atrás en el que el marido la golpeo. Cuando le pregunte qué había sucedido ella me relato que estaba el marido sentado frente a su computadora mientras ella preparaba café para él, ella estaba tratando de hablar con él sin encontrar más repuestas que algunos monosílabos. Así que para hacerse escuchar llego hasta la computadora y allí vacío la cafetera, encima del aparato. Por supuesto que el marido saltó furioso y terminó la escena en golpes. Claro está que ella fue por todos lados contando que el loco de su marido le había pegado de nuevo, pero sin explicar lo que ella había hecho para provocarlo. Claro que esto no es justificación para la violencia física, pero inconscientemente ella es lo que buscaba y necesitaba. Ella había tenido un papá macho, abusivo y golpeador, el cual siempre se justificaba ante sus hijos diciéndoles que si los corregía a golpes es porque los amaba, que si no tuviera interés en ellos pues simplemente no les haría caso y no los corregiría. Así que ella asociaba: GOLPES=AMOR. Así que si no me pega, no me quiere. Claro, todo esto en un proceso inconsciente del pensamiento. Por supuesto, convencer a alguien de dejar su protagonismo es casi imposible sin ir a la raíz, a la infancia. Por tal motivo es importante que analicemos nuestra vida, que busquemos en qué áreas de ella estamos jugando un papel de víctima para poder encontrar el origen y romper así los patrones de conducta y dejar de victimizarnos, encontrando más fuerza y libertad en nuestras vidas. La victimización es una herramienta muy útil para el ego. Es importante mirar desde afuera esta conducta, si sientes que eres víctima de la vida, es hora de tomar cartas en el asunto. Recuerda que una persona que se victimiza todo el tiempo es porque necesita atención, si tu vida siempre está bien y estás feliz, no hay nada novedoso que contar y te conviertes en una persona normal, aburrida...mientras si tu vida se parece a un culebrón eres el centro de atención. Mucho ojo con este comportamiento, muchas veces las víctimas no son más que victimarios disfrazados, esto se puede comprobar fácilmente con el síndrome de la mujer golpeada; estas mujeres al verse victimizadas pueden ser muy peligrosas, incluso llegar a matar a su agresor. Con este cuadro nos queda más claro que nadie es víctima de nadie. La clave ante esta actitud es la responsabilidad, solo cuando eres totalmente dueño de tu vida tienes la capacidad de hacer algo para cambiar tu situación, cuando decretas que eres una víctima estás renunciando a tu poder, se lo dejas a los demás de tal modo que siempre hay culpables de tu dolor. Algunos se preguntarán qué hacer ante una persona que se victimiza, llenarse de mucha paciencia y darle amor, parece complicado pero hagan el intento, una persona que se victimiza solo busca algo de atención, no se ama a si mismo por ende si se le da ese plus al contrario de lo que creen, que es como mal criarlos, se van calmando porque si no reciben atención hacen más escenas para recibirla. Vale que recuerden que el amor hace milagros porque nos permite cambiar la forma de mirar las cosas y en lugar de ver una persona molesta y negativa vemos una persona falta de amor propio y eso nos conduce a la compasión, no lástima, que es muy distinta. Es importante resaltar que la victimización es un sistema de camuflaje para el miedo, las personas que se ven como víctimas sienten que no tienen la fuerza para salir de esa situación se sienten imposibilitadas de tomar decisiones, de enfrentar sus propios miedos y es más fácil encontrar chivos expiatorios para no hacerlo. Forzarlos no ayuda, solo el amor es capaz de sanar a estas personas, ellos mismos deben verlo, cuando decidan salir de ese estado lo harán por ellos mismos no por otros, en cambio si lo hacen por otro no es real sigue siendo sacrificio y por ende victimización. Para los que sienten que ahora son víctimas de alguna circunstancia, injusticia o persona, primero respiren, sientan su propio poder y trabajen cada día por ver las cosas buenas, toda experiencia nos trae aprendizaje, ya que nada es casual, todo se ajusta la causalidad y aunque ahora lo puedas ver, si tienes paciencia, tomas todo con humildad y sobre todo si buscas la manera de solucionarlo con ejecución de acciones, lograrás entender y con ello la sanación estará más cerca. Mira en tu interior ahí está la fuerza
Posted on: Mon, 28 Oct 2013 14:49:10 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015