Los ancianos judíos que recomendaron el centurión a Cristo - TopicsExpress



          

Los ancianos judíos que recomendaron el centurión a Cristo habían demostrado cuánto distaban de poseer el espíritu del Evangelio. No reconocían que nuestra gran necesidad es lo único que nos da derecho a la misericordia de Dios. En su propia justicia, alababan al centurión por los favores que había manifestado a “nuestra nación.” Pero el centurión dijo de sí mismo: “No soy digno.” Su corazón había sido conmovido por la gracia de Cristo. Veía su propia indignidad; pero no temió pedir ayuda. No confiaba en su propia bondad; su argumento era su gran necesidad. Su fe echó mano de Cristo en su verdadero carácter. No creyó en él meramente como en un taumaturgo, sino como en el Amigo y Salvador de la humanidad. DTG 283.2 Así es como cada pecador puede venir a Cristo. “No por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia nos salvó.”2 Cuando Satanás nos dice que somos pecadores y que no podemos esperar recibir la bendición de Dios, digámosle que Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores. No tenemos nada que nos recomiende a Dios; pero la súplica que podemos presentar ahora y siempre es la que se basa en nuestra falta absoluta de fuerza, la cual hace de su poder redentor una necesidad. Renunciando a toda dependencia de nosotros mismos, podemos mirar la cruz del Calvario y decir: DTG 283.3 El Centurion “Ningún otro asilo hay, indefenso acudo a ti.”
Posted on: Sun, 10 Nov 2013 09:08:32 +0000

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