Los miedos de la derecha, frente al avance de las organizaciones - TopicsExpress



          

Los miedos de la derecha, frente al avance de las organizaciones de los trabajadores y los estudiantes y por la trascendencia de la Unidad Multisectorial. Una histórica jornada de lucha y Unidad. Los candidatos de la derecha chilena vuelven a esgrimir como argumento la “amenaza comunista”. Para cualquier ciudadano medianamente informado resulta claro que tal falacia no se sostiene en ningún caso. Como es del dominio público, el muro de Berlín se vino abajo en 1989, poniendo fin a una experiencia histórica llamada “socialismo real”. La derecha lo sabe muy bien, sin embargo, insiste en resucitar el fantasma de tal amenaza ante la mera posibilidad de reformas democráticas en el país. La verdadera amenaza para los sectores privilegiados en Chile no es otra que la democracia. Durante ya varias décadas han vivido al amparo de una cruel dictadura y luego, bajo la protección de una constitución heredada hecha a su medida. La única amenaza que perciben los candidatos de la derecha, Allamand y Longueira, es el fin de las ganancias de los grandes capitales parapetados detrás de Isapres, bancos y los fondos previsionales (AFP’s., Fábrica de Pobres). El único y verdadero temor de la derecha es la restitución de una soberanía popular mayoritaria que ponga fin al lucro en educación, salud y previsión social dignas para un pueblo digno.. Acusar a los adversarios de “comunistas” esconde, en realidad, el afán de una minoría por seguir abusando de una ley laboral que tiene a millones de trabajadores sometidos a salarios miserables, lo mismo que seguir lucrando gracias a beneficios tributarios para sus empresas que les garanticen millonarias ganancias a costa de la pobreza de la mayoría. La derecha no podría sino ver una amenaza en la voluntad soberana de un pueblo, pues durante más de 40 años les ha negado, sistemáticamente, a los chilenos sus derechos fundamentales. Pretender asustar a los chilenos con la “amenaza comunista” es volver a una campaña de terror tan extemporánea como alejada de la realidad. En el Chile de hoy, los ciudadanos salen a las calles por justas demandas democráticas que exigen cambiar sustancialmente la Constitución de la República. Eso gritan los estudiantes, eso reclaman los trabajadores que deben sobrevivir con un sueldo mínimo y miserable. El mismo clamor se escucha en regiones, es todo Chile el que está hastiado de la desigualdad convertida en ley, solo para hacer más ricos a los ricos y a los pobres las migajas que sobran, para que se callen y sigan explotados. Desde aquel fatídico golpe de estado de 1973, la derecha política y económica ha consagrado la injusticia como norma de vida en el país. Durante todos estos años, la derecha, la misma que sostuvo una dictadura criminal, se ha amparado en una constitución ilegítima y antidemocrática que, poco a poco, está haciendo agua. La única y verdadera amenaza para la extrema derecha heredera de la dictadura militar es una democracia participativa donde la voz y las demandas de una amplia mayoría sean escuchadas. No es “comunismo”, es democracia. EL ODIO DE LA DERECHA A LA LIBERTAD CONSTITUYENTE Era de esperar que la derecha se opusiera rotundamente a la idea de una Asamblea Constituyente. Para ella, convocar a los ciudadanos a ejercer el poder constituyente es sinónimo del caos o del “chavismo tropical”. Derecha hipócrita, brutal, patriotera, conservadora, pero sobre todo consciente del poder que le da el rayado de cancha de un ordenamiento jurídico legal hecho para defender las relaciones capitalistas de producción y la propiedad privada de enormes riquezas financieras y naturales. A lo que se añade la hegemonía neoliberal dentro del concertacionismo. Las derechas le tienen miedo a la libertad aunque siempre han logrado hacer creer que son defensoras de los derechos y libertades fundamentales. Y de entre ellas, la más fundamental de todas las libertades políticas, la libertad constituyente. Para la derecha, plantearse una nueva Constitución o ir a lo fundamental, es decir, la distribución social del poder, es promover el caos. LA REBELDÍA Y EL EJEMPLO ESTUDIANTIL El movimiento estudiantil secundario y universitario persiste. Ha mostrado el camino democrático y rupturista con voluntad de lucha anti neoliberal. Ha invitado a trabajadores y ciudadanos a movilizarse en la calle. Es el único medio político realmente válido para torcerle el brazo al duopolio en las actuales condiciones. En sus conferencias de prensa el liderazgo colectivo estudiantil ha sido agudo para desmontar con argumentos las promesas de campaña de los líderes del duopolio, en el plano de sus exigencias de fin al lucro y de derecho universal a la educación. Nada les impide extender la crítica a las maniobras por cooptar el movimiento por una AC., (Asamblea Costituyente), y denunciar las medias tintas de los aliancistas. Porque actualmente el movimiento estudiantil es el contradictor social por excelencia de las estrategias manipuladoras de la Alianza y concertacionistas; ser más de lo mismo de eso que ya fue: un factor de gobernabilidad para el sistema de dominación, una coalición refractaria a los cambios profundos que Chile necesita y un contrafuerte a las aspiraciones de más democracia. Esto se muestra aún más relevante cuando la movilización se trata no sólo de sectores estratégicos de la economía nacional, sino que ésta se desarrolla a partir de aspectos que caen por fuera de las demandas gremiales. En otras palabras, entramos en un área de desarrollo que denota a un sector de trabajadores muy avanzado (aún pequeño en términos numéricos y que deja claro el desarrollo desigual y combinado del movimiento obrero) y que empieza dar cuenta de una variación importante, en lo que Gramsci: definía como “los diferentes momentos de la conciencia política colectiva”, es decir, empezamos a evidenciar el paso de una conciencia meramente “económico-corporativa” a una conciencia que contempla “la solidaridad de intereses entre todos los miembros del grupo social”, pero todavía en el campo meramente económico. Si bien este nivel de desarrollo “plantea la cuestión del Estado” (expresado en las demandas por “reformar el modelo”), sólo lo hace “en el terreno de lograr una igualdad política-jurídica con los grupos dominantes, ya que se reivindica el derecho a participar en la legislación y en la administración y hasta de modificarla, de reformarla, pero en los marcos fundamentales existentes”. Esto queda bien expresado en la declaración de la CTC, cuando señala que “el modelo social y económico impuesto por la dictadura y profundizado en los años posteriores es cuestionado por una amplia mayoría de los chilenos, que exige un nuevo sistema de pensiones solidario, una nueva institucionalidad laboral que entregue a los trabajadores herramientas para negociar condiciones de trabajo dignas, una reforma tributaria que avance en una más justa distribución de la riqueza, educación gratuita y de calidad como un derecho universal y todo ello enmarcado en una Constitución generada democráticamente”. Pero no sólo se trata de instalar temas, sino “formas” de resolver los problemas que la clase trabajadora debe irse dando. Para esto uno puede pensar en sólo tres vías: la institucionalidad burguesa vigente, su restauración (a manos del reformismo) o bien por medio de una nueva institucionalidad, basada en el ejercicio democrático directo de los trabajadores y demás sectores del pueblo. Por lo tanto, el paro del 26 de Junio fue un ejercicio de lucha y articulación clave en la preparación del pueblo trabajador para enfrentar la lucha por reformas democráticas, colocando el énfasis en presentar a los demás trabajadores y trabajadoras que aún no se organizan, un camino adecuado para romper con el modelo, demostrar las limitaciones del capitalismo y ejercitarnos como clase en el duro camino por el triunfo de políticas más solidarias y con la libertad para asumir democráticamente los nuevos y grandes desafíos, para ser capaz de llevar adelante y a buen puerto las grandes demandas de los sectores mayoritarios de la sociedad chilena. Audito Saavedra Martínez, profesor y dirigente.
Posted on: Fri, 28 Jun 2013 23:58:41 +0000

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