Los sabores de mi niñez están siempre presentes y vuelven como si nunca hubiese transcurrido el tiempo, es como ver una película muda porque hay sucesos que sólo necesitan una profunda inhesión (afecto) al pasado. Los años no han podido borrar los placenteros perfumes que olían las comidas de mi madre. La casa se invadía de ellos, los cuales se filtraban en cada rincon de la cocina a la espera de ser absorbidos por nuestro apetito, sentados a la mesa , sonrientes y hambrientos como todo niño.Han pasado muchos años en los cuales cociné y lo sigo haciedo , veo en mi familia la grata aprobación de nuevas recetas o platos tradicionale ¡Que rico! Los miro y me alegra que les agrade , pero yo jamás volví a oler el fragante tuco de los domingos , ni el menestrun ,ni el pesto con albaca (o albahaca) molida en el mortero de mármol que mamá preparaba con una dedicación que la felicidad pasaba primero por la cocina como un agasajo a su familia.Mucha veces en mis momentos a solas destapo ollas y busco en ellas aquellos aromas, sabores de la niñez que aun perduran en esta casa dónde fieles guardianes los custodian , fantasmas de un pasado que han de ser eternos en tanto y en cuanto yo los reviva...Se que solo partiran cuando juntos salgamos de gira a reencontrarnos con los demás. 91Me gusta · · Compartir
Posted on: Mon, 29 Jul 2013 14:39:54 +0000
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