Me encanta la laguna de Olomega. Cada visita parecía un alejamiento de la realidad. Era impresionante. Los colores, el lugar, su gente. El atardecer comienza, los niños salen a jugar a la laguna sobre balsas. Los jóvenes se divierten en la isla del “Amor”, donde se encuentran muchas parejas de novios, y en la costa más de un pescador faenando, recibiendo el brillo del atardecer en las gotas que deja caer de sus redes. elsalvador/DIARIOS/ORIENTE/2003/11/28/TESOROS/nota1.html
Posted on: Wed, 12 Jun 2013 17:38:23 +0000