Mácora, Perú - Salvador de Bahía, Brasil PARTE III Estos tres días han sido mucho más sedentarios, pero no por eso menos inetersantes. Estoy viviendo en un barco, el mismo que me llevará hasta Iquitos, pero aún soy la única pasajera! Son en total 11 tripulantes, entre marineros, cocina, limpieza, etc. Y como el barco sale recién el Lunes, me dejaron colgar mi hamaca en la parte superior del barco y quedarme viviendo ahí. Y aqui estoy. Despertarme meciéndome en una hamaca y ver el amanecer sobre el río, es imperdible (Dormirme siendo devorada por mosquitos y otros insectos no, por eso mejor no se los cuento). Tampoco lo es, haber comprado la hamaca más barata (10 soles, una ganga) pero la misma no es de lona, sino de red. Una red bieeeeen finita como para dejarme tatuados unos hermosos rombitos en todos mis bellos lípidos cada vez que me levanto. Pero igual es genial! La primer mañana me levanté y fuí al mercado a comprar mi pan, cuando volví, ya no estaba el barco (con todas mis cosas dentro), LINARES I se llama. Todos se me reían ante mi cara de espanto. Me ofrecían otros barcos para ir a Iquitos, pero no entendían que todas mis cosas estaban a bordo de LINARES. Yo miraba y miraba anonadada buscándolo, pero claro, no estaba buscando un Fiat Uno en la Av. Santa Fe, estaba buscando un barcaso INMENSO en el borde del Amazonas, claramente no estaba más ahi. Casi me infarto al instante pero felizmente un señor, César, me ofreció llevarme en su moto hasta La Ramada, el otro extremo de Yurimaguas, donde había otro puerto y donde por suerte, estaba mi barquito. El escenario era más o menos igual que el otro puerto, pero mucho más desolado. 6 o 7 camiones gigantes, 4 o 5 tipos por camión, en cuero y ultratranspirados, hombreando bolsas que no se que tendrían dentro pero algo pesadísimo, seguro. Imagínenme a mi, entrando por un tablón a "EL BARCO", esquivando camiones, camioneros, maderas, cajones, bolsas, y yo con mi vestidito floreado lo más campante. Tuve propuestas de matrimonio por doquier en estos días! Pero claro que, para todos, yo tengo un hermoso novio esperándome del otro lado del río. Y ya que me puse a inventar, le puse mucho condimento a la historia y me armé una regia novela como a mi me gusta! Cada vez que me preguntan si tengo novio, respondo que sí y le agrego un nuevo detalle. Acá soy una verdadera extraña. Yo soy para ellos un tremendo espectáculo, del mismo modo que ellos lo son para mi. Ayer uno me preguntó si era artista de cine. Artista de cine??!!! Jajajaj ... Y eso que uds. no se dan una idea de lo que es mi aspecto. En esta semana me bañé una sola vez. El baño del barco, no pueden imaginarse lo que es. O bueno, imagínenselo; Un cubo de metal, bieeeen abajo del rayo del sol, sucio pero por donde lo miren y adentro un inodoro. Roñoso! Un pis un poco largo ya es suficiente como para salir hecha una sopa de ahi adentro! Imagínense que acá en la selva, hacen de día unos 35° a la sombra. Lo juro. En el techo hay un agujero, que moviendo una palanquita, cae agua = Ducha. FIN. Anoche diluvió torrencialmente. El viento empezó a volar todo. Eran las 3.30 am y todos los tripulantes dormían borrachos en sus camarotes. Aguanté todo lo que pude, tiritando en mi hamaca tapada solo con una toalla. Se hicieron las 5.30 y entraron corriendo 5 tipos de los que cargan el barco, gritando LLUVIAA!! LLUVIAAA!!! Habían empezado su tarea pero la lluvia se tornó demasiado fuerte. Se sentaron alrededor mío refugiándose del agua. Yo estaba bastante molesta ya que no había podido dormir casi nada a causa del frío. Osaron ponerse a conversar conmigo y yo, haciéndome la desentendida les respondo: -NO-EN-TEN-DO-IO-NO-HA-PLO-ES-PA-NIOL- Así que después de ese episodio me llamaban la gringuita. Fué muy divertido eso. Después terminé sentada hecha una bolita abajo de la única mesa que hay ahi arriba, y reparada del frío y del agua, dormí otro poco. Me hice amiga de Eric, el cocinero del barco. Tiene 15 años y es verdaderamente raro. A él le encanta acercarse a mi hamaca y preguntarme cosas. Y a mi me divierte responderle. A la mañana me trae a escondidas un jarrito con leche de chamo. Es leche tibia, con platanillo, canela y no se que más. Tiene un aspecto inmundo, pero es muy rico. Eric es sumamente raro, como les dije. Ya me preguntó más o menos 7 veces de que país era. Y también me pregunta por ejemplo; -Y allá en Argentina, hay mucha gente como vos?- Como yo? Cómo? Le pregunto. -Así, argentinos- Me responde. O sino también me pregunta: -Y tu papá cuántos años tiene?- 55 le digo. -Y tu mamá?- 54, le respondo. -Y quién de los dos es más grande?- Eric quiere ser un gran cocinero cuando sea grande. Gracias al cielo! Porque si quisiese ser matemático estaba muerto pobre! Y por último les cuento lo que me pasó esta mañana que fué mortal! Enchufo mi celular para cargarlo y bajo a comer mi pan a la mesa del 1° piso que tiene una banca. Subo a los 5 min. a buscar algo, y mi celular ya no estaba. Estaba Eric nomás, entonces le cuento y le pido que me ayude. Me dice que él no puede hacer nada y que no deje más mis cosas ahí porque puede entrar cualquiera etc etc.. Mientras tanto, varios hombres cargaban y cargaban el barco. En un momento se despierta uno de la tripulación y le cuento lo sucedido. Yo estaba indignada, repetía y repetía que mi teléfono tiene que aparecer, que no puede ser, bla bla bla. De repente estaban, los diez tipos que cargaban (que a uno le falta un brazo casi entero, y carga unos tablones de madera con una destreza como si tuviera 4 brazos, no dos), y varios de los tripulantes alrededor mío, enterados de lo que había pasado y tratando de ayudarme. Uno me ofrece su celular para llamar al mío. Llamamos, y se ecucha que timbra mi celular a lo lejos. -"El Choro" está acá adentro!!! - Gritan . Y todos corrimos al primer piso. Se escucha sonar de nuevo mi celular, el ruido venía de la cocina, donde lamentablemente, solo estaba Eric lavando unos platos. Llamamos otra vez, pero el celular ya no sonaba, lo habían apagado. Eramos 15 personas buscando mi celular por todo el barco, dando vuelta todo, pero no aparecía. Entonces decidí apelar a mis dotes actorales y llorando, les dije: -Les explico, el celular no me importa a mi. El problema es que mi papá está muy enfermo, en Argentina, y mi celular es la única manera que yo tengo de comunicarme con él diariamente. Y lloraba y lloraba más fuerte... Por favor le pido al que lo tenga, que lo deje arriba de la mesa-. Eric me miraba desde lejos con cara triste. Yo seguía llorando en un rincón, sabía que mi estrategia funcionaría. Y en un momento me gritan: -Amiga!! Tu celular!- Eric, asustado al ver el revuelo que se armó,lo había apagado y lo había tirado al tacho de la basura de la cocina. FIN DE LA HISTORIA. No quise enojarme con él, asi que me hice más la amiga y lo invité a desayunar conmigo haciéndome la que no sabía que él había sido. Creo que estaba muy avergonzado y me dió una pena terrible. Bueno, como verán, siguen sucediendo cosas divertidas a bordo de LINARES I. Creo que, si Alá y todos los astros se alinean, mañana parto hacia Iquitos. Un beso grande Soqui.
Posted on: Sun, 08 Sep 2013 19:27:27 +0000