NUESTRO MÉXICO EN EL EXILIO ANTECEDENTES EN CARACAS PARTE I. - TopicsExpress



          

NUESTRO MÉXICO EN EL EXILIO ANTECEDENTES EN CARACAS PARTE I. 1908-1945 JUAN VICENTE GÓMEZ – ELEZAR LÓPEZ CONTRERAS – ISAÍAS MEDINA ANGARITA CAPÍTULO 2 Mi madre y mi tío llegaron a donde la haitiana clarividente y tuvieron que esperar nuevamente, pero lo hicieron callados. Habían nacido bajo la dictadura del general Juan Vicente Gómez y se habían acostumbrado al silencio de una paz sepulcral, donde quienes hablaban de más podían terminar en el exilio o en la cárcel, y de allí fácilmente al cementerio. Gómez había muerto el 17 de diciembre de 1935, pero la gente siguió por mucho tiempo actuando con discreción por temor a represalias, durante los 27 años del gobierno del dictador, se había creado un culto temeroso hacia su persona, al “Benemérito” como se le llamaba, y al morir por coincidencia el mismo día de la muerte del Libertador Simón Bolívar, seguramente que no faltó quien pronunciara unas palabras en los funerales haciendo un paralelismo entre las dos vidas. A Gómez le sucedió su ministro de guerra, el general Eleazar López Contreras, y todo siguió más o menos igual, no con toda la crueldad del gobierno anterior, pero sí igual en el sentido de que el presidente siguió ejerciendo el poder de la manera más absoluta. Sin embargo, López era un hombre muy inteligente que entendió con antelación lo que años más tarde dijo un personaje de la novela El Gatopardo: “Para que todo siga igual, es necesario que todo cambie”. Así que lo primero que hizo fue soltar a los presos de la Rotunda, una temida cárcel donde muchos políticos opositores a Gómez habían pasado años en condiciones infrahumanas, con grilletes y pernos de hierro en los tobillos que normalmente les producían heridas y que al infectarse podían llegar a causar la muerte. Aunque esa no era la única forma de morir en esa cárcel, también muchos lo hacían por envenenamiento. Se dice que muchos presos murieron allí en medio de dolores horribles por la ingestión de vidrio molido en la comida. Todos estos horrores terminaron haciendo de la Rotunda el símbolo de lo que fue la crueldad del gobierno de Gómez. Aunque hay algo que poco se dice, y es que este régimen de terror, no solo mantenía en el gobierno disfrutando de todos sus privilegios al general Gómez, sino también a todos los que lo rodeaban, entre los que destacó el general López Contreras, quien de los veintisiete años que duró Gómez en el poder, él estuvo veintiuno a su lado ocupando altos cargos, de manera que muchos de los muertos de la Rotunda fueron encarcelados por orden suya. Pero todo quedó en el olvido, López no solo soltó a los presos de la Rotunda, sino que la mandó a demoler y construyó arriba la plaza de “La Concordia”. Muchos interpretaron la medida como un acto sincero de promover la concordia, pero otros pensaron que simplemente lo que quiso fue desaparecer todo vestigio de lo que había sido el escenario de horrendos crímenes en los cuales él había tenido un papel preponderante al ser la mano derecha de Gómez. Dentro de los cambios gatopardianos de López Contreras, también promulgó una nueva constitución en 1936, muy parecida a la anterior gomecista de 1931, pero presentada como un avance hacia la democracia porque entre otras cosas, garantizaba la libertad de expresión. Nada nuevo, la anterior constitución ofrecía lo mismo, una libertad de expresión sujeta a tantas condiciones que al final el gobierno podía meter en la cárcel a quien quisiera, como por ejemplo por promover el comunismo cuando Gómez y después con López también por promover el anarquismo. Bajo esa constitución, López metió en la cárcel y expulsó del país a muchos de sus opositores. Entre otros, a los jóvenes Jóvito Villalba y Rómulo Betancourt, a quienes ya conocía desde 1928 cuando tenían 20 años de edad y los metió presos siendo él Jefe de la Guarnición de Caracas del gobierno de Gómez. Terminado el período de López Contreras en 1941, le sucedió su ministro de guerra, el general Isaías Medina Angarita, una constante que se repetía una y otra vez, Gómez había sido el ministro de guerra de su antecesor Cipriano Castro, López lo había sido de Gómez y ahora Medina lo era de López. Según la constitución, el congreso era a quien le correspondía elegir al nuevo presidente, pero tomando en cuenta que sus integrantes tenían que ser mayores de 25 años los diputados y de 30 los senadores, y que eran elegidos cada 4 años en procesos de votación donde no participaban ni menores de 21 años, ni analfabetas ni mujeres, eso reducía el número de votantes y de candidatos elegibles al congreso a una minoría elitista que representaba menos del 15% de la población. Esta minoría estaba conformada principalmente por familias que se habían enriquecido a la sombra del gobierno, por lo que era prácticamente imposible que votaran en su contra. Originalmente el candidato de López para sucederle había sido el Dr. Diógenes Escalante, pero al ver que no tuvo el apoyo esperado dentro de su propia gente, no tuvo problemas en que el sucesor fuera entonces el general Medina, también de su absoluta confianza, además de que quizás haya recordado como terminó Cipriano Castro cuando se enfrentó a su ministro de guerra. FIN DEL CAPÍTULO 2, PARTE 1
Posted on: Sat, 13 Jul 2013 12:17:04 +0000

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