No entiendo muy bien por qué, pero Ultimamente no marchan para mi muy bien las cosas. Esto me obliga a analizar continuamente los hechos y a reflexionar sobre ellos. El balance de todo ello me sale negativo. ¡Estoy en quiebra! El llegar a esta conclusión y aceptarlo no es nada fácil, pero es mejor aceptar la realidad que negarla. Sin embargo, cuando nos encontramos en quiebra tiene sus ventajas. Por una parte nos obliga a replanear nuestros principios y el sentido que hasta ahora hemos dado a determinadas valores, cosas o personas. Pienso que Dios permite que estemos en quiebra precisamente para que hagamos esto: replantearnos si caminamos de la manera y dirección correctas. Jesús también estuvo en quiebra y tuvo irremediablemente que enfrentarla También los apóstoles estubieron en quiebra, me acuerdo especialmente de Judas y Pedro. Judas no confió en el perdón y restauración por parte de Dios y acabó suicidándose; es decir, tiró la toalla; y Pedro, por cobardia negó varias veces a Jesús, pero nunca perdió l esperanza y fue perdonado. Job, quizás el arquetipo de creyente en quiebra espiritual. Perdió a su familia y casi todas sus posesiones, los amigos (muy entendidos en la Biblia) no paraban de darle la lata culpabilizandole de la situación, también enfermó y fue excluido socialmente, etc. Él desde su dolor clamaba a Dios, pero Dios parecia que se habia esfumado. No recibia ninguna señal o respuesta de parte de Él. Sin embargo, Job se mantuvo integro a pesar del silencio de Dios y la opinión de sus amigos y conocidos. La historia no termina aquí, Dios responde a Job y le muestra el sentido del camino de lágrimas que habia vivido. No sólo eso, sino que es restaurado como persona, padre de familia y miembro influyente de la sociedad de aquel tiempo. Para terminar: Dios actua en nuestras vidas siempre con un proposito y en ese proposito están también incluidas nuestra desesperación y lágrimas.
Posted on: Sat, 13 Jul 2013 13:29:29 +0000
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