No era prudente confiar en un demonio. Pero Saiven había - TopicsExpress



          

No era prudente confiar en un demonio. Pero Saiven había aprendido por las malas lo que era confiar en sus hermanos y en sus primos, y el hombre que tenía delante no exhibía la misma oscuridad que invadía a su familia. Así que se pegó a los barrotes, ignorando el frio hierro mientras extendía el brazo. Su mano no podía llegar a la boca del prisionero, y la brecha entre ellos lo obligó a ponerse de puntillas. Incluso así, Faolan tuvo que bajar la cabeza. Sus suaves labios se cerraron alrededor de su pulgar e índice. La boca deFaolan estaba caliente -casi ardiente- al tiempo que su lengua se deslizó húmeda y áspera contra su piel. Saiven sólo podía mirar extasiado al tiempo que su aliento moría en su pecho.
Posted on: Fri, 02 Aug 2013 04:05:22 +0000

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